Sheinbaum carga contra la polémica política migratoria de EE. UU.

Después del triunfo de Donald Trump en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, una preocupación principal para México es la implementación de una estricta política migratoria. Trump ha prometido deportar hasta un millón de migrantes indocumentados anualmente.

Según El País, para intentar paliar este discurso, la presidenta de México, Claudia Sheinbaum, ha activado su gabinete para demostrar con datos cuales son las aportaciones de la diáspora mexicana en la economía de los dos países.

La presidenta señaló que en el documento de trabajo que se está preparando, se destacarán hechos como el pago de impuestos de los migrantes, la calidad de su trabajo y su importancia en sectores clave como el agrícola y el de la construcción, informó el periódico.

Sheinbaum también hizo un discurso contundente a favor de los migrantes durante la conmemoración del Día de la Revolución: “Nuestros paisanos y paisanas son héroes y heroínas, trabajadores que apoyan a sus familias y a la economía de México, pero también, que se escuche bien y fuerte, contribuyen a la economía de Estados Unidos”.

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Y es que las remesas de los migrantes constituyen uno de los pilares de la economía mexicana, según El País. Estimaciones oficiales apuntan que las remesas representan alrededor del 4% del PIB y el año pasado superaron los 63.000 millones de dólares.

Algunos especialistas creen que realizar un millón de deportaciones al año es poco realista. Sin embargo, el plan de Trump es que cientos de miles de inmigrantes irregulares sean enviados a territorio mexicano, independientemente de su nacionalidad.

La cifra de un millón de deportaciones parece irrealista principalmente por el gasto económico que supondrá a Estados Unidos. Según ABC News, un nuevo informe del Consejo Americano de Inmigración, una empresa de investigación y políticas sobre derechos de inmigración, estima que deportar a un millón de inmigrantes indocumentados al año costaría más de 88 mil millones de dólares anuales.

Este cálculo no incluye ni la pérdida de ingresos fiscales de los trabajadores deportados ni el impacto económico negativo en caso de que las personas empiecen a se autodeportar por miedo, haciendo con que las empresas estadounidenses pierdan mano de obra.

Trump nunca ocultó su desprecio por los inmigrantes y lo elevó a niveles aún más altos a lo largo de esta última campaña presidencial. Según el Miami Herald, Trump, quien señalo a los inmigrantes por invadir Estados Unidos, utilizó lenguaje nazi al acusarlos de “envenenar la sangre de nuestro país” y evocó la teoría neonazi del “Gran Reemplazo” en un debate.

Además de la política de deportación, la administración Trump también tiene otros planes que afectan directamente a las personas migrantes como por ejemplo poner fin al derecho a la ciudadanía por nacimiento en territorio estadounidense o la realización de revisiones ideológicas para inmigrantes, afirma la revista Time.

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