Todo lo que debe saber sobre un trasplante capilar: proceso, tiempo, precio y efectos secundarios

En los últimos años, los avances en cuanto a trasplantes capilares han sido espectaculares. Especialistas, precios, técnicas y todo lo que rodea a los injertos ha dado un salto de calidad tremendo, ayudando a normalizar una operación que, hasta hace poco, era considerada casi tabú.

A día de hoy, no solo es una intervención común, sino que se puede hablar de ello abiertamente y no implica vergüenza alguna en quien lo hace. Y hablando de hacer, ¿conoce el proceso de un trasplante capilar? Esto es todo lo que debe saber

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Lo primero que debe quedar claro es que un trasplante capilar es una operación y no una cualquiera, pues el tiempo en quirófano oscila entre 6 y 8 horas.

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A lo largo de ese tiempo, los especialistas pasan el pelo de la zona occipital, donde los folículos son más resistentes, a la zona con alopecia. La densidad varía en función de la clínica y el paciente, pero la cantidad de pelo injertado oscila entre 1.000 y 5.000 unidades.

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La anestesia que se aplica durante la intervención es local. Es decir, el paciente no siente dolor pero no está dormido. La operación es ambulatoria, por lo que no hay hospitalización.

El postoperatorio es complicado, tanto a nivel de salud, pues puede ser doloroso los días posteriores a la intervención, como a nivel social, pues hasta pasados 15 días, la intervención es evidente. Es más, la recomendación es estar una semana de reposo tras la intervención.

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De hecho, la zona intervenida puede tardar entre 4 y 6 meses en recuperar la normalidad, pues es habitual notar entumecimiento o una reducción la sensibilidad.

Para que el trasplante capilar ofrezca toda su efectividad, el margen que se ofrece es de 18 a 24 meses, tiempo suficiente para que los folículos vuelvan a crecer con normalidad y mayor densidad.

Tras la intervención, y durante los primeros días, se recomienda a los pacientes dormir con un ángulo de 45º y un cojín cervical. Algunos optan por dormir sentados.

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No es recomendable hacer deporte hasta pasado un mes, pues el sudor puede aumentar el riesgo de infección y ralentizar el proceso de cicatrización.

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También debe resguardarse la zona del sol durante los seis meses posteriores a la intervención, teniendo en cuenta que hay una cicatriz y ésta podría verse comprometida. Tras 10 días, se podrá usar una gorra holgada y, un mes después, una gorra normal.

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A la hora de lavar el pelo, los especialistas recomiendan esperar 3-4 días para hacerlo y, a partir de entonces, hacerlo a diario, suavemente, aclarando con agua tibia y sin impacto directo del agua en la zona.

También están prohibidas consumir otras sustancias como alcohol o cafeína, no sólo tras la operación, sino 10 días antes de la misma. El motivo es que estas sustancias incrementan el sangrado, lo que complica el éxito de la operación, además de retrasar la cicatrización posterior y favoreciendo las infecciones.

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En principio, el índice de éxito de las intervenciones capilares es de un 90% y con una sola intervención suele ser suficiente para alguien con alopecia. Obviamente, ese 10% restante, por un motivo u otro, o tiene que repetir intervención o asume su situación capilar.

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En lo que respecta a la edad mínima para ser intervenido, la recomendación de los especialistas la sitúa en los 25 años, cuando la alopecia ya ha aparecido y con vistas a que no continúe cayéndose pelo tras el injerto.

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Por cierto, también es posible hacerse un injerto en la barba y en las cejas, intervenciones cada vez más solicitadas por los clientes.

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Y sí, estos clientes también pueden ser mujeres, aunque la proporción es mucho menor, pues la alopecia androgénica es mucho menos que en el caso de los hombres.

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Por último, pero no por ello menos importante: el precio. Un trasplante en Turquía tiene un coste entre 2.000 y 2.500 euros. En España, el precio se sitúa entre 3.000 y 5.000 euros, mucho más asequibles que los 20.000 euros que llegó a costar en sus albores.

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