El verdadero pasado de Putin: ¿era un espía de élite o sólo el chico de los recados de la KGB?
El presidente ruso Vladímir Putin siempre ha presumido de ser un ex-espía de élite de la KGB que jugó un papel crucial en el aparato de inteligencia de la Unión Soviética. Sin embargo, un artículo asegura que la imagen del oficial increíblemente fuerte e inteligente no es correcta, ya que hay una posibilidad de que solo fuera el chico de los recados.
Las historias del pasado de Vladímir Putin son difíciles de creer, según informa la revista 'Insider', ya que ese período en su vida está rodeado de misterio. Todo lo que realmente se sabe sobre el momento en el que el presidente ruso era un oficial de inteligencia es lo que han compartido los medios estatales y los testigos de la época.
Por ejemplo, una de las historias más comunes asociadas a los años de juventud de Putin es la de que él, sin la ayuda de nadie más, logró defender una oficina de espionaje en la Alemania del Este en Dresde de un grupo de asaltantes cabreados que se había formado tras la caída del muro de Berlín.
En 2009, un documental de la televisión estatal rusa mitificó el incidente contando con los testimonios de los testigos allí presentes que relataron cómo Putin blandió un arma ante la multitud y les instó a que se replegaran.
"Este es territorio soviético y estáis en nuestra frontera", dijo Putin, según recuerda uno de los testigos, tal y como lo recoge un artículo del periódico inglés 'The Telegraph'. "Hablo en serio cuando digo que dispararé a cualquiera que entre", continuó Putin, según algunos de los testimonios de la época.
Otra de las leyendas que se mencionan siempre al hablar de los años de espía de Putin es su involucración en la Fracción Ejército Rojo, un grupo terrorista de extrema izquierda de la Alemania del Oeste que se dedicaba a sembrar el caos a lo largo de la República Federal de Alemania, según informa el medio 'Politico'.
Sin embargo, la realidad de su supuesta hazaña heroica en Dresde y su apoyo a grupos terroristas de izquierdas puede ser muy distinta. Según los informes de sus antiguos compañeros de trabajo, Putin habría sido un simple administrativo, una imagen mucho más aburrida comparada con la del espía de élite.
El diario alemán 'Der Spiegel' aseguró en un novedoso reportaje sobre el papel de Putin en Dresde que probablemente el presidente ruso ni siquiera fuera uno de los agentes principales de la Unión Soviética ni el oficial de inteligencia extranjera que él ha pretendido hacer creer, ya que se trataba simplemente de un trabajo administrativo.
Por ejemplo, en 'Der Spiegel' también se podían leer las palabras de uno de los compañeros de trabajo de Putin: "El trabajo consistía, principalmente, en revisar las solicitudes de visita a familiares de los alemanes del Oeste o investigar a posibles informantes dentro de los estudiantes extranjeros de la Universidad de Dresde".
El testimonio parece provenir de un artículo ya publicado del periódico 'Der Spiegel' de 2003. Pero ha habido más personas que han dicho que lo que hacía Vladímir Putin en Dresde como espía de la KGB no era más que un simple trabajo administrativo.
"El compañero de despacho de la KGB cuando Putin llegó a Dresde, Vladímir Usoltsev, a quien sorprendentemente se le permitió escribir un libro en esa época, se encargó de subrayar lo mundano que era su trabajo", escribió la periodista de 'Politico', Catherine Belton, en 2020.
Catherine Belton no profundizó en los detalles sobre las operaciones que llevaban a cabo Putin y sus compañeros en Dresde, pero señaló que, aunque sí hacían trabajo encubierto de reclutamiento, el 70% de sus tareas consistían en escribir "informes sin sentido"; otros incluso dijeron cosas peores en su momento.
Horst Jechmlich fue el último cabecilla del grupo policial secreto de la Alemania del Este conocido como la Stasi y contó al periódico 'Der Spiegel' que Putin solo tuvo un papel menor en Dresde, incluso adjudicando al presidente ruso el sobrenombre de "chico de los recados".
En el periódico 'Der Spiegel' también reflexionaban sobre si el hecho de que hubiera tan pocos documentos sobre el paso de Putin por la Alemania del Este se debía a que lo que hacía era demasiado crucial como para tener que eliminarlo o si era tan anodino como para no ser archivado por la Stasi.
La verdad sobre los años como espía de Putin puede que se encuentre en medio de esas dos narrativas expuestas, por un lado, por sus aliados, y por otro, por sus enemigos. Realmente existen pruebas que indican que Vladímir Putin estaba involucrado en algunas operaciones importantes en Dresde.
Por ejemplo, Klaus Zuchold fue uno de los reclutados de la Stasi por Putin y ha hablado abiertamente sobre el papel del presidente ruso como el principal contacto con el famoso neonazi Rainer Sonntag. Pero también se sabe que las tareas del día a día de Putin eran seguramente trabajo de oficina bastante aburrido.
Al final, Putin no sería ni un espía de élite ni un simple oficinista aburrido. Seguramente, ocupaba una posición intermedia, y más allá de eso, es evidente que el presidente ha sido lo suficientemente hábil como para alcanzar el máximo poder en Rusia, un poder que además ha conseguido mantener desde hace más de dos décadas.
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