Estudian cómo se aparean los insectos y hallan actitudes realmente extrañas
Según 'IFL Science', la mantis hembra hace esto para obtener nutrientes para ella y su descendencia, ya que este comportamiento aumenta el número de huevos que los machos fertilizan.
Si bien los machos están dispuestos a morir para reproducirse, la mayoría no está dispuesta a compartir a sus parejas, y es por eso que un comportamiento común de los insectos macho radica en tratar de asegurar que sus parejas femeninas no se apareen con otros machos, pero las formas en que lo hacen son variadas, creativas y muy extrañas.
La araña de telaraña macho, por otro lado, tiene un “tapón más avanzado”: un órgano reproductivo desmontable que permanece dentro de la hembra una vez finalizada la cópula y que continúa transfiriendo esperma por sí solo durante más de 20 minutos, lo que aumenta el éxito del apareamiento.
Analizan el semen de 40 hombres sanos y encuentran lo impensable
De manera similar, una libélula macho puede usar estructuras en forma de cuchara que tiene su órgano reproductor para extraer esperma de otros machos que la hembra ya pueda tener en ella, como se explica en 'Live Science'.
Foto: George Liapis/Unsplash
Además, las libélulas pueden tener relaciones mientras vuelan y tal “evento” da como resultado que la pareja forme una estructura en forma de corazón.
Finalmente, uno de los datos más extraños sobre la sexualidad de los insectos proviene de un grupo llamado Neotrogla, de apariencia similar a las moscas, que viven en cuevas brasileñas y tienen genitales inversos: los machos tienen una abertura y las hembras un órgano puntiagudo.
Según un estudio de 2014 que describe el peculiar comportamiento reproductivo, la hembra utiliza su puntiagudo órgano para succionar la secreción del macho, decidiendo posteriormente en cuál de las dos cavidades de su cuerpo la almacenará, ya que las hembras también ganan energía al beber esto del macho.