Trump toma una drástica decisión acerca del petróleo venezolano
El expresidente de Estados Unidos, Donald Trump, declaró que el país norteamericano podría prescindir del petróleo venezolano, sugiriendo un posible cambio en la política energética y en las relaciones económicas con Venezuela. Trump describió a Venezuela como “un desastre”, contrastando la situación actual del país con su época de prosperidad hace dos décadas, y mostró su preocupación por los recientes acontecimientos.
Las importaciones de crudo venezolano a EE.UU. disminuyeron drásticamente. En 2019, Donald Trump impuso sanciones al sector petrolero en su estrategia de "presión máxima" cerrando completamente las importaciones de crudo venezolano.
En 2018, el país norteamericano era el principal cliente de Venezuela, pero las sanciones redujeron las importaciones a cero en solo tres meses de 2019. En la imagen, Carlos Vecchio, representante de Guaidó, habló con la prensa tras reunirse con Pence en la Casa Blanca, mientras EE. UU. sancionaba a la petrolera venezolana para presionar a Maduro.
La producción petrolera de Venezuela ha caído drásticamente desde los más de 3 millones de barriles diarios en los años 90 hasta apenas 783.000 barriles diarios en 2023, según la OPEP.
En 2023, la administración Biden autorizó una reanudación limitada de las importaciones de petróleo venezolano con dos objetivos clave: impulsar negociaciones entre el gobierno de Maduro y la oposición para promover elecciones libres, y aliviar la presión sobre los precios de la gasolina en EE.UU., según informó CNN.
A pesar de que Biden permitió una reapertura parcial en 2023, Trump contempla reimponer restricciones, lo que podría intensificar la crisis económica de Venezuela. La suspensión de las compras de petróleo venezolano afectaría los ingresos del gobierno de Maduro, que depende del crudo, y pondría en peligro la financiación de programas sociales clave.
La ya deteriorada industria petrolera venezolana podría sufrir un golpe aún mayor con la pérdida del mercado estadounidense. PDVSA, la petrolera estatal, enfrentaría mayores dificultades financieras, mientras que la búsqueda de nuevos mercados se complicaría debido a las características del crudo pesado venezolano, que limita las opciones de refinación en otros países.
Además, la caída de los ingresos petroleros profundizaría la crisis humanitaria en Venezuela, limitando aún más la capacidad del país para importar alimentos, medicinas y combustible. Esta situación agravaría la escasez interna, aceleraría la migración regional y elevaría la presión sobre las organizaciones humanitarias y la comunidad internacional, según advierte Health Rights Watch.
El desarrollo del fracking ha transformado el panorama energético estadounidense, incrementando la producción nacional de petróleo en casi cuatro millones de barriles diarios en los últimos años, según libremercado.com. Este avance ha permitido que el país alcance un nivel de autoabastecimiento energético del 65 %, reduciendo de forma drástica su dependencia de las importaciones.
El auge del petróleo de esquisto ha permitido a EE.UU. reducir su dependencia de importaciones. Canadá y México que continúan como socios clave en el suministro de crudo, aunque Trump ha planteado posibles medidas como aranceles al petróleo canadiense. La prioridad del expresidente sigue siendo fortalecer la producción interna y limitar las dependencias energéticas externas.
En 2022, en respuesta a la invasión rusa de Ucrania y el aumento de los precios del combustible, la administración Biden realizó la mayor liberación de petróleo de la historia de la SPR, con 180 millones de barriles. Esta medida buscó estabilizar los costes energéticos, según CNN.
EE.UU. ha iniciado un plan de reabastecimiento, adquiriendo cerca de 3 millones de barriles mensuales para recuperar parte del crudo vendido, según informó Reuters en octubre de 2024.
El crudo agrio, fundamental para muchas refinerías estadounidenses, se entregará gradualmente entre febrero y mayo de 2025 al depósito situado en Luisiana, marcando un paso clave en la estabilización de las reservas nacionales, según PrecioPetroleo.net.
La decisión de Trump de endurecer las políticas hacia Venezuela podría impactar a petroleras internacionales como Chevron, que podría perder su licencia para operar en el país. Empresas europeas y asiáticas también enfrentarían restricciones, según el secretario de Estado, Marco Rubio.
En abril de 2024, EE.UU. reactivó algunas sanciones tras la ruptura de los acuerdos de Barbados, aunque permitió a Chevron continuar exportando crudo venezolano bajo la Licencia 41. Esto ha mantenido las importaciones activas, pero en niveles mínimos, según la EIA.
"Ahora tienen licencias generales, y empresas como Chevron están aportando miles de millones de dólares a las arcas del régimen de Maduro, que no ha cumplido ninguna de sus promesas", afirmó Marco Rubio durante su audiencia en el Senado la semana pasada, sugiriendo que estas medidas deben ser “reexploradas”, según informó Voz de América.
La postura de Trump, alineada con su estrategia de "máxima presión" contra Maduro, podría intensificar las tensiones con Venezuela y complicar las relaciones de EE.UU. con otros países latinoamericanos. Esta medida también podría impactar los esfuerzos de mediación internacional y empujar a Venezuela a reforzar sus lazos con aliados como Rusia y China, convirtiendo la política energética en una herramienta clave de su política exterior.
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