Estudio señala que, hasta tres años después de pasar Covid-19, hay peligro de ataques cardíacos o cerebrales
En la mente de todos, la Covid-19 ya ha quedado como un mal recuerdo del pasado. Sin embargo, cuatro años después de que aquella dura pandemia llegara a nuestras vidas -y ya asimilada como una enfermedad de menor gravedad-, siguen surgiendo noticias alarmantes en torno a sus consecuencias.
Y es que un reciente estudio publicado por la revista médica 'Atherosclerosis, Thrombosis and Vascular Biology' del que se hizo eco la CNN sugiere que, incluso hasta tres años después de haber padecido la enfermedad existen importantes riesgos de sufrir ataques cardíacos y accidentes cerebrovasculares, o incluso ser causa de muerte.
La investigación para llegar a esa preocupante conclusión se centró en el estudio de los registros médicos de en torno a un cuarto de millón de personas que se habían infectado con el virus de la Covid-19 y que estaban inscritas en una gran base de datos llamada 'UK Biobank'.
El estudio evidencia que las personas que pasaron la enfermedad en 2020, año en el que se registró la mayor incidencia (y más grave) de la pandemia, y antes de la llegada de las vacunas para hacerla frente, tenían un 50% más de posibilidades de sufrir episodios graves como los infartos o los derrames cerebrales.
Pero el dato más preocupante es que, además de ello, esas consecuencias negativas sobre los pacientes afectados por el virus podían alargarse en el tiempo hasta un periodo de tres años después de haber sido infectadas.
El riesgo se multiplicaba además por tres (con respecto a aquellos que no padecieron la Covid) en los casos de las personas que tuvieron que ser hospitalizados en su momento, equiparándose a las consecuencias de otras enfermedades como la diabetes o la enfermedad arterial periférica (EAP).
En el análisis realizado se hacía una comparativa entre personas que habían arrojado un resultado positivo en Covid-19 en las pruebas de laboratorio y personas que no tenían antecedentes de haber pasado la enfermedad a lo largo de ese año 2020.
Dentro de esa misma base de datos -'UK Biobank'-, se identificaron a más de 11.000 personas del primero de los grupos, de los cuales cerca de 3.000 requirieron asistencia hospitalaria por la gravedad de sus efectos, y más de 222.000 del segundo.
En declaraciones a la CNN, el Dr. Stanley Hazen, autor del estudio y director del departamento de Ciencias Cardiovasculares y Metabólicas de la Clínica Cleveland, aseguró que "uno de los hallazgos más interesantes y sorprendentes" es que "no hay señales de atenuación de ese riesgo".
Unas conclusiones sobre las que también habló en la CNN la doctora Patricia Best, cardióloga de la Clínica Mayo en Rochester (Minnesota), quien se mostró sorprendida por el hallazgo al ser algo exclusivo de la Covid-19 y que no sucede con otras enfermedades similares como la gripe.
"Sabemos desde hace algún tiempo que las infecciones aumentan el riesgo de sufrir un ataque cardíaco, de modo que, si tienes gripe, si contraes cualquier tipo de infección… ya sea bacteriana o viral, eso aumenta el riesgo de sufrir un ataque cardíaco. (…) Pero generalmente desaparece bastante rápido después de la infección", apuntó Best.
El tema de su pervivencia en el tiempo de esos efectos negativos de la infección es ahora otra gran incógnita entre los investigadores, que siguen buscando una explicación que podría encontrarse en la forma de infectar algunas células de las arterias que recubren las paredes de los vasos sanguíneos, debilitándolas y haciéndolas propensas a causar coágulos.
En ese sentido se expresaba otro de los autores del estudio, el Dr. Hooman Allayee, profesor de bioquímica y genética molecular en la Escuela de Medicina Keck de la Universidad del Sur de California: "Puede que la Covid-19 le haga algo a las paredes de las arterias y al sistema vascular, que es un daño sostenido que continúa manifestándose con el tiempo", dijo a la CNN.
En el estudio, además, se descartó que las personas con factores de riesgo genéticos de sufrir infartos o trombos fueran más susceptibles que otras a incrementar los problemas a causa de la Covid-19, pero sí se encontró una relación directa tanto de sufrirlas como de infectarse por el virus por el tipo de sangre.
Y es que, igual que las personas con tipos de sangre distintos del O (A, B o AB) tienen un mayor riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares, estarían también más protegidas ante el virus, aunque no libres de poder infectarse, según apuntó Hazen a la CNN. Es algo que influye en los efectos a largo plazo, aunque los investigadores tampoco saben cómo exactamente.
Conociendo este nuevo dato acerca de la Covid-19, el estudio incide en la importancia de que los médicos conozcan el historial sobre este virus de sus pacientes, que deben cuidar su salud cardiovascular en todos sus frentes para mitigar los posibles riesgos para su salud en el futuro.
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