La preocupante desaparición de estuarios aumenta el riesgo de inundaciones
National Geographic define los estuarios como zonas de confluencia entre un río de agua dulce y el océano. Estos lugares han servido históricamente como fuentes de alimento, agua y medios de transporte. Metrópolis importantes como Nueva York, San Francisco, Tokio y Yakarta se han desarrollado en torno a estuarios.
Apodados los “viveros del mar”, estos ecosistemas también albergan muchas aves y vida marina, en particular el pescado que consumimos. Sin embargo, los estuarios están en peligro.
El periódico británico The Guardian informa que un nuevo estudio indica que casi la mitad de los estuarios del mundo han sido afectados por los humanos, y el 20% de ellos han sido destruidos en los últimos 35 años.
El estudio, publicado por Earth’s Future, midió más de 2.300 estuarios entre 1984 y 2019 y muestra que aproximadamente 100.000 hectáreas de estuarios se han convertido en suelo urbano o agrícola.
Según el estudio, y destacado por The Guardian, más del 90% de estas pérdidas de estuarios se han producido en Asia.
Curiosamente, los países más ricos y desarrollados son los lugares donde el menor número de estuarios se han visto afectados en las últimas décadas.
Es probable que esto se deba a que el proceso de alterar los estuarios tuvieron lugar muchas décadas, o incluso siglos antes, durante el crecimiento y la industrialización de la mayoría de los países desarrollados en la actualidad.
Algunos de los problemas que enfrentan los estuarios incluyen la contaminación y la sobrepesca. Sin embargo, National Geographic explica que la pérdida de estuarios no sólo afecta a peces, aves, sino también a los seres humanos.
Los estuarios funcionan como una barrera natural contra las olas del océano, que pueden erosionar la costa y aumentar las condiciones de inundaciones, una preocupación creciente debido al cambio climático.
Según The Guardian, algunos países de altos ingresos han comenzado a promulgar una protección especial para los estuarios, como el estuario de Tees en el norte de Inglaterra.
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Aún así, queda mucho trabajo por hacer para proteger los estuarios del mar y, a su vez, que ellos nos protejan y nos mantengan.