Nueva ola de protestas en Cuba por la escasez y los apagones: el gobierno culpa a EEUU
Cientos de personas se han manifestado en los últimos días en tres localidades cubanas. Las protestas son unas de las mayores que la isla ha visto desde el estallido social del verano de 2021.
(Imagen de archivo correspondiente al 11J en Cuba)
Las primeras manifestaciones se iniciaron en Santiago de Cuba, la segunda ciudad del país. Según la prensa independiente de la isla, pronto se sucedieron en otras dos: Bayamo (Granma) y Santa Marta (Matanzas).
(Imagen de archivo)
La española agencia Efe reportó que la primera protesta comenzó con un grupo de madres, al grito de “corriente y comida”, reclamando por la escasez y crisis energética que atraviesa en estos momentos el país caribeño.
La primera manifestación se llevó a cabo el domingo 17 de marzo, pero otras continuaron los días siguientes, especialmente durante los largos apagones diarios que en las últimas semanas se han sucedido en la isla.
Según los medios estatales, el Gobierno cubano atribuye las protestas a un intento de desestabilización por parte de Estados Unidos, algo que la embajada ha rechazado. Las protestas han continuado pese a las promesas del presidente Díaz Canel de “atender a los reclamos de la población”.
Los cortes y la escasez son consecuencia de la crisis económica que atraviesa Cuba tras la pandemia y la caída del turismo, así como varios años de deterioros en las termoeléctricas que sostienen el suministro y la falta de combustible.
Además de apagones y escasez, los cubanos se enfrentan a un deterioro en el sistema público de salud, con escasez de material sanitario y personal médico, según denuncian medios independientes en la isla.
Todos estos elementos se conjugan en una desigualdad profunda. Al cambio informal, los jubilados reciben 6 dólares al mes y los trabajadores estatales unos 14, mientras que un cartón de huevos puede rondar los 8. En un sistema que aspira al socialismo, la sensación es que sí hay clases más favorecidas y otras que sufren la precariedad.
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En respuesta a la crisis, a pocos días de terminar 2023, el primer ministro cubano, Manuel Marrero, anunció ante la asamblea (parlamento) del país caribeño una serie de reformas económicas de profundo calado.
Según recogieron agencias de prensa internacionales, la reforma propuso cambios radicales para la economía, incluyendo la eliminación de los subsidios universales, que se sustituirán por ayudas focalizadas, aunque no se ha determinado cuándo.
Imagen: Claudia Salamone / Unsplash
El primer ministro Marrero (en la imagen) habló de una reestructuración de instituciones estatales y de un alza en los precios de la electricidad, el combustible, el gas, el agua y otros servicios. Los primeros cambios entraron en vigor en marzo.
Se inició con un incremento en el precio de la gasolina, que según AFP aumenta más del 400%. Además, se anunció que los turistas tendrán que pagar el combustible en divisas extranjeras en lugar de pesos cubanos.
La segunda medida concreta que el gobierno de la isla puso sobre la mesa fue un aumento en el coste del transporte aéreo y por carretera entre provincias.
Según informó Efe, con esas medidas el gobierno busca rescatar a una economía en fuerte contracción, con un déficit fiscal del 18 % para este año y sumida en una profunda crisis.
Algunas de las medidas también afectarán al creciente sector privado de la isla. Se trata del alza de aranceles y un nuevo intento de frenar el mercado cambiario informal, en auge desde 2021. Se penalizará aún más la especulación con divisas extranjeras.
Las iniciativas privadas en Cuba, todas en forma de pequeñas y medianas empresas, fueron aprobadas en 2021. Según medios oficiales, tres años después ya superan las 9.000.
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El mercado de cambio informal resultó clave para el sector privado, ávido de divisas que el estado no puede ofrecer, y que le son necesarias a ese sector para pagar importaciones.
Image: Nick Karvounis / Unsplash
El escenario actual de la economía cubana tiene mucho que ver con una política económica de 2021 que eliminó una de las dos monedas oficiales del país y la reemplazó por una versión digital de las divisas extranjeras llamada Moneda Libremente Convertible (MLC).
Imagen: Yerson Olivares / Unsplash
El gobierno de la isla ha admitido que la política fracasó. Esta derrota se llevó por delante al ministro de Economía y Planificación, Alejandro Gil, destituido a principios de febrero de 2024.
Con la eliminación del CUC (peso cubano convertible), moneda que equivalía al dólar y estaba destinada a los extranjeros que visitaban la isla, el gobierno dolarizó parcialmente la economía, creando establecimientos para pago exclusivo en divisas o MLC.
Ese cambio de la moneda, según un análisis de la agencia EFE, se combinó con la crisis derivada de la pandemia, la caída del turismo y el endurecimiento de las sanciones económicas contra el país por parte de Estados Unidos. Ello condujo a una tormenta perfecta de crisis económica.
Con la dolarización parcial en marcha, la moneda nacional (peso cubano) sufrió una devaluación constante en un mercado informal de cambio de divisas que parece imposible de frenar: un dólar se cotiza en más de 300 pesos cubanos, frente a los 120 del cambio oficial.
A la devaluación constante de la moneda nacional se le suma una inflación que alimenta y se alimenta de esta caída. Según medios independientes, en octubre de 2023 la inflación rondaba el 400%.
Imagen: Diego Gennaro / Unsplash
Otra de las razones detrás de la inflación es la falta de producción local y la escasa oferta. Según CBS News, la isla importa un 80% de lo que consume.