El divorcio que ha puesto en jaque a la economía coreana
Corría el año 1998 cuando Chey Tae-won y Roh Soh-yeong se casaron en la Casa Azul de Seúl en la que fue la boda del siglo en Corea del Sur. Esa boda iba a unir en matrimonio a la hija del presidente del país con el primogénito del presidente del Grupo Sunkyung, uno de los conglomerados más grandes de Corea del Sur.
La pareja se había conocido en la Universidad de Chicago, donde ambos cursaban un Doctorado en Economía. Desde aquella boda, la fortuna familiar y del conglomerado no ha hecho más que crecer. Chey Tae-won tomó el control de Sunkyung, que pasó a llamarse SK Group, y cuyo valor combinado de sus filiales supera los 113.000 millones de dólares.
Y es que, entre esas filiales, está SK Telecom, el mayor grupo de telecomunicaciones del país, o SK Hynix, segundo mayor fabricante de chips de memoria del mundo, tan sólo por detrás de Samsung Electronics.
Foto: Web SK Group
Pero mientras crecían política y económicamente, la pareja hacía aguas en lo sentimental. En 2015, tras pasar varios meses en la cárcel por delitos económicos, Chey Tae-won confesaba tener una amante, con la que al parecer tuvo un hijo fuera del matrimonio.
Ahí comenzó un proceso de divorcio que ha hecho tambalearse la economía de todo un país controlado por los chaebol, conglomerados dirigidos por poderosas familias que, en muchos casos, están por encima de la ley. Y los divorcios es uno de ellos.
La repartición de los bienes de Chey Tae-won y Roh Soh-yeong podría tener consecuencias dramáticas para SK Group, en caso de que sus acciones queden demasiado divididas, según detalla el medio 'Asia-Nikkei'. En diciembre de 2022, un tribunal de familia de Seúl concedía a Roh Soh-yeong 50,2 millones de dólares pero ninguna de las acciones de SK Inc. de quien será su ex marido cuando haya un acuerdo.
La petición de Roh Soh-yeong pasa por recibir la mitad de la participación del 17,5% que tiene Chey Tae-won en su poder. Por poner en contesto, Forbes estima la fortuna de Chey Tae-won en 1.400 millones de dólares y Roh Soh-yeong el 0,01%.
Obviamente, Roh Soh-yeong ha apelado al Tribunal Superior de Seúl, consciente de que éste será el mayor acuerdo de divorcio de la historia de Corea del Sur, pero también de que será una sentencia clave para el devenir de las mujeres en el país.
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Y es que este caso se ha tomado como arma arrojadiza para criticar el punto patriarcal de los chaebol y el papel residual que se le ha dado históricamente a las mujeres en estos conglomerados, apoyándose en que la sentencia parecía ir diseñada a preservar la participación mayoritaria de Chey Tae-won en SK Group.
El problema en este divorcio es que jamás se había puesto en juego el futuro de una empresa de tal magnitud, ni el hecho de que una parte de la pareja formara parte de una dinastía política del poder de la de Roh Soh-yeong.
Además, según las leyes de Corea del Sur, el trabajo doméstico debe ser asumido como una contribución a la propiedad común de la pareja y ésta, dividirse de forma equitativa. A eso apela Roh Soh-yeong, quien sostiene que ha dedicado su vida a la familia y sus tres hijos en común con Chey Tae-won.
Pero es que, más allá de la crianza, los abogados de Roh Soh-yeong han sugerido que la influencia de su padre, presidente de Corea del Sur entre 1988 y 1993, también ha ayudado a incrementar el patrimonio de la pareja, algo que se ha negado desde SK Group.
Por tal motivo, expertos juristas no entienden el acuerdo de 50,2 millones de dólares ofrecido, que supone el 1,2% del patrimonio familiar, cuando estiman que a Roh Soh-yeong le corresponde entre un 30 y un 40%. A la espera de la sentencia del Tribunal Superior de Seúl, parece claro que los cimientos económicos de Corea del Sur van a seguir tambaleándose durante años, a causa de una infidelidad.