Muerte y devastación en Hong Kong
Las autoridades chinas han confirmado lo que se podía apreciar con solo echar un vistazo a Hong Kong: las lluvias torrenciales son las más fuertes de la historia desde que se tienen registros... ¡en 1884!
Lee Lap, director del Observatorio Meteorológico, ha cifrado estas precipitaciones en 600 mm de agua por hora en varios puntos de la isla.
Por poner en situación, es casi la cuarta parte del total de lluvias que Hong Kong recibe a lo largo de un año.
Una auténtica locura que, según ha corroborado la autoridad china, ya ha supuesto una muerte, además de 110 heridos que, a buen seguro, aumentarán en los próximos días.
Según las autoridades sanitarias, cuatro de estos heridos lo están de gravedad, tras sufrir aparatosas caídas o accidentes de tráfico.
El secretario jefe de Hong Kong, Eric Chan, reconoce que estas lluvias devastadoras se producen "una vez cada 500 años" y ha dado la casualidad que tocaba ahora.
Lo complicado del asunto, según Eric Chan, es que "fue tan fuerte y repentina que no pudimos actuar ni hacer sonar las alarmas cómo sí se hizo con el supertifón Saola".
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Ante las quejas de algunos ciudadanos sobre la adecuación de la ciudad ante las tormentas intensas, el director en funciones de los Servicios de Drenaje, Chui Si-kay, ha defendido al propio sistema.
Y lo ha hecho asegurando que el sistema ha funcionado de forma correcta pero que la extrema lluvia a la que se han enfrentado en las últimas horas ha sido inabarcable.
Obviamente, Honk Kong está paralizada y se han suspendido todas las actividades escolares, además de activarse las condiciones laborales dispuestas en la señal de tifón número 8, en las que se prioriza la seguridad de los ciudadanos.
John Lee, jefe del Ejecutivo en Hong Kong, lanzó un mensaje a la población a través de sus redes sociales.
Además de mostrar su preocupación por lo ocurrido, instó a los ciudadanos a permanecer en zonas protegidas y seguras.
Lo complicado es dar con esas zonas seguras, pues algunas casas están anegadas y con varios metros de agua, mientras que algunas calles cubren coches por completo.
La labor de limpieza, reconstrucción y reparación del daño psicológico, económico y moral tardará años o décadas en completarse.
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