El gran engaño de Elon Musk: el futuro con robots humanoides aún está lejos
Elon Musk impresionó al mundo entero durante la presentación de los robots humanoides en el evento 'We, Robot'. Caminando entre la gente, sirviéndolos bebidas y hasta bailando clásicos de los 90, estos -hasta ahora- personajes futuristas de ciencia ficción, por un momento, se convirtieron en una realidad al alcance del presente.
El CEO de Tesla, empresa que está detrás de Optimus -nombre que recibe este novedoso robot- ya avisó de lo que podemos esperar de él: "Puede ser un profesor, cuidar de tus hijos, pasear a tu perro, cortar el césped, hacer la compra, ser tu amigo o servirte bebidas. Hará lo que se te ocurra".
Imagen: Tesla Optimus
Sin embargo, el globo no tardó en desinflarse y fueron muchas las voces que bajaron la euforia en torno a este proyecto del todo revolucionario. A través de las redes sociales, fueron muchos los testigos directos de su presentación que pusieron en duda que estos robots funcionaran realmente de forma autónoma como se hizo creer en un principio.
Entre los escépticos, se encontraba el famoso youtuber Marques Brownlee, quien se mostró confundido en la red social X después de interactuar con Optimus: "O bien esta es la mejor demostración de robótica y LLM que el mundo haya visto jamás, o bien está operada casi totalmente a distancia por un humano. No hay término medio", dijo.
Y esa es precisamente la teoría que casi todos los asistentes manejan, que lejos de funcionar de forma autónoma, el robot de Tesla funciona remotamente y gracias a la intervención humana. Una conclusión a la que llegaron después de interactuar con él y responder a sus preguntas con evasivas y respuestas inconsistentes.
La realidad, como apunta el medio económico Bloomberg, es que, en la actualidad, entre los grandes desafíos de la robótica aún están tareas como caminar, manipular objetos y mantener conversaciones fluidas con las personas, lo que alimenta más las dudas sobre los Optimus de Elon Musk.
El portal The Verge llegó incluso a hablar con uno de los ingenieros de Tesla que acudieron al evento -donde también se presentaron los robotaxis Cybercab y los minibuses autónomos Robovan-, que llegó a confirmar que la mayoría de los movimientos de los robots fueron controlados y supervisados por humanos.
El engaño de Testa, que no informó en ningún momento sobre esto, ha generado reacciones entre inversores como Morgan Stanley, desde donde su analista Adam Jones, mostró en la CNBC su decepción, lamentando que Optimus no suponía un "progreso significativo" dentro del mundo de la robótica. "¿Eso es todo?", dijo al medio.
Se trata de algo fundamental, pues, como apuntaban junto a distintos analistas de Wall Street decepcionados con toda la información desvelada, el impacto en el mercado de Optimus depende en gran medida de su autonomía y de la falta de necesidad de intervención humana que, si existe, limitaría mucho su interés.
En un artículo publicado en Bloomberg también se hizo eco de lo acontecido en el evento de Tesla, resaltando que las posibilidades de "control remoto" de los robots podrían ir desde una manipulación total por parte de los humanos hasta asistencia en funciones puntuales, aunque dejaba claro que todo era "un misterio".
A pesar de todo, Optimus sigue siendo una apuesta decidida e importante de Elon Musk quien, en la junta de accionista de Tesla celebrada en julio de 2024, aseguró que, sólo con el negocio de los humanoides, la empresa podría alcanzar un beneficio de un billón de dólares anuales, según publicó CNBC.
En ese sentido, se hizo sus propias cuentas, asegurando se venderían en torno a 1.000 millones de robots al año a un precio de mercado de entre 20.000 y 30.000 dólares. Unas cuentas que, de momento, dependerán de que puedan conseguir que realicen las funciones que el propio Musk describió con sus propias palabras durante el evento.
De momento, el gran avance de Tesla en este sentido ha quedado en un burdo engaño que pocos han creído, aunque existe la confianza en que el verdadero Optimus -con todo lo que Musk ha avanzado- puede un día dejar de ser ficción para convertirse en realidad.
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