La guerra no va bien para Ucrania: la hora más oscura de Zelenski
Volodimir Zelenski pasa por uno de sus peores momentos. Su apoyo internacional se debilita pero también surgen síntomas de desgaste dentro de su país.
El curso de la guerra no va bien para Ucrania. Tras resistir heroicamente a los rusos e, incluso, ganar terreno al enemigo, la contraofensiva que Zelenski impulsó no está obteniendo resultados.
El general Valery Zaluzhn (en la imagen, un grafiti propagandístico con su rostro) sostuvo este mes de noviembre en The Economist (según recogió CNN), que el conflicto se hallaba en "punto muerto" y que no se preveía un "avance profundo" en el frente de batalla.
Zelenski reprendió al general que hablaba de estancamiento en el frente pero ese incidente acrecienta la sensación de que la unidad se rompió dentro de las fuerzas militares y políticas ucranianas. Síntoma de ello es cómo Zelenski destituyó en julio Gregori Galaga, comandante de las fuerzas especiales, y en septiembre a Oleksiy Reznikov, ministro de Defensa (en la imagen).
Aún más llamativo es el ataque frontal que Zelenski recibió por parte del carismático alcalde de Kiev, el ex boxeador Vitali Klitschko.
Vitali Klitschko aseguró en una entrevista a Der Spiegel (recogida por The Independent) que Zelenski estaba pagando por sus errores y que se estaba convirtiendo en un autócrata. Llegó a decir: "En algún momento ya no seremos diferentes de Rusia, donde todo depende del capricho de un hombre".
La pausa en la pelea política interna se terminó en Ucrania. Vuelve la pugna entre facciones. A Zelenski parece estar acabándosele el crédito que se le concedió como imagen de un valeroso David enfrentado al Goliat ruso. Los analistas perciben, incluso, cansancio entre su propio pueblo.
The New York Times titulaba con motivo de la visita de Zelenski a Biden este 12 de diciembre hablando de "contraofensiva fallida". El invierno está siendo muy crudo, paralizando operaciones y complicando la vida en el frente y en la retaguardia.
The New York Times también utiliza el término "momento crítico" para referirse a esta hora oscura que atraviesa Zelenski. Tanto a nivel interno como en el exterior, donde sus apoyos se debilitan.
Muchos congresistas republicanos son reacios a seguir gastando dinero en la guerra de Ucrania. Este mes de diciembre el Senado bloqueó los fondos destinados a ayudar al esfuerzo militar ucraniano. Y todavía puede ser peor para Zelenski.
Si Trump logra presentarse a las elecciones y ganar a Biden, se da por hecho que el apoyo a Ucrania cesará. Y ello supondría un durísimo golpe para Zelenski.
Y luego está la atención que concita la guerra de Israel contra Hamas. El mundo no puede estar pendiente de dos guerras cruciales y menos cuando el conflicto en Ucrania parece cronificarse y sin una solución próxima.
A medida que la guerra se alarga, Zelenski tiene que afrontar el hartazgo de su pueblo. Son muchas las crónicas que hablan de jóvenes que tratan de escapar de Ucrania para no verse obligados a luchar en el frente, donde el número de bajas comienza a ser inasumible.
Zelenski, de momento, continúa desplegando una actividad incansable: acudiendo a todo evento internacional que pueda brindarle apoyos. Uno de los últimos, la toma de posesión del controvertido Javier Milei, ya presidente de Argentina.
Resistir es la única manera de avanzar hacia la victoria por parte de Ucrania. O, como mínimo, para establecer una negociación con Rusia que le permita una salida digna.
Por ahora, Zelenski sigue siendo para una parte significativa del mundo ese héroe inesperado que logró liderar a un pueblo para detener la invasión de un gigante. Pero ¿durará siempre esa imagen?