De la Atlántida al Triángulo de las Bermudas y las cumbres del yeti: mapa de antiguos misterios del mundo
La cultura popular (y lo que antes se denominaba folklore) está repleto de leyendas sobre lugares y seres extraordinarios. En la década de los 60 y 70 del siglo XX hubo un boom de crónicas, fotografías y libros sobre territorios del misterio como el Triángulo de las Bermudas, la Atlántida, las cumbres heladas donde el yeti supuestamente habitó... Recordemos esas historias.
Un lugar en el océano que se tragaba aviones y barcos. Eso, básicamente, era el famoso Triángulo de las Bermudas. ¿Qué sucedió allí realmente y por qué ahora ya no se habla tanto de ese área presuntamente maldita?
Sí, en ese lugar del mar Caribe se ubicaba tan inquietante triángulo que a los viajeros les infundía enorme temor.
Imagen: By Bermudan_kolmio.jpg: Alphaiosderivative work: -Majestic- (talk) - Bermudan_kolmio.jpg, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=6916509
Brújulas que no funcionaban, corrientes desconocidas para los marineros, olas inmensas surgidas de la nada. Todas esos elementos se incluían en las historias de navegación acerca del Triángulo de las Bermudas.
Imagen: Sesha Reddy Kovvuri / Unsplash
Uno de los primeros casos que se mencionan al respecto del Triángulo de las Bermudas es la desaparición del buque escuela Atalanta. Así se resume en la Wikipedia: "El buque escuela a vela HMS Atalanta (originalmente llamado HMS Juno ) desapareció con toda su tripulación después de zarpar del Royal Naval Dockyard, Bermudas hacia Falmouth , Inglaterra , el 31 de enero de 1880".
By La Ilustracion Espanola y Americana, 30 de abril de 1880 - http://www.cervantesvirtual.com/descargaPdf/la-ilustracion-espanola-y-americana--770/, Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=62595717
Otra historia del Triángulo de las Bermudas la protagonizan los 14 aviadores del Vuelo 19 que salieron de entrenamiento en 1945 desde la base de Fort Lauderdale, en Florida, y jamás volvieron. Desaparecieron súbitamente de todo radar y se perdieron en las tinieblas oceánicas.
Pero quien hizo del Triángulo de las Bermudas un icono de la cultura popular fue Charles Berlitz, autor de un libro clave publicado en 1973. Era nieto del fundador de las famosas academias Berlitz para aprender idiomas. Compiló todos los relatos de pilotos, navegantes y viajeros que habían sufrido en ese "área maldita" del océano y el mito cristalizó.
Charles Berlitz concedió una entrevista en 1977 a The New York Times en la que aseguraba que el tiempo fluctúa al entrar en el Triángulo de las Bermudas. Según Berlitz, hay pilotos que creen haber volado unos escasos minutos y, de pronto, se hallan con el depósito vacío porque, en realidad, pasaron horas. "Otras veces, los aviones llegan a su destino con dos horas de anticipación”, aseguraba Berlitz. Y luego están los barcos y aviones que jamás llegan a su destino.
El libro y todas las leyendas e historias surgidas al calor del best-seller de Berlitz inspiraron la película 'The Bermuda Triangle (El diabólico Triángulo de las Bermudas)', una cinta de serie B dirigida por el mexicano René Cardona Jr y protagonizada ¡por John Huston! Sí, el director de clásicos como 'The African Queen', 'Prizzi's Honor' o 'The Dead' se internaba en lo peor del océano.
Sin embargo, los incidentes narrados por marineros y pilotos de aviones quizá tienen explicación científica. Y, además, da qué pensar la ausencia de sucesos recientes en el Triángulo de las Bermudas. Quizá la tecnología actual ganó a la maldición.
Imagen: Charlie Hales / Unsplash
Sobre las brújulas que se vuelven locas cabe decir que no es un fenómeno inusual en algunos lugares del planeta por efecto de variaciones magnéticas relacionadas con los polos. Y las corrientes cambiantes son habituales en lugares bajo la influencia de la corriente del Golfo, como es el caso del Triángulo de las Bermudas. Y súmense los frecuentes huracanes caribeños para hacer de esta zona un lugar que, en ciertas condiciones, puede resultar difícil para navegar o sobrevolar.
Imagen: Public Domain, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=4670129
Del Triángulo de las Bermudas podemos viajar perfectamente a la Atlántica, continente perdido que Charles Berlitz en su entrevista con The New York Times mencionaba como posible causa de las anomalías en la zona, ya que podría yacer bajo esas aguas caribeñas.
Imagen: NASA
La Atlántida es un supuesto continente que los océanos devoraron. Platón lo menciona. Se buscó durante muchos años infructuosamente su rastro. Hay quien señala las españolas islas Canarias como el resto que queda en la superficie de aquella civilización mítica.
En 2009, recurriendo a esta imagen de Google Ocean (equivalente marino de Google Earth), The Sun aseguró que ahí estaba la Atlántida y que esas líneas eran ruinas de una construcción humana que ahora se hallaba bajo las aguas del océano Atlántico. Google se apresuró a aclarar que eran surcos en el agua de la navegación de barcos, un mero efecto óptico.
