El fin del oro está más cerca de lo que se piensa, ¿cuándo?
El fin del oro tiene fecha: año 2050. Esta es la aproximación que han hecho varios científicos del CSIC (Consejo Superior de Investigaciones Científicas) y del CREAF-UAB (Centro de Investigación Ecológica y Aplicaciones Forestales de la Universidad Autónoma de Barcelona).
Publicado en la revista 'Science Direct', el estudio confirma que la extracción de minerales raros (litio, cobalto, níquel...) y escasos se ha duplicado en los últimos tiempos.
Esta actividad desmesurada, además, podría tener graves riesgos "ambientales, económicos, sociales y geopolíticos a nivel global", según apuntan en el estudio.
Un estudio que fecha a principios del siglo XX el origen de este problema. Por aquel entonces, los materiales usados por la especie humana procedían de la biomasa en un 80%: madera, plantas, rocas, alimentos...
Pero, desde 1900 en adelante, comenzaron a usarse combustibles fósiles, materiales de construcción, industriales o metálicos, entre otros, lo que implica buscar materiales más allá de la biomasa.
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Así, según detalla el estudio, en el año 2005, el porcentaje de materiales procedentes de biomasa usados por la especie humana había pasado del 80 al 32%.
Se estima que para 2050, ese porcentaje se haya reducido al 20%, lo que implica que muchos de estos materiales se vayan agotando por la sobreexplotación.
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La construcción de carreteras, vías de tren, ordenadores, smartphones o productos sanitarios, entre otros, implica el uso de elementos químicos que no ofrece la biomasa.
A esta escasez de productos, se suma el hecho de que estos minerales raros, incluido el oro, se localizan en países muy concretos, de ahí la advertencia de los problemas geopolíticos que puede generar la cada vez menor cantera de oro en el planeta.
China, Estados Unidos, Brasil, Vietnam, Rusia y República Democrática del Congo forman el grueso de países denominados 'Tierras Raras' donde se recogen más del 90% de estos minerales.
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De esa cantidad, en torno al 40% ya pertenece a China, lo que implica "riesgo de conflictos", como señala el estudio.
Junto al oro, otros elementos como el antimonio, un mineral clave para las aleaciones metálicas, también podrían desaparecer antes de llegar a mitad del siglo XXI.
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La solución que proponen los científicos en el estudio pasa por poner fin a la obsolescencia programada y al consumismo desmesurado y a corto plazo.
Según el trabajo, habría que desarrollar nuevas tecnologías que permitan un uso más eficiente y rentable de los escasos materiales que van quedando.
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Esta medida implicaría la opción de reciclar muchos de estos elementos y reutilizarlos de forma generalizada y eficaz.
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Además, daría tiempo al planeta a recuperar su producción natural de materiales, pues hace ya tiempo que la explotación del mismo superó el margen de creación de materiales que tiene La Tierra.