Nueva amenaza mundial llega desde Rusia

Según científicos de la Unión Europea, los recientes incendios provocados por un clima inusualmente seco y cálido para la época del año en una de las regiones más al norte de Rusia han provocado la liberación de megatones de carbono a la atmósfera durante el pasado mes de junio.

Los incendios han asolado la República de Sakha que se encuentra dentro del círculo polar ártico. Según los científicos, esta es la tercera vez en los últimos cinco años que incendios de alta intensidad causan el caos en la región.

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Sakha es la región más grande de Rusia, y está habitada por un millón de personas y recubierta por bosques boreales y suelo rico en carbono. Su capital, Yakutsk, es la ciudad grande más fría del mundo, pero debido al cambio climático las temperaturas están subiendo y los incendios están siendo cada vez más devastadores.

"Esta es la tercera vez desde 2019 que estamos observando incendios árticos de gran magnitud, demostrando así que la región noreste del Ártico está experimentando el mayor aumento de incendios extremos de las últimas dos décadas", explicaba Mark Parrington, científico experto del Copernicus Atmosphere Monitoring Service (CAMS).

Según el CAMS, las emisiones de carbono de los incendios del Ártico de 2024 son las terceras más altas en los últimos 20 años, con un total de 6,8 megatones, quedándose por detrás de las cifras de volumen de 2019 y 2020, que alcanzaron los 16,3 y 13,8 megatones de carbono respectivamente.

Según los científicos, cualquier cambio en el clima del Ártico reviste una gran importancia, pues impacta en el sistema climático general de la Tierra. Las webs de noticias sobre naturaleza afirman que el Ártico se ha calentado casi cuatro veces más que el resto del planeta desde 1979.

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"El Ártico es el epicentro del cambio climático", contó Gail Whiteman a BBC, fundador de Arctic Basecamp y profesor de la Universidad de Exeter. "Lo que ocurre en el Ártico no se queda ahí. Estos incendios son el grito de ayuda que piden actuar con urgencia".

Según CAMS, aunque la zona total global que está siendo arrasada por los incendios está disminuyendo, hay un aumento en las cifras relacionadas con estas oleadas incontrolables en regiones que tienen una gran implicación en las reservas de carbono.

En el Ártico, los incendios están quemando la tundra y los bosques boreales. Los bosques boreales representan alrededor del 30% de toda el área forestal del planeta. Debido a su gran extensión y a las grandes reservas de carbono que contienen, los bosques boreales se consideran desde hace tiempo cruciales para el equilibrio de carbono de la Tierra, según Science Direct.

La agencia de noticias de Rusia, Tass, citó al viceministro de ecología de Sakha que informaba de que se habían identificado más de 160 incendios forestales en la región este año hasta el 24 de junio, y que estos habían afectado ya a casi 460.000 hectáreas de tierra, compuestas por bosques boreales y tundra.

Los incendios han sido apodados como el "monstruo creciente del cambio climático", por el profesor de ciencia del fuego del Imperial College London, Guillermo Rein. "Hace una década, los incendios forestales eran incidentes inusuales, poco estudiados. Ahora ocurren cada verano y dejan una huella más grande".

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Según Global Wildland Fire Information System, el número de incendios en la mayor parte del Ártico se ha triplicado desde 2018. "Las emisiones por fuego en el Ártico están establecidos a un nivel bastante normal en los últimos tres veranos, pero hemos observado que a los últimos incendios les han seguido unas condiciones meteorológicas más cálidas y secas, similares a las que se dieron tras los incendios forestales de gran extensión que tuvieron lugar en 2019 y 2020", explicaba Mark Parrington, científico experto del CAMS.

Con el océano Ártico en sus costas del norte, Sakha tiende a experimentar un clima extremo, según destaca Reuters. En 2021, la región rompió el récord de altas temperaturas y sequías, provocando una oleada de incendios que produjeron tal cantidad de humo que este llegó al Polo Norte por primera vez en la historia desde que se tienen registros.

A los científicos ahora les preocupa que los incendios malogren la tierra y el mar al absorber incluso más calor, ya que el humo frena la capacidad del hielo ártico para reflejar la radiación solar.

Más al sur, en Europa, docenas de incendios forestales están arrasando la Grecia continental, alimentados por fuertes vientos cálidos. Aunque el Mediterráneo siempre ha sido propenso a los incendios, el aumento de su frecuencia e intensidad es un reflejo del cambio climático, según los científicos.

A principios de este año, en febrero, Texas experimentó el peor incendio jamás registrado, conocido como el Smokehouse Creek Fire, que devoró 1.654 millas cuadradas (4.283 km²) de vegetación antes de que pudiera ser controlado.

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