La victoria de Rusia en la guerra de Ucrania: un posible pronóstico
Cuando Vladímir Putin ordenó la invasión de Ucrania lo hizo pensando que Rusia obtendría una victoria rápida con poco coste en esfuerzo bélico. Pero no fue así como se desarrollaron los acontecimientos. Los ucranianos resistieron y las fuerzas rusas pronto tuvieron que afrontar una verdadera pelea.
El objetivo original de la invasión era la "desnazificación y desmilitarización de Ucrania" según Putin, quien explicó sus razones en un discurso nocturno que hizo temblar al mundo.
“El propósito de esta operación es proteger a las personas que, desde hace ocho años, se enfrentan a la humillación y el genocidio perpetrados por el régimen de Kiev”, afirmó Putin.
“Con este fin, buscaremos desmilitarizar y desnazificar a Ucrania, así como llevar a juicio a quienes perpetraron numerosos crímenes sangrientos contra civiles, incluso contra ciudadanos de la Federación Rusa”, agregó Putin en su discurso.
La justificación de Putin para la guerra no tenía demasiado sentido en ese momento de cara a la opinión pública occidental, aunque sí ayudó a los países del área opuesta a Putin a definir qué tipo de victoria buscaba Rusia en Ucrania.
“La narrativa del régimen ruso en torno a la victoria en Ucrania es flexible, oportunista y subjetiva, y se centra principalmente en la percepción del pueblo ruso de que la victoria lograda justifica los costos de la guerra”, escribió Marnix Provoost, militar con formación en West Point y articulista sobre conflictos bélicos.
Para Provoost, la guerra es entendida por Rusia como una herramienta de política (interna y exterior) que no necesitaba ajustarse a los desafíos tácticos, operativos y estratégicos de una guerra tradicional.
De esa idea de la guerra como elemento político se deriva la naturaleza cambiante de los objetivos bélicos declarados por Rusia. Después de que las fuerzas rusas se retiraran del norte de Ucrania, quedó olvidada la desnazificación y la desmilitarización de toda Ucrania y se estableció como nuevo objetivo el control de la región de Donbás.
“Habiendo abandonado el objetivo entrar en la capital, Kiev, y de controlar la segunda ciudad del país, Járkov, Vladímir Putin busca la victoria militar en el este, en gran parte de habla rusa, donde acusa falsamente a Ucrania de cometer genocidio”, escribió Paul Kirby de la BBC en mayo de 2022.
La estrategia de Putin en Donbás también fracasó, según Wilhelmine Preussen de Politico, lo que condujo a un segundo cambio en los objetivos de guerra. Dicho cambio se hizo público cuando Serguéi Lavrov, ministro de Asuntos Exteriores de Rusia, explicó en el verano de 2022 que Moscú ahora quería tomar el sur de Ucrania además de Donbás.
"No podemos permitir que la parte de Ucrania controlada por Zelenski posea armas que representen una amenaza directa para nuestro territorio", explicó Serguéi Lavrov en una entrevista con Margarita Simonyan de Russia Today recogida por BBC News.
El nuevo objetivo de guerra podría explicarse por la teoría de Marnix Provoost de que la guerra para Rusia es materia puramente política y, como tal, está impulsada por las necesidades políticas más que por las realidades del campo de batalla. Para justificar la guerra ante su población, Moscú necesitaba expandir sus ambiciones y prometer la toma de más territorio.
Claro que ese objetivo expansivo también ha resultado imposible, ya que las fuerzas ucranianas se niegan a abandonar la lucha por su territorio. Una situación que plantea un interrogante: ¿cuál es el plan de Rusia para ganar la guerra en Ucrania?
Provoost escribió que la guerra solo se detiene cuando ambas partes están dispuestas a cesar las hostilidades, y eso es algo que a lo que Zelenski se niega hasta que todas las tropas rusas abandonen lo que considera territorio ucraniano, incluyendo ahora la península de Crimea.
“Elegimos este camino. Queremos garantías de seguridad. Cualquier compromiso territorial nos debilitaría como estado”, explicó Zelenski en una entrevista de febrero con BCC News.
La victoria de Rusia requeriría el colapso de la voluntad de resistencia de Ucrania, una situación que solo podría ocurrir si Rusia logra un gran avance estratégico o si se prepara para un conflicto mucho más largo que favorezca las innegables ventajas de Putin en mano de obra y suministro.
“Putin empezó la guerra apostando por una campaña corta y decisiva”. escribió Eugene Rumer, el director de Carnegie Endowment for International Peace, en un artículo que explica cómo Rusia estaba cambiando sus planes de guerra para establecer las condiciones que le aseguren la victoria final.
“Un año después, está apostando por lo contrario: emprender una larga guerra contra Ucrania, explotando las ventajas que le brindan el tamaño de Rusia, la economía resiliente y la relativa seguridad frente a las represalias”, agregó Rumer.
Con una victoria en el campo de batalla difícil de alcanzar para Rusia, Runner cree que Putin está virando hacia una forma de guerra más sostenible, que superará a su enemigo ucraniano. “Desde la perspectiva de Putin, es probable que esta sea una estrategia viable para la próxima fase de la guerra” concluye el analista Eugene Rumer.
En resumen, Rusia estaría ahora en una fase que considera como prioridad simplemente continuar peleando hasta que Ucrania, por agotamiento, esté dispuesta a firmar la paz. Y eso es lo que venderá Putin como éxito al grito de "¡hemos ganado la guerra!". Una victoria sin gloria pero suficiente para justificar ante el pueblo ruso esta cruenta aventura bélica.
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