Desastrosas consecuencias: qué pasaría si la Tierra dejara de girar solo un segundo
La Tierra, desde su nacimiento hace cuatro mil millones y medio de años, gira sobre su propio eje, realizando una rotación completa en prácticamente 24 horas (23 horas y 56 minutos para ser exactos).
Durante ese tiempo, también completa una órbita más larga alrededor del sol, que realiza cada 12 meses. Pero, ¿alguna vez te has preguntado qué pasaría si la Tierra parara de girar de repente, aunque solo fuera durante un segundo?
Vamos a descubrir cuáles son las nefastas consecuencias que le pueden ocurrir a los seres humanos, el clima y todo lo que recubre la superficie terrestre. ¡Os adelantamos ya que no exageramos cuando decimos que las consecuencias serían catastróficas y devastadoras!
Por desgracia, la respuesta a la pregunta de qué pasaría no es optimista. La Tierra gira sobre su eje a una velocidad que oscila entre o km/h hasta un máximo de 1.600 km/h sobre la línea del ecuador, dependiendo de la latitud. Por ejemplo, en nuestra latitud, gira a una velocidad de 1.180 km/ h, aunque nosotros no seamos conscientes, ya que estamos girando a la vez que ella.
Pero para saber qué les pasaría a los humanos si la Tierra dejara de girar, es mejor hacerle caso al astrofísico Neil deGrasse Tyson: "Sería desastroso. Todos nos movemos con la tierra a 800 millas por hora hacia el este. Si la Tierra se parara y no tuviéramos el cinturón de seguridad enganchado a la Tierra, nos caeríamos y giraríamos a una velocidad de 800 millas por hora hacia el este", declaraba el científico en el programa estadounidense 'Larry King Now'. Recordemos que 800 millas por hora equivalen a 1287,48 km/h, una velocidad descomunal.
"En la Tierra moriríamos todos. La gente saldría volando por las ventanas... Sería una jornada terrorífica para el planeta", añadió Neil deGrasse Tyson.
Si la Tierra parara de girar para siempre, y no solo durante un segundo, se producirían una serie de cambios gigantescos. Lo primero que sufriría cambios bruscos serían los modelos atmosféricos, además de la manera en la que se mueven las corrientes de aire, que juegan un papel fundamental a la hora de controlar las lluvias y las temperaturas.
Una de las consecuencias podría ser la aparición de desiertos donde antes había bosques o la transformación de las tundras heladas en lugares acogedores y habitables.
Otra consecuencia catastrófica afectaría al núcleo terrestre, compuesto parcialmente por hierro fundido. En el momento en que la Tierra dejara de girar sobre sí misma, dejaría de existir el campo magnético generado por el dipolo magnético que se produce gracias a la masa de hierro fundido que existe en el núcleo terrestre.
Sin el mencionado campo geomagnético, desaparecería el escudo protector contra las radiaciones nocivas que producen el sol y los rayos cósmicos. Pero, ¿qué es lo que hace que la Tierra no se pare?
Nuestro planeta, así como todos los que se encuentran en el universo, continúa girando ininterrumpidamente sobre sí misma porque no hay nada que la pare.
Cojamos el ejemplo que nos muestra la web especializada space.com: "Si hacemos girar un columpio en un parque infantil y lo dejamos solo, al final se parará. Esto es porque mientras está girando, el aire y la superficie del parque ejercen una fuerza de desgaste que hace que se ralentice".
En cambio, la Tierra continúa girando porque el espacio está prácticamente vacío. En el espacio no hay aire ni otras partículas que puedan parar ese movimiento.
Según la información de la web space.com, la única cosa que podría de repente parar o, mejor dicho, ralentizar el movimiento de la Tierra sería la colisión con otro planeta.
Sin embargo, algo de lo que a lo mejor no nos habíamos dado cuenta, es de que la Tierra se estaría ralentizando gradualmente por culpa de la Luna.
Esta es la explicación que nos ofrece la web space.com: "El movimiento del lado de la Tierra que mira a la Luna no está perfectamente en equilibrio con la gravedad, y mucho menos lo está el lado que no se encuentra de cara a la Luna. Este desequilibrio produce las mareas oceánicas, que hacen que los mares suban o bajen según el lado de la Tierra".
Durante la rotación de la Tierra, los movimientos causados por las mareas se desplazan por la superficie del planeta en forma de onda. Este movimiento se traduce en una fuerza que va en dirección contraria a la del movimiento de la Tierra, ralentizando gradualmente el periodo de rotación del planeta. Esto tiene como resultado la variación, cada 50.000 años, de cerca de un segundo en la duración total de un día terrestre.
Como habéis podido leer, por ahora, podemos estar tranquilos: la Tierra seguirá girando durante muchísimos años. Mientras tanto, hay cuestiones más urgentes que deberíamos resolver antes de que sea demasiado tarde, como el cambio climático. Recordemos que somos nosotros los que necesitamos a la Tierra y no al revés.
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