Muerte, saqueos y hambre: horas de terror en España tras las inundaciones
Mientras la cifra de fallecidos sigue subiendo (más de 150 a primera hora del 1 de noviembre), las zonas más afectadas por las lluvias torrenciales en el este de España (con epicentro en la provincia de Valencia) tienen un aspecto apocalíptico. Y la supervivencia cotidiana se complica por la falta de ayuda.
Son miles de personas las que quedaron atrapadas en localidades sin agua, electricidad ni comida. Las autoridades desplegaron en seguida al ejército pero todavía no pudieron llegar a cada rincón de la zona devastada.
Se suceden en medios de comunicación y redes sociales los testimonios de personas que aseguran estar pasando hambre y sed. Es una emergencia nunca vista y una situación absolutamente insólita en un país desarrollado de Europa.
A la vez que la gente trata de reparar los daños, la falta de lo básico está produciendo saqueos por parte de desaprensivos. Por la noche, en la oscuridad que provoca la ausencia de suministro eléctrico, según cuentan testigos directos en redes sociales, en algunos puntos hay asaltos a domicilios.
Hay, incluso, gente que está marchándose a pie de sus localidades, tratando de llegar a lugares más seguros y con agua y comida.
Impactó especialmente la denuncia de Juan Manual Adsuara, alcalde de Alfafar. Según recogió el diario La Vanguardia, este alcalde aseguró: "No hemos visto ninguna ayuda, la gente está conviviendo con cadáveres en sus casas". Una situación extrema que, según diversas informaciones, se repite en otros puntos.
Largas filas pueden verse en las localidades afectadas por las brutales lluvias. Es gente que aguarda a que se reparta comida y agua. Y son afortunados porque significa que hasta allí puede llegar la ayuda.
Las intensas lluvias provocaron inundaciones y gravísimos daños en infraestructuras. Por eso la ayuda no puede llegar de modo convencional a algunas de las localidades afectadas.
Como ejemplo valga la comunicación por tren, muy utilizada en la zona de Valencia. Se calcula que el tren puede estar sin funcionamiento, según dijo Oscar Puente, ministro de Transporte, "dos o tres semanas".
Las lluvias de enorme potencia son habituales en el litoral mediterráneo cada mes de octubre. Pero en este caso la cantidad de agua caída resultó absolutamente excepcional. Los expertos lo vinculan al calentamiento del mar por efecto del cambio climático.
Las imágenes de personas que, en un país económicamente desarrollado, tienen que buscar comida y agua recuerdan a las series o películas distópicas tan de moda en los últimos años.
Además, hay otra preocupación: que el desastre pueda repetirse. Esta es una imagen de lluvias en la provincia de Cádiz, donde también el agua cayó violentamente. De momento, no regresó la devastación en la magnitud que se vio en la provincia de Valencia.
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