La misteriosa desaparición de Amelia Earhart: el hallazgo que podría cambiarlo todo casi 90 años después
Un nuevo hallazgo podría cambiar todo lo que se conoce, hasta la fecha, sobre la desaparición de la aviadora Amelia Earhart. Se trata de una imagen tomada con una ecosonda que, según afirman algunas voces, finalmente podría arrojar luz sobre uno de los mayores misterios sin resolver de la historia del siglo pasado.
Contextualicemos para entender mejor este suceso. Amelia Earhart fue la primera mujer en volar sola cruzando los Estados Unidos, pero también fue la primera mujer en cruzar el Atlántico y, nuevamente, la primera en cruzar el Pacífico.
Sus huellas se perdieron mientras intentaba lograr su hazaña final: circunnavegar la Tierra. Era el 2 de julio de 1937 y nadie, hasta ahora, ha podido decir con certeza qué sucedió realmente.
(En la foto: la piloto Amelia Earhart y su asesor Fred Noonan con un mapa del Pacífico que muestra la ruta planificada para su última aventura).
La dinámica de los hechos sigue siendo aún una gran incógnita: sin embargo, entre 1937 y hoy se han realizado innumerables expediciones para identificar los restos de la aviadora, su navegante Fred Noonan y el avión en el que viajaban.
Sin embargo, Tony Romeo, director ejecutivo de Deep Sea Vision, una compañía naviera de Carolina del Sur, cree haber identificado con éxito su aeronave.
En el perfil de Instagram de la compañía se puede leer: "Deep Sea Vision escaneó más de 5.200 millas cuadradas [casi 13.500 km²] del fondo del océano con una tripulación de 16 personas y el Kongsberg Discovery HUGIN 6000, el dron submarino no tripulado más avanzado, antes de encontrar lo que podría ser el Lockheed 10-E Electra de la legendaria aviadora estadounidense".
Imagen: Instagram @deep.sea.vision
De hecho, utilizando la tecnología de sonar para cartografiar el fondo del océano, el equipo de Deep Sea Vision detectó una anomalía a unos 5.000 metros de profundidad en el fondo marino cerca de la isla Howland, el atolón del Pacífico al que Earhart parece haberse dirigido en el momento de su desaparición.
(En la foto: imagen de la isla Howland en el momento de la hazaña de Amelia Earhart).
Como recordatorio, una ecosonda o sonar (que proviene del inglés Sound Navigation Ranging) envía impulsos sonoros al agua que se reflejan hacia la superficie en cuanto encuentran un obstáculo. Dependiendo del tiempo que tarde en propagarse la onda sonora podremos deducir la profundidad a la que se encuentra el objeto, su tamaño, pero también su densidad (más o menos dura). Estos impulsos se transforman luego en imágenes que sirven para cartografiar, por ejemplo, una zona submarina. Evidentemente, no se tratan de fotografías como tal.
Sin embargo, tal y como informa The New York Times, Tony Romeo está convencido de que esta "anomalía" detectada por el sonar es compatible en tamaño y características con el bimotor Lockheed 10-E Electra de la famosa aviadora.
"Pasamos 100 días sin encontrar nada", dijo Tony Romeo en una entrevista citada por The New York Times. "Estábamos un poco al límite. Y de repente ahí estaba él. Apareció en la pantalla. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que éramos los primeros en ver el avión de Amelia, perdido hace unos 86 años. Fue una experiencia increíble".
Imagen: Instagram @deep.sea.vision
Entre las voces de The Wall Street Journal, que fue el primero en publicar la imagen del sonar, está la de Dorothy Cochrane, conservadora del Museo Nacional del Aire y el Espacio, que cree que la ubicación sería la adecuada.
(En la foto: un mapa del viaje de Amelia Earhart)
Pero no todos comparten este entusiasmo. De hecho, muchos arqueólogos piden calma y subrayan la necesidad de realizar investigaciones más profundas para aclarar si se trata o no del avión de Earhart.
Esta es la opinión de Andrew Pietruszka, arqueólogo subacuático del Instituto Scripps de Oceanografía de la Universidad de California, que explicó a la CNN que "aunque es posible que se trate de un avión y quizás incluso el de Amelia, es demasiado prematuro para decirlo con certeza".
El comentario de Piotr Bojakowski, profesor de arqueología náutica de la Universidad Texas A&M, publicado en The New York Times, es más tajante: "Hay muchos accidentes aéreos alrededor de todas estas islas. ¿Podría ser un avión americano? ¿Podría ser un avión japonés? ¿O algo más? Todo lo que sabemos por ahora es que parece un avión".
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El artículo de The New York Times recoge también las palabras de la arqueóloga aeronáutica Megan Lickliter-Mundon, que duda de que tras más de 80 años en el océano un avión pueda permanecer intacto, tal y como aparece en la imagen de Deep Sea Vision; aunque se muestra abierta a la posibilidad.
También se muestra escéptico David Jourdan, presidente de Nauticos, empresa que, al igual que Deep Sea Vision, se dedica a la exploración de las profundidades marinas y que, en el pasado, llevó a cabo específicamente búsquedas para encontrar el avión de Earhart.
En un correo electrónico a la CNN, David Jourdan escribió: "Es imposible identificar un objeto a partir de una simple imagen de sonar, porque el sonido puede ser insidioso y el objeto puede dañarse de manera impredecible, cambiando su forma. Es por eso que nunca podremos decir qué es (o no es) un objeto a partir de solo una imagen de sonar".
Deep Sea Vision, sin embargo, tendría la intención de regresar al lugar para realizar una grabación submarina y confirmar (o refutar) la hipótesis de que se trata del avión de Amelia Earhart, localizando el número impreso bajo el ala del Lockheed.
Las palabras de Tony Romeo, recogidas por The New York Times, parecen no dejar dudas sobre sus intenciones: "Quiero que el mundo lo vea". Y gran parte del mundo espera con impaciencia lo que pueda mostrarles en este enésimo capítulo del misterio que rodea a una de las figuras más fascinantes del siglo XX.
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