Imágenes de la guerra en Ucrania
Objetivo: Kiev. Según van pasando los días, arrecian los bombardeos en la capital de Ucrania y resultan más mortíferos. La agencia AFP asegura que donde se tomó esta imagen se produjeron al menos seis víctimas mortales.
Otra localidad ucraniana asolada por las bombas rusas.
Los ucranianos denuncian que en Zhitómir una escuela ha recibido el impacto de bombas rusas. Aseguran que ello prueba que Putin está atacando objetivos civiles.
Todo guerra es una suma de dramas particulares. Y de llantos. Como este llanto de una madre, que despide a su hijo caído en combate.
Este momento de recogimiento en un funeral de soldados ucranianos, en Lviv, es otra muestra de dolor en territorio de retaguardia.
Todo lo cotidiano se convierte en ruinas durante la guerra. A las afueras de Kiev.
La tragedia de la guerra puede observarse también en los márgenes. No sólo en el campo de batalla sino, por ejemplo, en esta despedida antes de partir hacia el frente, en una estación de tren de Kiev.
Las bombas llevan casi desde el primer día de la guerra cayendo sobre la periferia de Kiev.
Y luego están las víctimas más inocentes: como estas niñas y niños que caminan en busca de un lugar seguro, apenas protegidas del intenso frío con una manta, en la frontera con Eslovaquía.
En Odesa las estatuas históricas de esta ciudad de esplendoroso pasado se preparaban, antes de los ataques, para resistir la devastación de las bombas.
A lo lejos, el humo de los bombardeos. Por la carretera, caminantes en busca de un lugar seguro.
Otra instantánea triste. Mascotas camino de un destino incierto. El signo de cómo, hasta en las peores situaciones, hay quien no abandona a sus animales queridos.
Una imagen de edificios cerca de Lviv, gran ciudad casi en la frontera con Polonia.
La voladura de puentes para dificultar el avance del contrario es una práctica de guerra habitual. Y obliga a la población civil a huir a pie, a toda prisa y con la amenaza de las bombas, como puede verse en esta imagen.
Pasan los días y la guerra se recrudece y quienes todavía no han escapado han de hacerlo a mayor velocidad.
Niñas y niños tienen que marchar en busca de lugar seguro. Como esta niña en Irpin, localidad ucraniana, que se despide de su padre. Los hombres ucranianos mayores de 18 años están obligados a quedarse para luchar.
Los expertos en geoestrategia coinciden en que el ejército ucraniano es inferior (en número y material) al ruso. Pero también inciden en el hecho de que una población civil armada y que ofrezca resistencia puede hacer imposible al invasor el control real del territorio.
La guerra provoca momentos como este: una madre que huye con su hijo y que mira al cielo, desde donde puede la llegar la muerte en cualquier momento. La tragedia en Ucrania no cesa.
Una instantánea tomada en la localidad de Irpín. Las víctimas quedan abandonadas en el campo de batalla. Según Getty, fuente de la imagen, son dos soldados rusos.
Las bombas devastan las ciudades ucranianas. Ayer estas ruinas, también en Irpín, eran un hogar.
Evacuar a niñas y niños es una de las principales tareas en medio de un conflicto para el cual pasan los días y se agravan las consecuencias.
Son días de despedidas. Los hombres mayores de edad se quedan en Ucrania para combatir. Niñas y niños abandonan la zona de guerra junto a sus madres.
La destrucción y el sonido de bombas se convierte en parte de la vida diaria.
Como otras guerras, las carencias en el suministro surgen y quemar madera es una solución contra el frío. Cualquier conflicto es un viaje en el tiempo con imágenes repetidas.
Todavía hay nieve en las llanuras de Ucrania, y sobre esa nieve quedan tendidos los cuerpos sin vida de las víctimas de un conflicto trágico y aterrador. En la imagen, un soldado ruso fallecido en combate.
Las bombas rusas caen a diario. Es uno de los métodos para ganar la guerra. Lo más visible son los edificios destrozados pero, tras esta imagen (de Kiev) hay miles de tragedias, de familias destrozadas, de devastación.
La vida sigue durante las pausas de la guerra. Entre escombros. La imagen es de Kiev.
Hogares, escuelas u oficinas se convierten en ruinas al paso de la guerra.
El amor por nuestras mascotas se mantiene en las peores condiciones, también durante la guerra.
Y, mientras tanto, en las fronteras de Ucrania (con Polonia -donde se tomó esta imagen- o Hungría) se acumulan los refugiados. En los primeros días se hablaba ya de más de 600.000 desplazados. Poco después ya se calculaba esta cifra en ¡un millón! Tras la primera semana de conflicto, organismos internacionales advertían de la posibilidad de que la cifra de refugiados llegase a los tres millones.
Una de las imágenes más terroríficas de esta guerra ha sido la tomada por satélite del convoy de blindados militares rusos que, según The New York Times, tenía más de 60 kilómetros de largo.
Frente a toda esa maquinaria militar, la fuerza de Ucrania es menor en cuanto a número y armas. Pero también está la resistencia civil, la población luchando con medios no convencionales.
La larguísima mesa donde Putin despacha con sus colaboradores (y donde también habló con el presidente francés, Emmanuel Macron) es uno de los objetos icónicos de la trastienda de este conflicto. Un resumen del absurdo de toda guerra.
Este ciclista en la frontera polaca, con soldados vigilantes, representa la imagen de cómo un límite entre países marca la diferencia entre la normalidad y la tragedia. Entre salir a pasear en bicicleta o tener que huir por pura supervivencia. O estar obligado a combatir.
En los últimos trenes que salieron de Kiev se podían ver rostros como el de la mujer de la imagen. El gesto de dolor de quienes dejan atrás toda una vida y no saben si podrán regresar a su hogar.
El cómico que bailaba en 'Dancing with the stars' se ha convertido en un héroe para sus conciudadanos. El presidente ucraniano ha permanecido firme en su puesto, haciendo constantes llamadas al pueblo de Ucrania para que combata contra el ejército ruso.
Ucrania, como puede verse en la imagen, es un país en llamas. Las bombas arrasan su territorio.
La capital de Ucrania ha sido atacada casi desde el primer día. Son los barrios de las afueras los que sufrieron, en principio, las peores consecuencias.
Una instantánea tomada en Koshytsa, suburbio de Kiev.
El ataque ruso a Ucrania comenzó el 24 de febrero y a las pocas horas ya llegaban imágenes como esta, con las primeras víctimas mortales del conflicto.
La población tuvo que habituarse desde el primer día a un escenario de guerra ajeno a su existencia cotidiana. Así es la guerra.
Las grandes extensiones de Ucrania son el paisaje de esta guerra. Aunque más bien, en realidad, los combates se están produciendo en las ciudades, puntos clave para el dominio del territorio.
En un mundo globalizado e hipertecnificado, las imágenes de toda guerra llegan desde el primer minuto. Como propaganda, denuncia o manipulación. Eso es lo que el periodismo ha de dilucidar.
La guerra siempre es un fracaso. Y todo conflicto es tristeza, miedo y desolación.
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