El secreto escondido en un hipnótico rascacielos de 100 metros de Chicago

Sorpresa en Chicago
Una prisión de altura
Proyectado hace más de medio siglo
Concepto revolucionario
Prisión y turismo
Un diseño rompedor
Ventanas de dos metros
¿Inspiración medieval?
Imposible escapar
El patio en la azotea
Una zona de recreo con truco
Vigilancia mínima
Plantas independientes
Cárcel mixta
Presos, a partir del piso 11
Metropolitan Correctional Center
Sorpresa en Chicago

Quienes viajen a Chicago, por el motivo que sea, y pasen por el 71 de la calle W Van Buren, podrán apreciar un curioso e hipnótico rascacielos que, a simple vista, dejará claro que no es un rascacielos cualquiera.

 

Una prisión de altura

Efectivamente, este edificio es el Metropolitan Correctional Center (MCC), una prisión federal vertical que, a pesar de no tener rejas, es prácticamente inexpugnable. ¿Quieres conocer su historia?

Proyectado hace más de medio siglo

En este caso, toca viajar a 1971, cuando el Sistema Federal de Prisiones encarga al arquitecto Harry Weese el proyecto de una prisión urbana para la ciudad de Chicago.

 

Concepto revolucionario

Harry Weese lo tuvo claro desde un principio: sería un rascacielos que no necesitaría rejas, ni barrotes y así lo hizo.

Prisión y turismo

Cuatro años más tarde, en 1975, se inauguraría el MCC con más de 100 metros de altura, una arquitectura majestuosa y con una doble función inesperada, prisión y elemento turístico de obligada visita en la ciudad.

Un diseño rompedor

El MCC cuenta con una ingeniosa base triangular y un total de 28 pisos, cuya altura permite que cada celda cuente con una ventana en forma de hendidura que va del suelo al techo, permitiendo entrar la luz pero sin necesidad de poner rejas.

 

Ventanas de dos metros

Cada ventana en las celdas mide más de dos metros pero tiene un ancho de apenas 13 centímetros, que hace imposible que nadie pueda escapar por ellas.

¿Inspiración medieval?

La inspiración de Harry Weese para estas ventanas, bien pudieron ser los castillos medievales, pues sus hendiduras impedían escapar a quien estuviera en el interior, pero también ser vistos desde el exterior.

¿Es la leche de cucaracha el alimento del futuro?

Imposible escapar

Y si alguien consiguiera hacerlo, se enfrentaría a una caída mortal, debido a la altura de los pisos. Tan sencillo como pensar que un preso que está en el piso 14, uno de los más bajos, se enfrentaría a 45 metros de caída.

 

El patio en la azotea

Otra de las joyas de esta prisión sin igual es el patio, ubicado en la azotea, a unos 90 metros del suelo, a los que hay que sumar los muros de más de 9 metros que rodean el patio para evitar problemas.

Una zona de recreo con truco

De hecho, el patio pasa por ser una liberación y la alternativa para tomar aire fresco y ver la luz del día, pero también un problema para quien tenga miedo a las alturas. Sin duda, una medida ingeniosa para evitar intentos de fugas.

 

Vigilancia mínima

Obviamente, la concepción de esta prisión impide que haya módulos o patios con torres de vigilancia, es la propia naturaleza del edificio la que ejerce esa labor de contención y vigilancia.

Plantas independientes

De hecho, cada una de las 28 plantas se compartimenta de forma estanca, haciendo imposible que los presos pasen de una a otra.

 

Cárcel mixta

Una buena muestra es que esta cárcel es una de las pocas que permite los presidios mixtos. Hombres y mujeres conviven de forma armoniosa y sin contacto. Ellos en el bloque superior del MCC, ellas en el bloque inferior.

Presos, a partir del piso 11

Los nueve primeros pisos están reservados para el personal que trabaja en la prisión, mientras que la décima planta alberga la sala de máquina de la penitenciaría.

 

Metropolitan Correctional Center

Son los pisos del 11 al 27 los que se reparten presos y presas, por lo que el primer bloque de reclusos se encuentra a unos 30 metros de altura.

Desoladoras imágenes: así será el planeta en 2050

Más para ti