Imágenes de un año de guerra en Ucrania
Hace un año que comenzó la tragedia que supone la guerra de Ucrania, Vladímir Putin anunció al mundo que iniciaba una "operación especial" que jamás supuso fuera a complicarse tanto.
Minutos después del anuncio de Vladímir Putin, las bombas comenzaron a caer sobre territorio ucraniano. Había empezado una guerra entre un pequeño país y la segunda potencia militar del mundo.
El pueblo ucraniano opuso una dura resistencia desde el principio de la invasión. Decenas de miles de personas se unieron a las fuerzas militares de su país. La ofensiva rusa pretendía una caída de Kiev en los primeros días de la guerra: ello no sucedió y los rusos tuvieron que replegarse.
Una de las primeras victorias para Ucrania frente a los rusos (y de las más importantes en el inicio de la invasión) fue la defensa del aeropuerto de Hostómel, un emplazamiento estratégico dentro del plan de Rusia para conquistar Kiev en los primeros tres días de la operación militar especial de Putin.
No obstante, Rusia logró grandes avances en las primeras semanas, ocupando una gran cantidad de territorio en el este, sur y norte de Ucrania. Una de las primeras y más importantes victorias rusas tuvo lugar el el 2 de marzo con la conquista de Jersón, la ciudad más grande que han tomado desde que comenzó la guerra.
El 16 de marzo, las fuerzas rusas cometieron uno de sus peores masacres: bombardeó el teatro de Mariúpol pese a las advertencias de que se habían refugiado allí familias con niños. Murieron unas 600 personas, según Associated Press.
Tras mucho esfuerzo, las fuerzas rusas acabaron tomando el aeropuerto de Hostómel y la mayor parte de la ciudad de Irpín, donde, sin embargo, los enfrentamientos continuaron entre ambos bandos. El 24 de marzo, los ucranianos consiguieron recuperar Irpín casi por completo, solo una semana antes de que Rusia se retirara de los óblasts del norte de Ucrania.
Hacia el 29 de marzo, quedó patente que el frente norte planificado dentro de la operación de Putin para conquistar Kiev era inviable y las fuerzas rusas se retiraron por completo de su ataque a la capital ucraniana para concentrarse en avanzar en el territorio oriental del país.
Cuando las fuerzas rusas se retiraron del norte, los ucranianos entraron en el territorio y descubrieron los horrores que los soldados de Putin habían provocado a su paso. El epicentro de la brutalidad fue la localidad de Bucha. Más de 650 civiles fueron fusilados por los soldados rusos, según BBC News. Hubo violaciones y torturas generalizadas.
El 9 de abril, Rusia bombardeó una estación de tren llena de civiles en Kramatorsk, matando a 52 hombres, mujeres y niños e hiriendo a más de 100 personas más, según recogió PBS News Hour. Al igual que sucedió con Bucha, este fue un importante punto de inflexión para la opinión pública mundial en relación a la guerra. Rusia perdió muy pronto la batalla de la imagen en los países occidentales.
En abril, después de utilizarlo en el ataque ruso a la isla de las Serpientes, las fuerzas ucranianas atacaron y hundieron el Moskva, el buque insignia de la Marina rusa en el Mar Negro. Fue una gran victoria para Ucrania y un aplastante golpe propagandístico contra Putin y su gobierno.
Después de varios meses defendiendo Mariúpol, el 16 de mayo el Regimiento AZOV y otras unidades de infantería de la marina ucraniana entregaron finalmente la acería Azovstal, el último foco de resistencia de la ciudad portuaria. Varios de ellos regresarían del cautiverio en el mes de septiembre, pero otros morirían durante la masacre que tuvo lugar en la prisión de Olenivka.
El 2 de junio, cayó otra ciudad ucraniana que era clave para ambos bandos: Lisichansk. Tras una larga batalla en la que se produjeron algunos de los peores combates urbanos de toda la guerra, acabaría en manos de los rusos.
Ucrania recibió a mediados del mes de junio una primera remesa de cohetes de artillería de alta movilidad M142 de los Estados Unidos, algo que cambiaría el rumbo de la guerra. Con ello, Volodímir Zelenski, el presidente ucraniano, tenía en sus manos las armas necesarias para detener el avance ruso y pasar a la ofensiva.
Después de destruir todo lo que se encontraron en la Isla de las Serpientes, las fuerzas rusas se vieron obligadas a abandonar ese pedazo de tierra en el Mar Negro que pasó a ser controlada por Ucrania. Sucedió en julio. Fue una victoria simbólica que dio alas a las fuerzas ucranianas en un verano difícil.
