Apocalipsis: periodista describe cómo sería el sombrío escenario de un mundo en plena guerra nuclear
Ese es el título de un libro de la periodista Annie Jacobsen, finalista del Premio Pulitzer. Jacobsen pasó más de una década entrevistando a personas con conocimientos profundos sobre la guerra y las políticas nucleares. En su apasionante libro, analiza los aterradores minutos y horas posteriores al lanzamiento de una hipotética bomba nuclear, así como las consecuencias de una posible Tercera Guerra Mundial.
Para dar un ejemplo concreto de lo que sucedería en el caso de un ataque nuclear contra Estados Unidos, Jacobsen expone lo que ocurriría si Corea del Norte decidiera lanzar una ojiva nuclear de un megatón contra Estados Unidos. El “por qué” de Corea del Norte es menos importante que el “qué” sucedería a continuación…
Destrucción Mutua Asegurada: el miedo al apocalipsis nuclear que definió a la Guerra Fría
Aunque muchos pueden creer que Estados Unidos cuenta con un sistema eficaz para interceptar cualquier arma nuclear, el informe de Jacobsen revela una realidad preocupante: existen únicamente 44 misiles interceptores, y su tasa de éxito es apenas del 50%. Corea del Norte posee alrededor de 50 armas nucleares. De hecho, todo el programa de misiles interceptores está actualmente en "pausa estratégica", según explicó la periodista en el podcast de Lex Fridman.
Una vez que Estados Unidos detecte un ataque de Corea del Norte, el reloj del fin del mundo comenzaría a correr. El Presidente de los Estados Unidos tendría seis minutos para decidir si utilizar la política de "Lanzamiento tras advertencia" y lanzaría los misiles estadounidenses en un contraataque. El presidente Ronald Reagan se refirió a esta situación en sus memorias, preguntándose cómo alguien podría decidir "desatar el Apocalipsis" en un período tan corto, basándose únicamente en un destello en el radar.
En los Estados Unidos, el Presidente es la única persona que puede decidir si iniciar una guerra nuclear. “No tiene que pedir permiso a nadie. Ni el Secretario de Defensa, ni el presidente del Estado Mayor Conjunto, ni el Congreso de Estados Unidos tienen este poder de decisión”, explicó Jacobsen en el podcast de Fridman. ¿Por qué? La idea es que ninguna alternativa sería lo bastante rápida.
En esta situación se desencadenarían varios procesos. Sería necesario trasladar al presidente a un lugar seguro. El Comando Estratégico de Estados Unidos (STRATCOM) presionaría para obtener órdenes y objetivos de lanzamiento. Luego, presidente emplearía una tarjeta conocida como "galleta", la cual contiene un código que autoriza un ataque nuclear. STRATCOM seguiría órdenes y lanzaría una tríada nuclear: misiles balísticos intercontinentales (ICBM), misiles bombarderos B52 y misiles submarinos.
Jacobsen informa que todos los presidentes estadounidenses han asumido sus cargos comprendiendo el concepto de disuasión nuclear. Lo mismo ocurre con sus asesores. Eso significa que Estados Unidos, al igual que otras naciones, advierte que si un país lanza un ataque nuclear contra su país, automáticamente contraatacará. Sería una destrucción mutua asegurada (MAD). Hasta ahora, ha disuadido la guerra nuclear.
Pero si se lanzaría un ataque, la disuasión mutua asegurada (MAD) habría fracasado. El misil norcoreano tardaría unos 30 minutos en alcanzar la costa este de Estados Unidos.
En el escenario descrito en el libro, el Pentágono es el primer objetivo impactado. "La bola de fuego de un arma nuclear de un megatón equivale a 19 campos de fútbol en llamas. Es difícil de concebir. No queda nada. Absolutamente nada", explicó Jacobsen a Fridman. Antes de que la bomba detone, una onda expansiva se propagaría desde su epicentro, dejando escombros en un radio de unas 10 millas (unos 16 kilómetros) a la redonda.
Después del impacto inicial, se desatarían incendios masivos y los vientos desgarrarían los rostros de las personas debido a las quemaduras por radiación. Luego vendría el efecto de succión. Lo que conocemos como el tallo de una nube en forma de hongo contendría los restos del Pentágono y la cercana ciudad de Washington D.C..
Jacobsen le dijo a Fridman que uno de los hechos más aterradores que descubrió mientras investigaba era que los misiles estadounidenses lanzados hacia Corea del Norte tendrían que volar sobre Rusia porque de lo contrario no tendrían suficiente alcance. Entonces, en su escenario, este hecho llevaría a Rusia a creer que está siendo atacada. Manteniéndose fiel a la política de MAD, lanzaría un ataque contra Estados Unidos. Decirle a Putin que "simplemente confíe en nosotros" podría no funcionar, añadio.
Estados Unidos tiene desplegadas 1.770 armas nucleares. Rusia tiene 1.674. El resto de las nueve naciones nucleares tienen alrededor de 12.500 más. Con el ataque de Rusia, la Tercera Guerra Mundial se abría desatado.
Según los cálculos y el escenario de Jacobsen, las bombas dejarían de caer 72 minutos después del primer lanzamiento. "Primero millones, luego decenas de millones, luego cientos de millones de personas moririán en los primeros 72 minutos de una guerra nuclear", afirmó.
Después de los primeros 72 minutos, cada arma nuclear desencadenaría un incendio. El Departamento de Defensa estima que quemaría entre 100 y 300 millas cuadradas (258 - 777 kilómetros cuadrados). Las comunicaciones y la electricidad también se verían interrumpidos. Las ciudades y los bosques estarían en llamas, liberando alrededor de 300 mil millones de libras de hollín en el aire.
Según Jacobsen, los expertos estiman que el hollín obstruiría el sol, causando un invierno nuclear. Se formarían capas de hielo, lo que llevaría a que las aguas de lugares como Iowa permanezcan congeladas durante 10 años. Al mismo tiempo, no habría electricidad. Miles de millones de personas morirían de hambre entre otras cosas.
Después de la reaparición del sol tras unos 10 años, los sucesos habrán tenido un impacto grave en la capa de ozono, convirtiendo los rayos solares en perjudiciales. Durante el deshielo, cada vez más especies animales empezarían a extinguirse, aunque los animales más pequeños, como los insectos, podrían regenerarse rápidamente. En este contexto, no está claro si los humanos encontrarían una forma de sobrevivir.
Lo que la periodista enfatizó es que la noción de destrucción mutua asegurada ha logrado evitar una guerra nuclear en los 70 años que hemos tenido acceso a la tecnología... pero si, debido a un liderazgo peligroso, un error o un malentendido, deja de funcionar, ¿realmente debería ser la respuesta automática destruir la Tierra tal como la conocemos?
En abril de 2024, Legendary Entertainment adquirió los derechos para adaptar el libro a una película. El director canadiense Denis Villeneuve, reconocido por su trabajo en “Dune", ha sido elegido para dirigirla, según informó Deadline. Se espera que Villeneuve se haga cargo del proyecto tras completar la tercera entrega de "Dune".
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