Elecciones EE. UU. 2024: los peligros a los que se enfrenta el país
A medida que se acercan las elecciones presidenciales en Estados Unidos, la contratación de personal para los comicios se intensifica, convirtiéndose en un punto crítico. La creciente polarización política ha incrementado las preocupaciones sobre la seguridad, complicando la tarea de garantizar un proceso electoral tanto eficiente como seguro.
"El desafío radica en las preocupaciones sobre la seguridad de los trabajadores electorales", comenta Isaac Cramer, director ejecutivo de la junta electoral del condado de Charleston, Carolina del Sur, en declaraciones a The Financial Times. "Sé que esa fue una de las principales razones por las que muchas personas decidieron marcharse".
Los trabajadores electorales fueron blanco de múltiples amenazas tras las elecciones de 2020, cuando Joe Biden asumió la presidencia. Los partidarios de Donald Trump alegaron que estos empleados no denunciaron supuestos fraudes en las urnas, lo que intensificó las tensiones.
Aunque los tribunales desestimaron estas acusaciones, se anticipa que la negación de los resultados será un tema central en las próximas elecciones, que podrían decidirse por márgenes extremadamente estrechos.
Según Reuters, en el año posterior a las elecciones de 2020, se registraron más de 100 amenazas de muerte o violencia dirigidas a trabajadores y funcionarios electorales en Estados Unidos, presuntamente motivadas por las afirmaciones de Donald Trump de que los comicios habían sido manipulados.
Una investigación del Centro Brennan para la Justicia reveló que el 38% de los trabajadores electorales ha sufrido amenazas, acoso o abusos. Además, siete de cada diez informaron un incremento en las amenazas desde las elecciones de 2020.
El 40% de los administradores electorales informó que han intensificado las medidas de seguridad para proteger al personal en las oficinas electorales y los centros de votación. Estas medidas incluyen la instalación de vidrios a prueba de balas y botones de pánico.
Además de la amenaza de una intimidación abierta, el resultado de la elección podría verse afectado por factores como el incentivo a los simpatizantes partidistas para que se conviertan en trabajadores electorales con el fin de “supervisar" la votación y asegurar que no haya irregularidades.
Según The Financial Times, esto está sucediendo con grupos de derecha como True the Vote, muchos de los cuales impugnan el resultado de las elecciones de 2020.
The Guardian informa que el presidente del comité nacional republicano, Michael Whatley, afirma haber reclutado a casi 200.000 observadores electorales, trabajadores electorales y abogados voluntarios.
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Otros problemas que pueden interferir con la elección incluyen funcionarios locales que se niegan a certificar el resultado y activistas que intentan intervenir en juntas que anteriormente no eran partidistas.
En Georgia, los partidarios de Trump en la junta electoral estatal intentaron recientemente impulsar una serie de nuevas reglas que funcionarían a su favor y crearían un clima de incertidumbre.
El juez de Georgia Thomas Cox falló en contra de siete de los cambios, incluido el recuento manual de los votos, calificándolos de “ilegales, inconstitucionales y nulos”, informa The Guardian.
Foto: captura de pantalla del vídeo del Tribunal Superior del condado de Fulton.
Sam Levine, reportero de derechos electorales de The Guardian en Estados Unidos, señala que las juntas locales ahora están repletas de partidarios de Trump que interrumpen y gritan a los miembros cuando no están de acuerdo con ellos.
Mientras tanto, el defensor de Trump, Elon Musk, promovió una teoría conspirativa que afirmaba que los demócratas intercambiaban votos por ciudadanía con inmigrantes indocumentados, una idea que ha sido desmentida desde entonces.
En Tennessee, 14,000 votantes registrados en zonas con alta concentración de población étnica recibieron solicitudes de prueba de ciudadanía.
En Alabama, el estado intentó bloquear el voto de 3,200 personas al alegar que no eran ciudadanos, pero luego reconoció que 2,000 de ellas sí cumplían con los requisitos para votar.
Por último, surge la cuestión de los abogados del Partido Republicano. En 2020, muchos rechazaron respaldar el intento de Trump de revertir los resultados. Ahora, Christina Bobb, conocida por su postura de negación de las elecciones de 2020, lidera el equipo de litigios electorales del Comité Nacional Republicano.