Uno de los daños colaterales más importantes de la invasión rusa fue el colapso en los envíos de grano de Ucrania a las naciones más pobres del mundo. La seguridad alimentaria mundial estuvo en riesgo hasta que Turquía y la ONU llegaron a un acuerdo con Rusia para permitir su exportación desde los puertos del Mar Negro.
A pesar de la retórica nuclear de los rusos en caso de que se produjeran ataques en suelo ruso, Ucrania atacó la base aérea de Saki en la Crimea ocupada. "Después de los ataques, se vio a decenas de turistas huyendo de la península", según señaló BBC News, que agregó que aquello "tuvo un efecto psicológico en Moscú".
En septiembre, las fuerzas de Ucrania llevaron a cabo una ofensiva relámpago en Járkov, gracias a la cual pudieron liberar la mayor parte del óblast en cuestión de días. Varias unidades rusas colapsaron y la iniciativa en la guerra cambio hacia el lado ucraniano.
El 21 de septiembre, Putin anunció que Rusia movilizaría a 300.000 nuevos soldados, lo que llevó a muchos hombres en edad militar a huir del país. El presidente ruso también anunció la celebración de referéndums en cuatro de los territorios ocupados de Ucrania con la idea de anexionarlos en el caso de que se dieran resultados favorables.
Como se preveía tras unos referéndums poco transparentes, el 30 de septiembre, Rusia se anexionó las provincias de Donetsk, Lugansk, Jersón y Zaporiyia a pesar del rechazo internacional. Corea del Norte es actualmente el único país que ha reconocido estas anexiones de Rusia, según United Nations News.
Tras el anuncio de las anexiones por parte de Vladimir Putin, el 8 de octubre una parte del puente de Kerch, en Crimea, fue destruida misteriosamente a causa de una explosión que nadie se ha atribuido hasta la fecha.
En respuesta al ataque al puente de Crimea, el general Serguei Surovikin fue nombrado comandante de todas las fuerzas rusas en Ucrania y bajo su mando, rápidamente, se cambió de táctica comenzando a atacar las infraestructuras eléctricas vitales para Ucrania.
El 9 de noviembre, el ministro ruso de Defensa ordenó a sus tropas retirarse de la ciudad de Jersón, la única capital regional bajo control ruso en toda Ucrania, replegándose a la margen derecha del río Dniéper. Las fuerzas ucranianas recuperaron la ciudad dos días después de la retirada de Rusia.
En diciembre, Ucrania usó drones para atacar a Rusia dentro de sus fronteras. El 5 de diciembre, las bases aéreas rusas de Riazán y Engels fueron atacadas, destruyendo con ello varios de sus aviones, según la CNN. El 26 de diciembre, la base aérea de Engels fue atacada de nuevo, matando a tres militares rusos.
Ucrania comenzó el año 2023 con fuerza con un ataque que se produjo el 5 de enero a un cuartel ruso en la ciudad ucraniana de Makiivka, en el óblast de Donetsk, en el que acabaron con la vida de al menos 89 militares rusos, según The Moscow Times.
El 14 de enero, el mundo quedó conmocionado cuando un misil ruso partió en dos un complejo de viviendas en Dnipro, la cuarta ciudad más poblada de Ucrania. Aproximadamente 45 personas murieron en aquel ataque, según Associated Press.
Con los tanques Leopard construidos en Alemania de camino a Ucrania, las fuerzas de Rusia adelantaron su calendario militar para iniciar una nueva ofensiva que estaba planificada para la primavera. Soledar cayó el 16 de enero, pero los ucranianos detuvieron el avance ruso hacia Vuhledar el 8 de febrero, destruyendo más de 30 vehículos blindados y posiblemente una brigada completa, según Politico.
En una visita sorpresa a Ucrania, Joe Biden paseó por las calles de Kiev junto a Zelenski mientras las sirenas por un ataque aéreo resonaban de fondo. El presidente de Estados Unidos reiteró el compromiso de su gobierno con su aliado de Europa del Este. Eso sí, aunque la guerra en Ucrania ha cumplido ya un año, no se vislumbra un final ya que todas las partes implicadas se preparan para un conflicto al que le quedan muchos capítulos por escribir.
ADEMÁS: Así es el día a día de Rusia mientras la guerra en Ucrania continúa