La primera gran noticia falsa de la historia
Hablar de noticias falsas o, a nivel internacional, de 'fake news' nos lleva a pensar en redes sociales, medios sensacionalistas, tabloides y, sobre todo, una actual era digital en la que la información llega al mundo entero en cuestión de minutos y sin demasiado control. Pero el problema viene de muchísimo antes.
Donald Trump, en su etapa como presidente de Estados Unidos, elevó el concepto 'fake news' a categoría de herramienta multiusos dentro de su discurso. Cada vez que la prensa le hacía alguna pregunta incómoda o contraria a su pensamiento lanzaba la expresión como ataque: "Fake news!". Pero ¿cuál fue realmente el primer medio que hizo de una noticia falsa una verdadera mina de oro?
Hablamos de una época lejanísima en la que no existían redes sociales ni nada que se les pareciera.
Foto: Unsplash - Adem Ay
Tal vez haya quien piense que la primera gran noticia falsa que tuvo repercusión llegó en 1933, cuando Orson Welles narró 'La guerra de los mundos' en CBS Radio como si fuera una invasión extraterrestre real y, según cuenta la leyenda, provocando el caos en Estados Unidos. Pero Orson Welles no fue el primero y, además, en su caso se trataba de un experimento de ficción, sin ánimo de engaño más allá de un instante de entretenimiento.
La realidad es que para dar con la primera gran noticia falsa de la historia hay que remontarse al siglo XIX, concretamente al 15 de agosto de 1835.
Con ilustraciones como la que mostramos se afirmaba en un artículo de 1835: "De la mano de un telescopio de tremendas dimensiones, el joven Herschel, en su observatorio del Hemisferio Sur, ha hecho el descubrimiento más extraordinario (...) y obtuvo una vista de la Luna, resolviendo de forma afirmativa que este satélite está habitado".
Se trató de una seis artículos titulados 'Descubrimientos Celestiales' ('Great Astronomical Discoveries') y se publicaron en The New York Sun.
The New York Sun aseguraba que había vida en la Luna y atribuía el descubrimiento a Sir John Herschel (en la imagen), reconocido astrónomo que había descubierto Urano y que, como se supo más tarde, desconocía la existencia de esta serie de noticias atribuidas a su persona.
Imagen: De Julia Margaret Cameron - Museo Metropolitano de Arte, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=10338594
Comenzaba en aquellos días la era de la información global con la aparición de nuevas máquinas para imprimir periódicos de modo masivo, el auge de la llamada 'penny press' (prensa barata sensacionalista) y la llegada de trenes y barcos de vapor que distribuían a gran escala, incluso en distintos continentes, noticias llegadas desde lejanos confines del mundo. Así que esa historia falsa de habitantes de la luna fue la primera gran 'fake news' internacional.
Imagen: By Lock (?) Naples - The Sun and the Moon: The Remarkable True Account of Hoaxers, Showmen, Dueling Journalists, and Lunar Man-BatsISBN: 0465002579 page 228, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=12431100
Lo más curioso es que esta historia fue aceptada como plausible por otros medios más serios. A ello se sumaron varios grupos religiosos que organizaron una iniciativa para llevar a misioneros a trabajar a la Luna.
Pero pronto hubo periodistas y escritores que señalaron la presunta noticia como pura fabulación. Según recogía en un artículo de 2020 sobre este viejo asunto The Saturday Evening Post, el famoso escritor Edgar Allan Poe (en la imagen) denunció que las noticias falsas inventadas por The New York Sun se inspiraban en su obra 'La incomparable aventura de Hans Pfaal'.
El malvado genio tras esta estrategia para vender periódicos fue Richard Adams Locke, aunque los artículos venían firmados por un Dr. Andrew Grant que no existía.
Richard Adams Locke (descendiente del filósofo John Locke) llegó a The New York Sun cuando éste tenía unas ventas de 8.000 ejemplares diarios y era superado por todos sus rivales. Tras 'El Gran Engaño de la Luna' ('Great Moon Hoax0), el periódico pasó a vender más de 18.000 ejemplares diarios, siendo uno de los de mayor tirada en todo el mundo.
Y es que el público, lejos de penalizar que le hubieran engañado, lo tomó a broma y siguió comprando el periódico a diario. Algo que, tal vez, sea una norma demasiado repetida en la relación entre lectores de prensa y medios a lo largo de su historia. A mucha gente la verdad no le importa tanto. A veces se prefiere la emoción o la identificación ideológica que el rigor periodístico.
Casi dos siglos después, las noticias falsas tienen un nivel de sofisticación que, en ocasiones, dificulta distinguirlas de la realidad. Por suerte, la comunidad digital también tiene herramientas para desenmascarar, con argumentos y verdades, estas herramientas de desinformación.
Así que esa historia de hombres murcélago que habitaban la luna es considerada por medios como The New Yorker como la primera gran 'fake news' de la historia. La primera de una lista demasiado larga.
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