Teléfono rojo: la vía de urgencia entre Putin y Biden antes de una guerra nuclear
El llamado "teléfono rojo" no es exactamente un teléfono. Nunca lo fue aunque se le denominase así. Se trata, simplemente, de un hilo directo por el cual el presidente de Rusia y el presidente estadounidense pueden comunicarse de inmediato, sin demora alguna. Se creó con motivo de una crisis nuclear y para evitar una catástrofe que, en la década de los 60, estuvo a punto de producirse.
Así está representando en el Museo Jimmy Carter el "teléfono rojo" que funciona en la Casa Blanca en 1963. En realidad, este teléfono sin numeración alguna no existe ni existió. Es una recreación, un modo simbólico de dar forma a algo que no es un aparato sino un hilo de comunicación directa entre los líderes más poderosos del planeta.
En 1962, con John Fitzgerald Kennedy como presidente de Estados Unidos y Nikita Jruschov ejerciendo de máximo dirigente de la Unión Soviética, se desencadenó la llamada "crisis de los misiles". La URSS quiso colocar armamento nuclear en territorio cubano y Estados Unidos lo consideró una amenaza inaceptable.
Fueron días en los que el mundo realmente estuvo al borde de la hecatombe nuclear. Suele citarse un momento crítico: un mensaje rusos que rebajaba la tensión y que se envió, por la vía habitual (correo urgente, valija diplomática), desde Moscú a Washington. Tardó horas en llegar y ser traducido. Según relatan libros como 'Nuclear Folly' de Serhii Plokhy (hitoriador ucraniano de la Universidad de Harvard) en ese gran lapso de incertidumbre hubo incidentes entre fuerzas soviéticas y estadounidenses que podrían haber provocado la guerra atómica.
Así que, una vez finalizó la "crisis de los misiles", cuando la URSS desistió de colocar armamento nuclear en la Cuba de Fidel Castro, se tomó la decisión de incorporar una línea de comunicación que permitiese un diálogo directo de urgencia entre los líderes más poderosos del planeta.
En la imagen, Jruschov con Jackie Kennedy durante una cumbre internacional en Viena.
El "teléfono rojo" originario era un cable que unía Washington D.C. y Moscú haciendo un itinerario bastante largo: Washington D. C. – Londres – Copenhague – Estocolmo – Helsinki – Moscú. Como refuerzo, había un enlace radiofónico que funcionaba entre Washington D. C y Moscú con una antena a medio camino, en Tánger.
La línea del "teléfono rojo" fue modernizándose y ya en la década de los 70 se incorporaba la comunicación vía satélite. Y en los 80 el novedoso fax, que parecía tecnología punta y del cual casi ni nos acordamos.
En realidad, es un misterio si el "teléfono rojo" se ha usado alguna vez. En la Wikipedia se menciona que este dispositivo fue usado en la guerra de los Seis Días (1967) entre árabes e israelíes, en la guerra indo-pakistaní (1971), en la guerra de Yonki-Pur (1973) de nuevo entre árabes e israelíes y en la invasión de Afganistán (1978) por parte de la Unión Soviética.
Finalizada la Guerra Fría y tras la disolución de la Unión Soviética, ¿quién iba a descolgar al otro lado el teléfono rojo? Pronto se comprobó que Rusia iba a seguir siendo una superpotencia así que el hilo de comunicación entre mandatarios se mantuvo.
En la imagen, Mijail Gorbachov y Ronald Reagan firmando en 1986 los Acuerdos de Reikiavik (para el desarme -muy parcial- de ambas potencias nucleares).
Lo cierto es que el teléfono rojo es el último recurso y, si hay que utilizarlo, es que el conflicto se ha complicado dramáticamente. Son los ministros de Asuntos Exteriores quienes, en caso de guerra, tienen que verse las caras y solucionar el conflicto antes de que los líderes tengan que asumir personalmente una conversación tan delicada.
¿Y cómo es el actual teléfono rojo? Tampoco hay detalles al respecto, pero el hilo de comunicación actual entre Washington D.C. y Moscú tendría que ser digital, encriptado y absolutamente imposible de hackear o bloquear. En principio.
Existen otros "teléfonos rojos" en el mundo. Lo poseen, claro, potencias nucleares que pueden tener un conflicto grave. China mantiene un canal directo entre su presidente, Xi Jinping (en la imagen) y Joe Biden.
También hay un "teléfono rojo" entre India y Pakistán. Potencias nucleares siempre en difícil equilibrio diplomático. En la imagen, la frontera indo-pakistaní.
La posibilidad de una guerra nuclear desatada por una serie de azares absurdos y el belicismo de ciertos agentes dentro del gobierno estadounidense fue objeto de la sátira de Stanley Kubrick titulada 'Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb' (1964). El teléfono rojo, en este caso, no funcionaba.
Se trata de una comedia negrísima que sorprende por haberse rodado apenas un par de años después de la "crisis de los misiles" que aterrorizó a Estados Unidos. Y, en cierto modo, una justificación de la existencia de un "teléfono rojo" por el que los líderes de las superpotencias nucleares pudieran hablar al margen de la presión de sus "halcones militares".
Lo mejor que puede pasar es que jamás se escuche en Moscú o en Washington D.C. el timbre del "teléfono rojo". Porque eso significaría que el mundo está en la peor situación posible.
ADEMÁS: Cómo sobrevivir a un ataque nuclear según manuales de la Guerra Fría