Alerta: la Navidad está matando al planeta
La época de Navidad, un tiempo de alegría, unión, disfrute y magia, viene siempre con una factura ecológica bajo el brazo. Nuestras adoradas tradiciones navideñas, como dar regalos, comer o decorar, dejan una enorme huella ecológica, ya que dejan un rastro de polución, residuos y emisiones de gases de efecto invernadero.
Un estudio de 2022 de la Universidad de Oxford, publicado en la página web de la universidad, reveló que los hogares británicos gastan de media unas 400 libras (530 dólares) en compras relacionadas con la Navidad, yendo la mayoría de ese gasto hacia los regalos.
Según el estudio, la producción, transporte y vertido de estos regalos genera una gran cantidad de dióxido de carbono, equivalente a conducir un coche durante 4.000 millas o 6.437 kilómetros.
Según la página web ExplodingTopics, de media un hogar gasta unos 1.000 dólares en regalos en Estados Unidos, lo que equivale a una huella de carbono más grande.
El Programa de las Naciones Unidas para el Medioambiente (conocido por sus siglas en inglés, UNEP) estima que hacer regalos en todo el mundo supone 800 millones de toneladas métricas de emisiones de dióxido de carbono de forma anual.
Pero los regalos son solo una de las formas en las que las festividades dañan nuestro planeta. Las comidas de Navidad también tienen un coste medioambiental. Las preparaciones extravagantes y tradicionales que se ponen en la mesa en Navidades provocan también un preocupante desperdicio de comida.
En Reino Unido, se estima que 3,6 millones de pavos, 1 millón de pastelitos de carne, y 27 millones de coles de Bruselas se tiran durante las fiestas, según un artículo de The Guardian.
En Estados Unidos, según un artículo de Mother Jones, la combinación de desperdicio de comida en Acción de Gracias y Navidad supone un aumento de 1 millón de toneladas extra de alimentos desechados en el país.
Tu elección de árbol de Navidad también tiene consecuencias medioambientales. Mientras que los árboles de verdad pueden ser compostados o reciclados, a menudo vienen de lugares más lejanos, lo que produce más emisiones debido a su transporte.
Aunque sean reutilizables, los árboles artificiales a menudo contienen químicos dañinos para la salud, requieren mucha energía y normalmente provienen de países lejanos con costes de producción muy bajos donde las condiciones laborales son, cuanto menos, cuestionables.
También está el problema de las decoraciones navideñas. A menudo, los consumidores de todo el mundo tienden a comprar decoraciones baratas, producidas en masa que normalmente provienen de fábricas en China.
Se tratan de decoraciones hechas de plástico barato que nos atraen por ser novedosas y no porque vayan a durar más de una temporada; es decir, suelen acabar en los vertederos.
La simpática, pero desafortunada tendencia de los jerséis "feos" de Navidad también perjudica a nuestro planeta. Según el grupo medioambiental, Hubbub, solo en el Reino Unido se estima que se compran 12 millones de jerséis navideños en una sola temporada de fiestas.
Sarah Divall, coordinadora del proyecto Hubbub contó a Politico que "los jerséis de Navidad son uno de los peores ejemplos de fast fashion: dos de cada cinco jerséis solo se utilizarán una vez en el período de fiestas".
Estos llamativos jerséis suponen un desperdicio innecesario extra a una época navideña ya de por sí derrochadora. Para empeorar aún más las cosas, Hubbub señala también que estos jerséis baratos contienen mucho plástico. En su análisis, Hubbub reveló que el 95 % de los jerséis de Navidad estaban confeccionados en su totalidad o parcialmente con materiales plásticos.
Otro de los grandes problemas de la Navidad es todo el papel de envolver que no se puede reciclar. Según un estudio llevado a cabo por la empresa de gestión de residuos, Biffa, tan solo en Navidad, alrededor de 365.000 kilómetros (227.000 millas) de papel para envolver no es reciclable y acaba en los vertederos del Reino Unido.
Las luces de Navidad que podemos encontrar en todas partes decorando casas y calles también contribuyen al consumo de electricidad y a la contaminación. Solo las luces de Navidad de Londres consumen una cantidad estimada de 10 megavatios de electricidad, energía suficiente para proporcionar electricidad a 5.000 hogares, según Time Out.
Aunque el impacto medioambiental de nuestras celebraciones de Navidad es indudable, existen maneras en las que podemos reducir nuestra huella de carbono y fomentar una época de fiestas más sostenible.
Piensa que en lugar de regalar algo material a tus seres queridos, puedes optar por regalar experiencias, algo vintage, regalos artesanos, o donar a la caridad en el nombre de esa persona.
Puedes tener una fabulosa cena o comida de Navidad y aun así cuidar de la madre Tierra. Cocina solo la cantidad que necesites, y utiliza como compost o reutiliza las sobras. Además, es mejor elegir productos locales o de temporada para reducir el impacto medioambiental de tu festín navideño.
Si tienes un árbol de Navidad artificial, cuídalo bien y asegúrate de que dure lo máximo posible. Si decides actualizar tus decoraciones de Navidad, intentan hacerlas tú mismo o comprarlas a artesanos locales. ¡Di no a las decoraciones chinas baratas!
También puedes buscar jerséis de Navidad en tiendas de segunda mano. Si quieres invertir un poco más de tiempo, puedes decorar el jersey tú mismo, ¡pero evita comprar uno de fast fashion!
Asegúrate de que apagas tus luces de Navidad cuando no la estás usando o poner un temporizador para que se apaguen y se enciendan de forma automática. Si tienes que comprar luces nuevas, prueba con luces solares o, por lo menos, luces LED que son más energéticamente eficientes.
Utiliza papel reciclado, periódicos o antiguas bolsas de la compra para envolver tus regalos. También puedes usar bolsas de tela para envolver tus compras.
Puede parecer algo tedioso, pero una vez que te acostumbras, tener una Navidad verde no es tan complicado. Nuestro planeta se encuentra en el filo del precipicio y es importante que empecemos a pensar más en nuestras acciones, incluso en Navidad o en ocasiones especiales.
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