Cómo pudo Hamas burlar la seguridad de Israel y lanzar un devastador ataque sorpresa
Era sábado 7 de octubre y en Israel se vivía el fin de la Sucot (una festividad típica judía). Esa relajación propia de toda fiesta fue lo que aprovechó Hamas para lanzar la mayor ofensiva jamás vista en Israel desde 1973, cuando los árabes atacaron aprovechando otra festividad: la del Yom Kipur.
Este sábado 7 de octubre, repentinamente, las milicIas de Hamas lanzaron misiles que llegaron hasta Tel Aviv y en otras zonas cercanas a la franja de Gaza hicieron incursiones que incluyeron tiroteos y secuestros a manos de milicianos encapuchados. Un escenario de terror como no se recuerda en territorio israelí.
Hablamos de una operación milimétricamente planeada y que implicó la intervención de cientos de personas (para lanzar los misiles, para organizar los comandos de Hamas que entraron en Israel, para burlar los férreos controles fronterizos entre Gaza e Israel...). Las fuerzas de seguridad de Israel y sus servicios de inteligencia se vieron burlados. Pero ¿cómo pudo suceder algo así?
Israel quedó en seguida en un estado de shock no solamente por el número brutal de víctimas (700 muertes) sino también por la desconocida sensación de vulnerabilidad: sus servicios de inteligencia, considerados los mejores del mundo, habían fallado estrepitosamente.
En la crónica firmada por Frank Gardner en BBC se citaba la sincera frase de los funcionarios israelíes consultados por el periodista: "No tenemos ni idea de cómo ha sucedido esto". El Shin Bet, la agencia de espionaje interno israelí (la exterior sería el Mossad), falló como nunca.
Según escribió Ronen Bergman en The New York Times, "aunque la inteligencia israelí recopiló algunos indicios de que Hamás estaba planeando una operación importante, estaban lejos de formarse una imagen clara".
Desde el prestigioso diario israelí Haaretz un artículo de Uri Bar- Joseph hablaba de "fallo sistémico" basado en tres factores: "Fallo en los sistemas de inteligencia, reacción inadecuada de los militares y la ausencia de liderazgo político".
Uno de los fallos defensivos más claros es lo poco eficaz que fue el muro o línea fronteriza de Gaza, un supuesto "muro inteligente" con sensores, cámaras, etc. Según contaba Frank Gardner en BBC: "Los militantes de Hamás simplemente se abrieron paso a través de él con excavadoras, cortando agujeros en los cables o entrando a Israel desde el mar y en parapente".
Tampoco se entiende que el muy avanzado sistema de vigilancia por satélite, que puede monitorizar el movimiento en un territorio día y noche, no detectase cómo se preparaban las milicias de Hamas en las horas previas al ataque.
Todos los análisis en las horas inmediatas al ataque tienden a la perplejidad. No hay respuestas claras ante un error de seguridad de este calibre.
Lo cierto es que la crisis política e institucional que vive Israel, con Netanyahu tratando de sacar adelante una reforma que está provocando durísimas protestas y la renuncia de muchos reservistas, algo haya influido en la erosión de un sistema de seguridad que se considerada casi perfecto.
De hecho, ya hay quien señala a Netanyahu como responsable de una catástrofe así. En Israel, una nación en permanente amenaza, se exige a sus líderes que protejan a la población. Esa es una de las grandes obligaciones políticas de los dirigentes israelíes.
Chuck Freilich, ex asesor de Seguridad Nacional en Israel y profesor en Harvard dijo a Politico que Netanyahu, tarde o temprano, pagará por esta tragedia: “Siempre hay una concreción a corto plazo en torno a la bandera. Pero una vez que se disipe el polvo, tendremos importantes consecuencias”.
Freilich citaba en Politico el caso de Golda Meier, icónica primera ministra de Israel: “Después de la guerra de Yom Kipur, se necesitaron tres años y medio para que el gobierno de Golda Meier cayese. Esta vez creo que no se necesitará tanto tiempo".
La pregunta que se hace medio planeta es: ¿qué pudo fallar? Las respuestas se irán formando. De momento, está claro que Israel minusvaloró la osadía, arrojo y grado de violencia que las milicias de Hamas estaban dispuestas a afrontar. "No se atreverán" fue un pensamiento nocivo para los israelíes.
Más allá de la evidente tragedia que implica la pérdida de vidas humanas y los crueles secuestros, para Israel, gran potencia militar de su área, esta operación de Hamas supone una humillación militar cuyo trauma perdurará durante mucho tiempo.
ADEMÁS: Mohamed Deif, el hombre de Hamas que preparó el ataque a Israel