Así funciona el modo infiel de WhatsApp
¿Cuántos casos de infidelidad han salido a la luz por el envío de mensajes comprometedores en momentos inoportunos o a destinatarios incorrectos a través de WhatsApp?
Hay, no obstante, un modo de utilizar WhatsApp que, coloquialmente, se está denominando "modo infiel". No hace falta explicar por qué.
Hay quien desactiva la señal que notifica que el mensaje se ha visto o elmina la última hora de conexión o pausa la aplicación para que no llegue mensaje alguno. Pero con el "modo infiel" todo eso sobra.
El llamado "modo infiel" es la opción que ofrece WhatsApp para duplicar la aplicación usando el mismo teléfono.
Y es que con más de 2.000 millones de usuarios en todo el mundo, WhatsApp es un territorio para el amor, el desamor y (claro) las infidelidades.
La idea es tan sencilla como disponer de dos aplicaciones de WhatsApp en el teléfono, usando el mismo número, y evitando así cruzar mensajes que el usuario no quiere que sean vistos.
En realidad, esta opción no se ideó pensando en relaciones al margen de la pareja habitual ni en ocultaciones ni en amores tóxicos. El objetivo era totalmente profesional.
Con dos aplicaciones en un mismo número se ofrecía el separar lo profesional de lo personal.
En el ámbito laboral, incluso, esta opción del doble WhatsApp puede resulta recomendable cuando se aborda un proyecto secreto, por patentes, mandato legal o cualquier elemento que requiere cierto grado de confidencialidad.
Obviamente, también surgieron en seguida otros usos paralelos: esta "opción infiel" se empla también para organizar una fiesta sorpresa o un cumpleaños.
¿Y cómo se activa el "modo infiel" de WhatsApp? Lo primero es acudir a las 'Funciones Avanzadas' o 'Ajustes' del smartphone.
Conviene saber que este "modo infiel" funciona tanto para Android como para iOS.
A continuación, toca buscar la opción de 'Aplicaciones Duales', 'Clonador de Aplicaciones' o 'Mensajería Dual' y tan sólo quedaría encontrar WhatsApp y activarlo.
A partir de ese momento, la aplicación de WhatsApp aparece dos veces en el smartphone y cada una se puede gestionar de forma independiente.
De cualquier modo, nunca está de más recordar que leer sin permiso los mensajes de otra persona (sea nuestra pareja o un desconocido) constituye una falta que, incluso, puede estar penada. Y más allá de eso hay que tener en cuenta lo insano de esa práctica.
El control de mensajes ajenos, la desconfianza, las ocultaciones suelen formar parte de los elementos de las relaciones tóxicas. Hay que huir de ese tipo de relaciones y, si es preciso, recurrir a ayuda profesional si sentimos que nuestra relación es una amenaza para nuestra estabilidad física o mental.