Viajar a Venecia nunca volverá a ser igual: la polémica medida que lo cambia todo
Venecia ya cobra el acceso a la ciudad a los turistas desde el pasado 25 abril de 2024. Medida polémica y en fase experimental durante un tiempo (aunque las autoridades de la ciudad aseguran que ha llegado para quedarse) comenzó con una entrada por persona con un precio de 5 euros.
Esta tarifa, definida como un “contribución de acceso” a la ciudad, tiene como objetivo desincentivar y gestionar mejor el flujo de turistas que llegan a Venecia, especialmente en los días más críticos como los fines de semana, los puentes o periodos festivos.
Los turistas que visiten la ciudad en un solo día, entre las 8.30 y las 16, deberán abonar el coste de la entrada. Si no lo hacen y las autoridades los someten a controles (previstos en este nuevo sistema) se arriesgan a una multa de entre 50 y 300 euros, más el pago del billete, que en este caso será más caro: de 10 euros.
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Pero, ¿cómo funciona y en qué casos se deberá pagar?
Desde el pasado 25 de abril, hasta el 5 de mayo, los turistas han tenido que pagar para poder acceder a la ciudad de las góndolas. Después del 5 de mayo, solo deben hacerlo los fines de semana, hasta el 14 de julio de 2024.
Para pagar, hay que seleccionar la fecha en la que se quiere visitar la ciudad en el portal https://cda.veneziaunica.it/scegli-la-data. Después de haberlo hecho, se recibirá un correo con un código QR que tendrá que enseñarse a los funcionarios en las principales vías de acceso a la ciudad. Se puede pagar en línea o en locales y sitios asignados. Sin embargo, hay excepciones.
Algunos colectivos no tendrán que pagar esta entrada. Entre estos, los turistas que pernoctan al menos una noche en la ciudad, puesto que ya pagan una tasa para su estancia. Sin embargo, deberán registrarse igualmente en el portal pidiendo la gratuidad del servicio. Ellos también recibirán un código QR.
Quien trabaja en la ciudad, pero no vive allí, los estudiantes, los residentes en la región Véneto y quien accede por motivos médicos, tampoco deberá pagar, aunque sí registrarse. Lo mismo ocurre con los invitados de un residente, que en este caso deberán tramitar la petición.
Quienes no tendrán que pagar ni registrarse son los ciudadanos que nacieron en Venecia, los residentes y los menores de 14 años. Para evitar el pago, solo deberán mostrar su DNI. Como explica el periódico italiano Il Post, tampoco deberán abonar el coste las personas discapacitadas y sus acompañantes, las fuerzas armadas, los bomberos y los policías, enseñando su acreditación.
Desde hace años se hablaba de adoptar este billete de acceso, pero fue el pasado septiembre de 2023 cuando el alcalde de Venecia, Luigi Brugnaro, anunció la medida para gestionar mejor los turistas "de un día". La idea es convencerlos a visitar la ciudad en otras fechas. Para el regidor, el objetivo es que el turismo sea más sostenible, y no tanto enriquecer a la ciudad.
Sin embargo, ya en el primer día de este nuevo experimento, las cuentas de la ciudad ganaron más de 78.000 euros. Según los datos del Ayuntamiento, 113.000 personas hicieron su reserva en la plataforma, pero de estas tan solo 15.700 pagaron la contribución. 40.000 se alojaron en un hotel, y los demás eran estudiantes, trabajadores, familiares de residentes.
En tan solo ocho días, Venecia recibió 723.000 euros, superando la cuota que el mismo Ayuntamiento preveía recibir al cierre de los primeros tres meses de prueba.
Venecia es la primera ciudad del mundo en adoptar esta medida, que no ha sido bien recibida por todos. De hecho, en los primeros días, varias asociaciones ciudadanas se han manifestado contra la adopción considerándolo “inconstitucional”.
Para los detractores, de hecho, tener que pagar para acceder a la ciudad es una violación de la libertad de circulación prevista por la constitución italiana y por la Carta de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea.
Otros, en cambio, consideran que el único objetivo es hacer que el ayuntamiento se enriquezca. Para ellos, esta medida no conseguirá limitar de una forma eficaz el problema del turismo masivo; al contrario, contribuirá a disuadir al Ayuntamiento en tomar ulteriores medidas al respecto.
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La idea que la ciudad sea más vivible está a la base de esta iniciativa. De hecho, el turismo masivo ha cambiado radicalmente Venecia y ha sido una de las causas de la huida de muchos de sus residentes: de los 175.000 habitantes que contaba en 1950 ha pasado a los 49.304 actuales.
El riesgo de este turismo para la ciudad ha sido puesto en evidencia también por el comité World Heritage de la agencia Unesco, que ha pedido que Venecia se incluya en la lista de patrimonio de la humanidad en peligro.
Pero más allá del turismo, el desarrollo de la ciudad y el impacto del cambio climático también han afectado gravemente a una ciudad única en el mundo.