El misterioso origen del símbolo matemático del infinito
El infinito es un concepto que representa algo sin límite o fin, utilizado en diversas ramas de las matemáticas, filosofía y astronomía, no puede ser ni medido, ni cuantificado. Representado en matemáticas con el signo “∞”no se trata de un número real.
El símbolo del infinito, conocido como lemniscata, del latín “lēmniscātus", que significa “decorado de cinta” y del griego "λημνίσκος" que significa "cintas" por los antiguos matemáticos y filósofos griegos, ha fascinado a pensadores desde la antigüedad. Aunque Aristóteles (en la imagen) rechazaba la idea de un infinito real, el símbolo ha encontrado lugar en diversas áreas como la matemática, la astronomía, la espiritualidad y la filosofía.
Hacia los siglos IV o III a.C., el texto matemático jainista "Surya Prajnapti” clasificaba los números en tres categorías: enumerables, innumerables e infinitos. El filósofo griego Anaximandro utilizó el término “Apeiron" para describir el concepto de infinito. Por su parte, Zenón de Elea, nacido en torno al 490 a.C., se hizo célebre por sus famosas paradojas que exploraban las implicaciones del infinito. En la imagen, Euclides.
El símbolo del infinito también se encuentra en los antiguos nudos celtas, cuyo diseño, al igual que el moderno símbolo del infinito, puede trazarse en un solo movimiento continuo, sin un principio ni un final definidos.
Aunque el origen del símbolo del infinito, asociado con la religión y la alquimia, sigue siendo incierto, se cree que proviene de una curva cerrada que simboliza la conexión entre lo divino y lo humano.
En la alquimia, el símbolo representaba la eternidad y el ciclo perpetuo de transformación, conceptos que resuenan con la idea matemática del infinito.
Además, el analema solar, que muestra la posición del sol en el cielo a lo largo del año, a menudo tiene una forma similar al símbolo del infinito, sugiriendo una conexión con los ciclos naturales y cósmicos. A continuación, exploraremos su primera aparición histórica y su introducción en las matemáticas.
En el siglo XVII, el filósofo y matemático John Wallis introdujo el símbolo “∞” en la obra "De Sectionibus Conicus" para representar una cantidad sin límite, según escribe muyinteresante.com en un artículo.
Aunque Wallis no detalló el motivo de su elección, ha dado lugar a varias teorías. El símbolo parece estar vinculado con la palabra latina "infinitas", que significa "sin límite" o "eterno", según un artículo de National Geographic.
También podría haberse inspirado en la lemniscata de Bernoulli, una curva con forma de lazo continuo similar al “∞”. Aunque esta curva fue nombrada en 1694 en honor a Jacob Bernoulli, su diseño de lazo cerrado podría haber influido en la representación del infinito. En la imagen, una lemniscata de Bernoulli y sus dos focos F1 y F2.
Foto: Wikipedia.org
Otra teoría sugiere que el símbolo del infinito pudo haber derivado del antiguo símbolo romano para el número mil, “CIƆ”, utilizado para representar grandes cantidades. Según esta hipótesis, Wallis habría adaptado este símbolo preexistente para expresar un concepto abstracto y novedoso.
Otra hipótesis conecta el símbolo del infinito con el Uróboros, una figura mítica de las antiguas culturas griega y egipcia que representa una serpiente que se muerde la cola, formando un círculo sin fin. Este emblema simboliza la eternidad y el ciclo interminable del universo, ideas que resuenan profundamente con el concepto de infinito.
En astrología, el símbolo del infinito encarna conceptos como la familia, el amor, la sinceridad y la libertad. También simboliza el equilibrio de fuerzas y la fusión de elementos opuestos, como el día y la noche, la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, o lo femenino y lo masculino.
La cruz de San Bonifacio, utilizada por el misionero que promovió el cristianismo en el Imperio Franco durante el siglo VIII, presentaba este símbolo como parte de sus ornamentos. Envuelto alrededor de la cruz latina, el símbolo añadía un profundo significado espiritual a su diseño.
En el ámbito espiritual, el número 8, que simboliza el infinito, se relaciona con la sanación, la eliminación de energías negativas y el equilibrio entre el pasado y el presente. En Reiki, se utiliza para canalizar energía curativa, mientras que en la religión Católica representa la resurrección y la vida eterna, según Alquimia.
El signo del infinito se refleja también en nuestro interior, presente en las células y en la estructura fundamental de nuestros genes. Se encuentra en la doble hélice del ADN, una cadena interminable con forma de figura de ocho.