Vacaciones en Groenlandia: ¿peligro de masificación turística?
La industria turística en este planeta globalizado resulta voraz y busca nuevos destinos con que estimular al público. La catástrofe climática es, para el turismo, oportunidad: lugares como Groenlandia, cuya temperatura media asciende año tras año, se convierten en una nueva oferta. Pero ¿está Groenlandia masificándose ya?
Tal y como recogía un artículo en The New York Times a finales de febrero de 2023, el gobierno de esta isla ártica (perteneciente a Dinamarca pero con una gran autonomía política) quiere impulsar el turismo y en 2024 está previsto que grandes aviones de pasajeros puedan aterrizar en los aeropuertos de Groenlandia que están siendo reformados.
El Primer Ministro de Groenlandia, Múte Bourup Egede, declaró a The New York Times: "Necesitamos tener más crecimiento (...) En este momento, la mayor parte de nuestro dinero proviene de la pesca. Necesitamos otras posibilidades de ingresos".
Actualmente la mayor parte de los turistas que llegan a Groenlandia proceden de Dinamarca pero va creciendo poco a poco el público venido de otros lugares. Mejorar las comunicaciones aéreas es una necesidad para crecer turísticamente.
Por ahora, el impacto del turismo en Groenlandia es mínimo. Escribe Gabriel Leigh en The New York Times que "el clima sigue marcando las reglas". Puede que haga menos frío con el cambio climático pero todavía eso, en Groenlandia, significa mucho frío. Así que, por ahora, puede visitarse la isla sin sufrir aglomeración alguna.
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Además, para tranquilidad de quienes temen que Groenlandia sea arrasado por las masas turísticas, lo cierto es que las autoridades tienen claro que la preservación de paisajes y cultura resulta fundamental. El crecimiento en infraestructuras u oferta hotelera pretende ser equilibrado.
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Pero las buenas intenciones no bastan. El turismo suele ser un factor de difícil control. Entre 2010 y 2019, según datos recogidos por Condé Nast Traveler , el número de visitantes pasó de 460.000 anuales a dos millones. Las cifras crecientes del turismo pueden colapsar la isla.
Súmese a esas buenas intenciones del gobierno de Groenlandia la pretensión de que el dinero que genere el turismo sea para negocios locales. Pero la industria turística (aerolíneas, grandes operadores, hoteles, etc) está dominada por multinacionales. ¿Se quedarán fuera?
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Las autoridades de Groenlandia quieren, además, que el dinero del turismo ayude a la supervivencia de la cultura inuit, la original de esta isla helada del norte.
Y para quienes querrían vetar el turismo en los últimos rincones salvajes del mundo, desde Condé Nast Traveler nos recuerdan que la otra opción es peor: que Groenlandia decida explotar los abundantes recursos mineros que puede haber en su territorio y que (otra vez el cambio climático) son cada día que pasa más fáciles de extraer. Esa posibilidad, ahora mismo rechazada por el gobierno local, sí supondría un desastre natural.
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Otra de las claves dentro de los planes del desarrollo del turismo en Groenlandia es que no haya grandes concentraciones, que los visitantes se repartan por toda la isla. Para ello, según explicó Idrissia Therstrup (de Visit Greenland) a Condé Nast Traveler: “Cada región tendrá su propio centro de visitantes y un tema regional específico, promoviendo la variabilidad de los elementos culturales, geológicos, culinarios e históricos que cada lugar tiene para ofrecer”.
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En el citado artículo de Condé Nast Traveler explican cómo desde Groenlandia se mira con atención la manera en que Islandia (en la imagen) logró aumentar su cuota turística sin que ello supusiese un cambio traumático para la sociedad y el paisaje.
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Y en el planteamiento de Groenlandia existe la pretensión de que toda modificación en el paisaje se integre en el horizonte blanco de la isla. Ejemplo es el nuevo centro para visitantes Ilulissat Icefjord Center, cuya arquitectura se inspira en las formas del vuelo de un búho nival.
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Groenlandia es un territorio poco poblado: unos 61.000 habitantes. Y el turismo puede suponer un avance económico significativo.
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Según Statista, el turismo generó en 2021 unos ingresos mundiales de 621.000 millones de dólares. En todo el planeta se desplazaron unos 430 millones de turistas.
El turismo de masas no cesa, incluso en tiempos convulsos como estos. Es el afán del ser humano de viajar lejos. Y Groenlandia tiene algo del fin del mundo, de última frontera. Un destino, desde luego, atractivo.
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