Un nuevo estudio alerta: una sexta extinción masiva podría haber comenzado ya
La quinta extinción masiva tuvo lugar hace 65 millones de años, cuando el impacto de un meteorito borró a los dinosaurios de la faz de la Tierra. Pero, ¿sabemos cuándo podría producirse la sexta? Según temen los científicos, puede que ya haya comenzado...
En un estudio publicado en la revista científica Biological Reviews y realizado por un equipo dirigido por el profesor Robert Cowie, de la Universidad de Hawái, alertan de que "parece cada vez más probable" que nos encontremos en las primeras etapas de una nueva extinción masiva.
En dicho estudio, del que también se hace eco la web de noticias Vice, apuntan que "negarlo es simplemente ir en contra de la gran cantidad de datos que se están acumulando rápidamente acerca de si esto está sucediendo. Y ya no hay espacio para el escepticismo".
Para que podamos considerar una extinción como "masiva", se tiene que dar la circunstancia de que dejara de existir en torno al 70% de la vida animal y vegetal del planeta. En otras palabras, estaríamos hablando de una catástrofe a nivel global ante la que estarían en juego nuestro ecosistema y toda su biodiversidad.
El estudio realizado por Cowie y su equipo se centra en los animales invertebrados y, más concretamente, en los moluscos. Consideran que la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (IUCN) presta demasiada atención a los vertebrados, como son las aves y los mamíferos, sin tener en cuenta suficientemente al resto de los animales.
Cowie advirtió en la revista Vice que "la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza no ha evaluado nada más que una pequeña parte de los animales invertebrados, como son insectos, caracoles, arañas y crustáceos, que suponen el 95% de la diversidad animal de la Tierra”.
Imagen: Ed van Duijin / Unsplash
El estudio realizado por Cowie y su equipo muestra que, desde el año 1500, han desaparecido de la Tierra entre un 7,5 y un 13% de las especies, lo que puede ser un indicativo claro de que nos dirigimos hacia una nueva extinción masiva.
En la imagen, un tigre de Tasmania (Thylacine), que fue declarado extinto en el año 1936, y cuya reproducción se exhibe en el Museo Australiano de Sydney.
Lo peor de todo esto es que, según apuntan los científicos, si realmente nos encontramos camino de la sexta extinción masiva, sería la primera vez en la historia que la razón de que se produjera sería la intervención directa de una de las especies que pueblan la Tierra: los humanos.
La influencia de los seres humanos sobre el planeta en general y el medio ambiente en particular ha supuesto que muchos científicos consideren que vivimos en una nueva era geológica: el Antropoceno. Esta etapa de la Tierra habría comenzado, según explican, cuando los humanos comenzaron a cambiar tanto los ecosistemas como la propia geología a través de su forma de vida.
Existe, sin embargo, discusión sobre el concepto de Antropoceno. Hay quien considera que habría comenzado en el momento en el que los humanos empezaron a desarrollar la agricultura, hace entre 12.000 y 15.000 años.
Pero otros investigadores sitúan el inicio y el desarrollo del Antropoceno en el momento de "la Gran Aceleración", es decir, del enorme crecimiento de la población humana y del consumo de recursos del planeta que se dieron después de la Segunda Guerra Mundial.
Es por ello que el mundo en el que nacieron nuestros abuelos nada tiene que ver con el mundo que conocemos hoy en día...
Un buen ejemplo de la inminente sexta extinción masiva en la Tierra es la desaparición cada vez más evidente de la población de abejas y de mariposas en todo el mundo.
Imagen: Dmitry Grigoriev / Unsplash
Según el periódico The Guardian, la población de abejas en Europa y Norteamérica ha disminuido más de un 30% en solo una generación, lo que da razones para pensar en esa extinción masiva.
Imagen: Annie Spratt / Unsplash
El colapso de la población de abejas tiene una influencia directa sobre los humanos. Y es que estos insectos no solo están en el mundo para hacer miel, sino que tienen la importante labor de favorecer la polinización, lo que afecta en gran medida a los cultivos. Sin ellas, se produciría mucha menos comida...
Por otro lado, la revista National Geographic destacó en una de sus publicaciones que más de 450 especies de mariposas en el suroeste de Estados Unidos también están desapareciendo.
Imagen: Ed van Dujin / Unsplash
Como sucede con las abejas, las mariposas también son cruciales para favorecer la polinización de muchas plantas y flores, lo que afecta directamente a la cadena alimenticia y a todo el ecosistema en general.
La realidad es que el principal culpable de la disminución de la población de abejas y mariposas son los entornos naturales cada vez más cálidos a causa del cambio climático, un problema muy ligado a los seres humanos. El incremento de las temperaturas en el planeta convierte los antiguos hogares de estas especies en lugares inhóspitos para ellas.
Y todo esto sin tener en cuenta además el uso desmesurado que los seres humanos hacen de los recursos de la Tierra y de las materias primas, algo que afecta negativamente a ecosistemas enteros y que incluso puede suponer su destrucción. En la imagen, los efectos de la deforestación en la selva amazónica.
Se ha demostrado que el daño generado por los humanos sobre el planeta es irreversible. Y lo más preocupante es que, a pesar de la celebración de un sinfín de cumbres y la promesa de innumerables iniciativas que parecen proponerse con las mejores intenciones, a día de hoy todo continúa igual.
El tiempo para mantener el equilibrio que ha permitido a la humanidad vivir durante miles de años en la Tierra se acaba. Una vez se rompa, no sabemos si será demasiado tarde para nosotros y a qué desafíos deberemos enfrentarnos para poder sobrevivir.