Imagen: Google Ocean
Otro mito muy popular en el siglo XX y que ahora apenas se aborda es el del yeti, ese "abobinable hombre de las nieves" que era una suerte de eslabón perdido de la humanidad que se escondía en inaccesibles cumbres heladas. Lo que pasa es que en el siglo XXI no queda ninguna cumbre inaccesible.
En el Himalaya tenía el yeti su hogar y muchos exploradores juraban haberlo visto entre la ventisca. En el Tíbet se denomina Jigou a este monstruo mítico. Parientes suyos son el Yowie australiano, el kunk de los Andes sudamericanos o el chuchunga siberiano.
Imagen: Jeremy Benzager / Unsplash
No hay imágenes fiables del yeti ni avistamientos muy creíbles. Y un estudio de ADN realizado en 2017 con supuestos restos de yeti y especímenes similares que se conservan en diversos lugares del mundo halló, según publicaba The Washington Post, restos de osos y un colmillo de perro.
Imagen: Pixabay
Pero bien es verdad que algunos de los que dijeron ver al yeti eran hombres ilustres: el gran Sir Edmund Hillary (en la imagen junto a su sherpa Tenzing Norgay, con quien coronó por vez primera en la historia el Everest) o Reinhold Messner (primero en subir 14 cumbres del Himalaya sin oxígeno) aseguraron haberse encontrado, muy de lejos, con el peludo hombre de las nieves legendario.
El primo estadounidense del yeti es el Bigfoot. Un cruce de oso y gorila que se esconde en los bosques de Norteamérica. Como la mayoría de los bosques o se urbanizaron o se llenaron de turistas, el bigfoot ya no asoma su nariz.
Cierto es que en el siglo XX todavía existía naturaleza salvaje apenas visitada dentro de los Estados Unidos y los exploradores hacían fotos como esta. En Eureka, California, se captó esta imagen, presunta prueba gráfica de la supuesta existencia de ese ser mítico.
Los avistamientos de Bigfoot fueron numerosos en Norteamerica durante todo el siglo XX. Pero en el siglo XXI ya nadie (o casi nadie) le ha visto.
Imagen: De —User:Fiziker - I created this work entirely by myself from the blank map at File:North America second level political division.svg Transferido desde en.wiki a Commons. by the author), Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=8775280
Algo similar le sucede al monstruo del lago Ness, en Escocia. Antes hasta le hacían fotografías como esta y ahora no hay noticia de su paradero.
Claro que siempre hay avistadores que dan noticia de Nessie. En el verano de 2023, según publicó Telegraph, un turista francés vio "una enorme forma oscura" que agitó violentamente las aguas y lo identificó como el icónico monstruo del lago.
Otro misterio muy siglo XX fueron los círculos y dibujos en cultivos (también llamados agroglifos). Aparecieron, sobre todo, en Australia y Reino Unido. En 1991 los británicos Doug Bower y Dave Chorley confesaron que ellos habían hecho unos 200 durante más de dos décadas. Así que quedaba descartada la explicación extraterrestre.
Imagen: De Jabberocky - Trabajo propio, Dominio público, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=2484404
Luego están las faamosas líneas de Nazca, en Perú, dibujos que sólo pueden apreciarse desde el cielo, a una altura considerable. Estos llamados geoglifos, mensajes a los dioses realizados por la cultura nazca (precolombina), fueron realizados entre el 200 y el 600 antes de Cristo.
En 2010 era noticia del National Geographic: 'Noah's Ark founds in Turkey?' ('¿Hallada el Arca de Noé en Turquía?'). El asunto lleva mucho tiempo fascinando a los rastreadores de viejos enigmas.
El mencionado artículo de 2010 publicado en National Geographic hablaba de una expedición que decía haber encontrado restos del Arca de Noé en el monte Ararat, situado en la zona de Turquía fronteriza con Armenia e Irán. Este monte suele ser mencionado casi siempre como el lugar donde desembarcó Noé tras el diluvio.
Imagen: Daniel Born / Unsplash
Los investigadores de esa expedición al monte Ararat aseguraron a The Daily Mail que habían encontrado "siete grandes compartimentos de madera enterrados a 4.000 metros (13.000 pies) sobre el nivel del mar, cerca de la cima del monte Ararat". Pero más allá de la poética especulación, poco más se avanzó con respecto a si aquella madera había formado parte del arca de Noé.
Imagen: Pixabay
Los fantasmas quizá perdieron parte de su romanticismo, pero el miedo a los espíritus persiste. La icónica sábana dio paso a otros atuendos. Ya en 1982 la célebre cinta de terror 'Poltergeist' mostró de qué manera los habitantes del más allá pueden salir de la pantalla de un televisor.
Imagen: Kevin Ecate / Unsplash
Al ser humano le gustan los misterios, las historias de miedo, los relatos que reten su fantasía. Y ello no es malo. Siempre y cuando sepamos a partir de qué punto empieza la ficción.
Imagen: Greg Razoky / Unsplash
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