Cómo ganar la guerra a las chinches
Durante todo el mes de octubre de 2023, las imágenes de las chinches colonizando espacios públicos y hogares de París, se viralizaron en redes sociales.
Obviamente, era cuestión de tiempo que esas chinches se extendieran por varios países de Europa.
No obstante, a pesar de la plaga originaria en París, las chinches siempre han estado entre nosotros, aunque en el último año, han aumentado de forma considerable.
Es más, desde la Asociación Nacional de Empresas de Sanidad Ambiental (Anecpla) avisan que las chinches, a corto/medio plazo van a ser un problema real en casi todo el mundo.
"No es sólo París, España se enfrenta a la peor plaga de chinches desde el siglo pasado", confirma Jorge Galván, director general de Anecpla en esRadio.
La pregunta obvia es, ¿cómo acabamos con las chinches en casa?
Según contaba Jorge Galván en COPE, "las chinches de cama son las más comunes y sus picaduras, aunque no son graves, sí pueden resultar muy molestas y pueden irritar mucho la piel".
Además, el desconocimiento de este insecto, hace complicado que, a simple vista, un ciudadano de a pie pueda distinguir una picadura de chinche con la de un mosquito u otro insecto.
El director de Anecpla avisa que "no es fácil ver al insecto pues suele esconderse de día y actúa de noche. Se alimenta de sangre humana y, para prevenirlo, es importante revisar ropa y maletas antes de viajar".
Si hubiera chinches, la recomendación pasa por lavar toda la ropa de cama y sospechosa de tener chinches en la lavadora, con un programa a más de 50º.
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Ahora, ¿y si el problema está en casa? En tal caso, lo más aconsejable es dejar el asunto en manos de una empresa especializada en plagas y que se encarguen de acabar con ellas.
Y es que, en los últimos tiempos, las chinches han evolucionado de tal manera que empiezan a mostrar resistencia a los insecticidas, ya sea por su uso masivo, ya sea por la poca rotación de los productos.
Y sí, las chinches son compañeros de piso complicados pero vender la casa o quemarla y huir del país no es buena solución. Al menos, que no sea la primera, pues hay alternativas algo menos radicales a explorar antes.
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