Recursos naturales que están agotándose
En nuestro día a día empleamos recursos de la naturaleza para sustentar los avances de la vida moderna, pero algunos son finitos y no se pueden volver a generar en periodos cortos de tiempo, lo que supone que, al ritmo que lleva la humanidad, pronto nos quedaremos sin ellos.
Entre las razones por las que en muchas ocasiones hemos llegado a esta situación encontramos la superpoblación, el consumismo descontrolado, la falta de concienciación, la contaminación o el cambio climático.
Según un estudio realizado por el instituto Global Footprint Network, en 2023, la humanidad tardó 200 días en acabar con los recursos del planeta generados para ese año. Una situación, cuando menos, alarmante y que apunta a repetirse o agravarse en 2024.
Hablamos, por ejemplo, del carbón, del petróleo, el gas natural. Pero hay más. ¿Qué recursos naturales podrían agotarse en los próximos años?
La Tierra está compuesta en un 70% de agua (de ahí lo del planeta azul), pero sólo el 2,5% es agua dulce. A su vez, una parte de esta agua dulce no se encuentra directamente disponible, pues está en forma de hielo o nieve.
Teniendo en cuenta su uso indispensable tanto para su ingesta como en la agricultura, queda claro la vital importancia de este recurso. Sin embargo, cada vez son menos las personas que tienen acceso a ella. Según estimaciones de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación predice, para 2025, que 1.800 millones de personas no tendrán acceso a ella.
Foto: Unsplash - Melissa Askew
Según distintos estudios, quedarían actualmente por extraer entre 600.000 millones y 800.000 millones de barriles de crudo, el oro negro. Esto significa que al ritmo de hoy en día, el petróleo se agotará hacia el año 2043. Aunque para entonces, está previsto un gran avance de las energía renovables.
Es uno de los combustibles fósiles más utilizados y un estudio de Science Advances dice que comenzó a utilizarse en China hace 3.600 años. Como fuente no renovable, llegará un día en el que se agote si seguimos recurriendo a él con la misma intensidad. En 2022, la Asociación Mundial del Carbón anunció que quedan unas 1.000 millones de toneladas, lo que suponen 132 años antes de que se acabe.
Ha sido apreciado durante milenios por su escasez y rareza, pero el fin del oro podría estar cerca a juzgar de lo que se desprende de un estudio del Consejo Superior de Investigaciones Científicas español y de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB), publicado en enero de 2023. Concretamente la fecha sería el año 2050.
Según los cálculos de algunos expertos, habrá escasez de helio dentro de 30 a 50 años y podría ser un problema, ya que tiene un uso médico muy importante: enfriar los imanes de los escáneres de resonancia magnética. Dijo en 2010 Robert Richardson, premio Nobel de Física y profesor de la Universidad de Cornell, que hay que comenzar a reciclarlo para evitar que se agoten sus reservas.
El cobre, tan apreciado por sus cualidades conductoras de la electricidad, también podría desaparecer próximamente. La demanda supera a la oferta y actualmente hay una escasez mundial que se traduce en una subida de los precios y una situación de alarma ante un posible desabastecimiento.
El fósforo fue descubierto por el alquimista alemán Hennig Brand de manera casual, en 1669, mientras buscaba la piedra filosofal. Y su uso no se limita al de las cerillas, ya que también es un estupendo fertilizante. Sin embargo, su sobreexplotación en los últimos años ha puesto en peligro la propia existencia de los yacimientos y ha provocado la contaminación de muchos ecosistemas de agua dulce.
El galio es un mineral muy raro, descubierto 1831, con unas excelentes propiedades (punto de fusión es muy bajo y dificultad en su oxidación) que ha sido utilizado en los últimos años para fabricar piezas de móviles, ordenadores o televisiones. Y en el mundo consumista en el que vivimos, su auge le ha llevado a una situación crítica que podría conducir a su desaparición.
Con el crecimiento de la población a nivel mundial, el espacio para construir, cultivar o la ganadería se está agotando, llevando a algunos países del mundo, como China, a comprar tierra en otros países de África o Latinoamérica para poder seguir satisfaciendo sus necesidades.
Cada vez es más difícil poner un elemento en la órbita de la Tierra. ¿Por qué? Por la basura espacial que orbita alrededor del planeta, formada por restos de otros lanzamientos del pasado.
Tampoco son mejores las expectativas sobre el agotamiento del gas natural, una de las principales fuentes de energía con la que contamos hoy en día, que se calculan entre 60 y 80 años.
Cada vez se necesita más arena. Y no sólo para llevar a cabo construcciones de puentes o carreteras, sino para otros muchos usos, como la fabricación de vidrio o microchips. Solemos pensar que es un recurso infinito por su abundancia pero, dada la lentitud de su proceso de formación natural, podría agotarse en unos años.
En los últimos tiempos se ha popularizado el uso de este preciado hongo en multitud de recetas. Son auténticos tesoros escondidos en algunos bosques de Francia, España o Italia, pero cada vez son más difíciles de encontrar (lo que hace, por cierto, que su precio no deje de crecer). ¿La razón? Hay quien apunta al cambio climático y a las sequías extremas.
Cuando China exterminó a los gorriones y causó la muerte de millones de personas