Caso Ilaria Salis: la polémica detención de una profesora italiana que sacude a todo un continente

En Italia, desde hace meses se está debatiendo sobre el caso de Ilaria Salis, una profesora italiana y activista antifascista de Monza, en detención preventiva en una prisión de máxima seguridad en Budapest (Hungría).

Salis, de 39 años, viajó a Budapest en febrero de 2023 cuando en la ciudad se celebraba el Día del Honor, conocido en alemán como Tag der Ehre, que reúne cada año a miles de militantes de extrema derecha de toda Europa.

Los participantes que toman parte de la manifestación conmemoran un intento (fallido) de un batallón nazi, que trató de impedir el asedio de Budapest por parte del Ejército Rojo en 1945.

En esos días, entre el 9 y el 12 de febrero, varios de estos militantes neonazis fueron golpeados y agredidos por las calles por personas con el rostro cubierto, tal y como captaron algunas cámaras de seguridad de la zona.

Unos días después, algunos militantes antifascistas, entre ellos Ilaria Salis, fueron detenidos por la policía húngara con la acusación de agredir a los militantes. Las presuntas víctimas de estas agresiones, que en ningún momento han denunciado a Salis, se han recuperado de las lesiones en pocos días.

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Además, las autoridades de Hungría la acusan también de formar parte de una organización extremista de izquierda que habría planeado los ataques contra los militantes neonazis. Con esta agravante, la activista, que siempre se ha dicho inocente y ha afirmado de haber tomado parte solo a las manifestaciones pacíficas, se enfrentaría a una pena de 16 años de cárcel. En Italia el mismo delito prevé cuatro años de reclusión.

Tal y como ha denunciado en sus cartas, Salis se encuentra en condiciones inhumanas. Durante los primeros seis meses no pudo tener ningún contacto con su familia. En su celda hay ratones, cucarachas y chinches que le provocaron una reacción alérgica. Pese a esto, no recibió ningún tipo de fármaco.

Asimismo, las condiciones higiénicas son precarias. En su celda falta papel higiénico, jabón, y no le proporcionan higiene íntima femenina.

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Sus derechos tampoco son respetados. La entrevista con sus abogados antes de la audiencia duró unos pocos minutos y fue en presencia de un policía, tal y como recuerda el periódico italiano Il Post. En su comparecencia ante el tribunal, salió con las manos y los pies esposados, con cadenas de metal sostenidas por un policía y una correa, en unas imágenes difundidas por los telediarios italianos.

(Foto: Twitter TG3)

Las concisiones descritas por Salis no son nuevas. Hungría, un país guiado por el gobierno de extrema derecha de Viktor Orbán, ha sido condenada en 2015 por la Corte Europea de Derechos Humanos por graves violaciones de los derechos de los detenidos.

Salis no fue la única detenida. Con ella también fueron imputados dos militantes antifascistas alemanes. Un hombre, que se ha declarado culpable y ha sido condenado a tres años de prisión. Y una mujer, que está cumpliendo el arresto domiciliario. 

Mientras la activista sigue en la cárcel, su padre, Roberto Salis, en primera línea para sacar a su hija de prisión, ha anunciado que será candidata al Parlamento Europeo con el partido Alianza Verdes-Izquierda en las elecciones comunitarias del próximo 8 y 9 de junio.

Los líderes del partido, Angelo Bonelli de Europa Verde, y Nicola Fratoianni de Sinistra italiana, escribieron en Facebook que con esta candidatura “la idea es que se genere una batalla para que la Unión Europea defienda los principios del Estado de derecho y reafirme la inviolabilidad de los derechos humanos fundamentales en todo su territorio y en cada uno de los estados miembros". 

Esta decisión, sin embargo, no es solo una forma de protesta. Si Salis fuera elegida, obtendría la inmunidad parlamentaria que garantizaría su liberación. Esta parece la única posibilidad para que pueda salir de la cárcel y ser sometida a un proceso digno.

Tal y como recuerda Il Post, en Italia existe un caso parecido. El del periodista Enzo Tortora, víctima de un error judicial que en 1983 lo llevó a la cárcel con la acusación de tráfico de sustancias ilegales y asociación delictiva.

Más de un año después de su detención, fue candidato a las europeas del 1984 con el partido radical de Marco Pannella. Tras su elección, logró la inmunidad y salió de la cárcel. En 1987 fue declarado inocente por la justicia italiana.

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