Un análisis de ADN revela quién era Jack el Destripador

Mucho antes de Jeffrey Dahmer, Ted Bundy o Ed Gein, una figura oscura acechaba las calles del Londres victoriano: Jack el Destripador.

Jack el Destripador es alguien que no necesita presentación, a pesar de que no conocemos su identidad. Sin embargo, la ciencia parece haber revelado finalmente quién era el misterioso asesino en serie que aterrorizaba las calles del Londres victoriano.

Filtran el "plan para la destrucción de Ucrania" de Putin

Estos son los hechos: entre 1888 y 1891, una misteriosa figura aterrorizó el distrito de Whitechapel, en el este de Londres, atacando a las mujeres de la noche. En total, se han atribuido al menos cinco víctimas a Jack el Destripador.

Muchos expertos consideran a Jack el Destripador como el primer asesino serial moderno. Perseguía y mataba a sus víctimas de forma metódica, pero despiadada, extrayendo sus órganos con tal destreza quirúrgica que muchos han creído que probablemente era un cirujano o un carnicero profesional.

La criminología estaba en sus inicios y la policía de Londres estaba abrumada por la serie de asesinatos, algo nunca visto hasta entonces.

El frenesí mediático que rodeó a Jack el Destripador y las supuestas cartas de los asesinos ayudaron a cimentar su mito en el folclore y la cultura pop hasta la actualidad.

130 años después, la ciencia forense ha recorrido un largo camino desde que dependía únicamente de huellas dactilares, testigos y mucha suerte. Sin embargo, el investigador del Destripador, Russell Edwards, parece haber resuelto el caso.

Desde los primeros asesinatos en 1888, se han barajado todo tipo de teorías sobre quién podría ser el asesino. Uno de los sospechosos más extravagantes fue el príncipe Víctor Alberto, nieto de la reina Victoria.

Otra teoría de conspiración común es que no existió un solo Jack el Destripador, sino que fue una ficción utilizada para ocultar a un grupo de masones o que los masones encubrieron el crimen para proteger a uno de los suyos.

Utilizando ADN del chal de una de las víctimas, el investigador Garrett Edwards afirma que Jack el Destripador era un inmigrante judío polaco llamado Aaron Kosminski.

La verdadera historia sobre los hermanos Lyle y Erik Menéndez

Kosminski era uno de los principales sospechosos en ese momento. Trabajaba como barbero en Whitechapel, lo que significa que conocía la zona y sabía cómo usar cuchillos y navajas.

Imagen: danielcgold / Unsplash

Kosminski también fue internado en un manicomio en 1891 hasta su muerte en 1919, lo que explicaría por qué Jack el Destripador detuvo repentinamente su reinado de terror.

El tabloide británico The Express explica la teoría impulsada por Edwards en su nuevo libro: Kosminski evadió la justicia con la ayuda de su hermano, quien supuestamente era un miembro destacado de la Logia de Israel, una organización masónica fundada por inmigrantes judíos en Londres.

¿Fue entonces Aaron Kosminski Jack el Destripador? Muchos expertos han refutado los hallazgos de Edwards, catalogando su análisis como “forzados” y su teoría plagada de errores.

Según la revista Science, los críticos afirman que las pruebas no son lo suficientemente sólidas y citan la falta de transparencia de los análisis de Edwards, en los que supuestamente se compara la sangre y el semen de un chal encontrado junto a una víctima con las muestras proporcionadas por un descendiente de Kosminski.

Edwards no ha revelado todos los datos originales del análisis de ADN, pero los expertos señalan que está utilizando ADN mitocondrial, que se hereda de la madre, para confirmar las identidades tanto de la víctima como de Kosminski, que es compartido por miles de personas y no se recomienda su uso para identificar a personas.

Por último, la revista Science señala que no está claro si el chal estuvo en la escena del crimen, ya que supuestamente se lo quitó a un agente de policía y Edwards lo adquirió de forma privada. Mientras tanto, podría haberse contaminado.

Es muy probable que, con el paso de los años, nunca sepamos la identidad de Jack el Destripador. Sin embargo, una cosa es cierta: a todo el mundo le encanta intentar resolver un misterio.

Síguenos y descubre cada día contenidos que te interesan