La destrucción de Mariupol: imágenes de una ciudad asediada
El cerco de Mariupol pasará a la historia del siglo XXI como una infamia en la ya de por sí infame guerra de Ucrania. El acoso al que está siendo sometida, con bombardeos y ataques constantes, esta ciudad ucranian por parte de las tropas rusas ha convertido el enclave en ruínas. Pero, además, desde Ucrania se denuncia que en la ciudad habría personas muriendo de hambre ante la total falta de recursos.
No están llegando muchas imágenes de Mariupol, ciudad portuaria situada en el sureste de Ucrania y que está siendo durísimamente asediada por el ejército ruso. La empresa de satélites Maxar Technologies ha logrado captar desde el espacio el panorama de destrucción que domina una urbe que lleva semanas bajo las bombas.
Las imágenes son igual de terribles cuando se fotografía a pie de calle. Los escasos testimonios que llegan de Mariupol hablan de una ciudad donde, como tituló The New York Times, la gente lucha por la supervivencia cada día ('As Mariupol Is Bombed and Besieged, Those Trapped Fight to Survive').
Los bombardeos han dejado Mariupol sin electricidad ni agua potable en muchos de sus barrios. Escasean también, por supuesto, los alimentos. Y la comunicación es casi imposible. Quienes tienen a familiares en la ciudad, en muchísimos casos, no puedenc contactar con ellos ni saber si están vivos.
Ha habido varios intentos de crear corredores humanitarios para sacar a la población más vulnerable. Pero el alto el fuego que requiere algo así no se ha producido salvo en pequeñísimos lapsos de tiempo. Apenas unas pocas miles de personas han podido huir del asedio y, en la mayor parte de los casos, huyendo entre las bombas.
Los escasos testimonios desde dentro de Mariupol hablan de tanques rusos disparando a los edificios. La ciudad está sitiada y con tropas rusas en algunos de sus barrios pero no ha caído. Las fuerzas ucranianas resisten.
En Mariupol vivían casi 500.000 personas antes de la guerra. Hubo una fuga masiva en los días previos a la invasión y ahora se calcula que puede haber entre 200.000 y 300.000 personas atrapadas.
Según Reuters, Ucrania ha denunciado que miles de habitantes de Mariupol han sido deportados en vehículos hacia territorio ruso. En la imagen, un automóvil con la Z en su cristal con desplazados dentro. La Z se ha convertido en el símbolo a favor de Putin (y de la guerra) en Rusia.
Putin dio un ultimátum para que Mariupol se rindiera. Concluyó a las cinco de la mañana del 21 de marzo y entonces los rusos arreciaron sus ataques. Según la CNN, con bombardeos cada 10 miutos,
No hay modo de calcular el número de víctimas mortales que puede haber provocado este asedio hasta el momento. Fuentes del ejército ucraniano aventuraron una cifra de 3.000 civiles muertos pero ¿quién sabe? ¿Cuántos cadáveres puede haber bajo los escombros? ¿Cuántas personas han podido morir ya por enfermedad o carencia de alimentos y bebida?
Medios como el Financial Times han recordado en sus análisis como la estrategia de asediar hasta la destrucción una ciudad clave no es nueva para Rusia: lo hizo con Grozni durante las guerras de Chechenia y también en Alepo, en la guerra de Siria.
El viejo lema contra Franco de la guerra civil española (y que en español conoce todo aquel que fue escolar en la Unión Soviética) resuena en Mariupol: "¡No pasarán!".
Mariupol ya había acogido a desplazados de la República Popular de Donetsk, tomada por fuerzas prorrusas y desgajada de Ucrania. Ahora, quien ha podido, ha tenido que volver a huir por segunda vez.
Mariupol es un punto estratégico clave por ser un puerto importante y comunicar Ucrania con la península de Crimea (anexionada por Rusia en 2014. Le llaman la ciudad del acero por su importante actividad metalúrgica.
Las noticias de primera mano llegan con cuentagotas de Mariupol. Sólo algunos canales de Telegram han logrado transmitir al exterior la terrorífica situación.
Sin datos fiables pero con algunas imágenes tristemente reveladoras, Mariupol parece haberse convertido en una de esas ciudades que simbolizan el horror de toda guerra: de Gernika a Nagasaki pasando por Dresde o Beirut.
Mariupol resiste, no quiere rendirse. Y las bombas siguen cayendo. Y la tragedia no cesa.
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