La curiosa razón por la que cada vez hay más plataformas petrolíferas en el mar
Se estima que en mares y océanos de todo el planeta hay más de 12.000 plataformas petrolíferas y de gas que, a corto y medio plazo van a suponer un grave problema.
Y es que, según se van terminando los recursos fósiles, las empresas responsables de su explotación las dejan a su suerte en medio del mar.
Viendo el cambio energético que se está produciendo y la lucha contra el cambio climático que llevan a cabo la mayoría de países, es obvio que esas plataformas no pueden quedarse en el mar. En tal caso, ¿qué se puede hacer?
El gran problema de retirar una plataforma petrolífera de alta mar, como señalan desde 'Follow the Money', es que resulta muy complicado y cuesta mucho dinero. Obviamente, abandonarlas no es una opción, por lo que hay que pensar en darles un uso alternativo.
Por poner en situación, algunas plataformas pueden llegar a pesar 30.000 toneladas. Para desmantelarlas, lo primero es retirar la parte superior con barcos grúa especiales. A continuación, se corta la cubierta y se lleva a tierra firme para ser reciclada. Y para terminar, toca tapar el pozo de gas o petróleo para evitar filtraciones.
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Tan sólo alquilar un barco grúa para recoger los restos que haya en el fondo del mar, costaría dos millones de euros al día.
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Desde la Comisión Europea se han aventurado a cifrar el coste que tendría limpiar el Mar del Norte y la inversión se iría a 30.000 millones de euros hasta 2030.
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El Mar de Nortel, como apuntan el equipo internacional de investigación 'Follow the Money' cuenta con 615 plataformas, a las que se suman 23.000 infraestructuras satélites, 43.000 kilómetros de oleoductos y 27.000 pozos de gas y petróleo.
El inesperado negocio que salvó a una congregación religiosa de la ruina
El gran problema es que el 85% de esos pozos está abandonado pero las plataformas que los explotaban siguen elevándose firmes sobre el mar.
Y el asunto podría ser mucho peor, pues como señala el citado estudio de 'Follow the Money', hasta principios de siglo XXI no era necesario registrar los cables y tuberías instalados en el fondo del mar, por lo que la cantidad de chatarra que puede haber allí abajo es incalculable.
En este aspecto se ve la importancia del Convenio OSPAR sobre la protección del medio marino del Atlántico Nordeste, en vigor desde 1998, que obliga a retirar, tapar el pozo y retirar las tuberías a quienes dejen de operar en una plataforma.
No obstante, otra alternativa muy plausible apunta a las plataformas como elementos clave en la transición energética del planeta.
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Un estudio de la 'North Sea Transition Authrity' (NSTA) pone cifras al proyecto: reutilizar 50 gasoductos para almacenar CO2, supondría un ahorro de 8.000 millones de euros.
Además, desde Green Tech Media, apunta a que el tamaño que tienen estas plataformas permitiría usarlas para nuevos modelos de negocio. Desde centrales eólicas marinas a zonas estratégicas de almacenamiento de hidrógeno verde.
Ahora, la alternativa más inesperada es la que recoge BBC en tremendo artículo, apuntando que estas plataformas son el hábitat perfecto para crear nuevos arrecifes de coral. Sus elevados pilones son ideales para que determinadas especies lleven a cabo el desove de sus larvas, sin miedo a habituales depredadores.
Es más, el programa norteamericano 'Rigs to Reefs', ya ha transformado más de 500 plataformas de petróleo y gas en el Golfo de México en arrecifes artificiales.
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La cuestión ahora está en saber si merece más la pena retirar las plataformas, con un coste económico y un daño a la vida marina incalculable o, por el contrario, es más rentable dejarlas y que poco a poco sean colonizadas por la vida marina. Complicada decisión.
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