Trump la calificó de "incompetente y corrupta": ¿qué pasará tras la suspensión de fondos de la USAID?
La decisión de la administración Trump de suspender los fondos de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) ha afectado a millones de personas en al menos 50 países. La medida ha interrumpido programas esenciales de salud y bienestar, dificultando la lucha contra enfermedades y la mejora de la calidad de vida.
Trump ha calificado a USAID de "incompetente y corrupta", lo que llevó a una serie de recortes en su personal y la paralización de casi todos sus programas de ayuda. Con un presupuesto anual de 40,000 millones de dólares, destinado principalmente a iniciativas de salud, la agencia representa solo el 0,6% del gasto total del gobierno de EE. UU. en asistencia humanitaria, según informó BBC News.
La OMS es fundamental para la seguridad sanitaria mundial, incluidos los EE. UU. Su labor abarca desde fortalecer sistemas de salud hasta prevenir y responder a emergencias, como brotes epidémicos, incluso en zonas de alto riesgo donde otras organizaciones no pueden llegar.
Como parte de una estrategia para reducir el gasto en asistencia internacional, la suspensión de fondos impacta directamente en programas clave contra el VIH, la polio y otras enfermedades infecciosas. La OMS advierte que esta medida pone en riesgo los avances alcanzados en salud pública.
Con el apoyo de EE. UU. y otros países, la OMS ha llevado a cabo la mayor reforma de su historia en los últimos siete años, mejorando su transparencia, eficiencia y impacto global.
Elon Musk, el magnate tecnológico involucrado en el plan de la Casa Blanca para reducir el tamaño del gobierno federal, ha afirmado que USAID es "una organización criminal".
Sin embargo, ni él ni Trump han presentado pruebas claras para respaldar sus acusaciones. Además de congelar los fondos de USAID, Trump ha iniciado el proceso para retirar a EE. UU. de la OMS, según BBC News.
En su primera reacción pública, el director de la OMS, el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus advirtió sobre las graves consecuencias globales de la suspensión de fondos. Durante una conferencia virtual en Ginebra, destacó la paralización de PEPFAR, el programa estadounidense contra el sida, que ha dejado sin acceso a tratamiento y prevención del VIH a 50 países, según BBC News.
Además indicó que la autorización temporal para algunos servicios esenciales no ha evitado el caos en el sistema de salud. "Las clínicas han cerrado y los trabajadores sanitarios han sido suspendidos", señaló. Expertos en salud global alertan sobre el riesgo de propagación de enfermedades y el retraso en el desarrollo de vacunas y nuevos tratamientos debido a los recortes, según BBC News.
La suspensión de ayuda también impacta proyectos educativos y sociales, dejando a cientos de miles de personas sin acceso a servicios clave. Esto podría disparar las tasas de abandono escolar y aumentar la pobreza en las comunidades más vulnerables.
USAID ha sido clave en América Latina, ayudando a los desplazados por violencia y migrantes, especialmente en Colombia. El año pasado, destinó casi 50 millones de dólares para alimentar a refugiados venezolanos. Abandonar esta ayuda expone a estas poblaciones a explotación y abuso por parte de grupos criminales, según The Guardian.
La misma fuente informó también que los proyectos de USAID en el Caribe abarcan desde la protección ambiental hasta el empoderamiento juvenil. En Jamaica, se ha suspendido el programa Youth Empower Activity, que ayudaba a jóvenes en riesgo a acceder a educación y formación profesional. Esto pone en peligro 54 millones de dólares en financiación.
Además, se interrumpe un proyecto regional de seguridad alimentaria y un programa de protección de la biodiversidad marina. La suspensión afecta no solo a los beneficiarios directos, sino también a los trabajadores de estos programas y a las pequeñas empresas.
En África subsahariana, la congelación de fondos de USAID afecta a más de un tercio de su asistencia exterior, poniendo en riesgo programas clave de salud y amenaza con dejar sin trabajo a unos 40,000 trabajadores de la salud en Kenia, por ejemplo. En Sudáfrica, pacientes se han encontrado con clínicas cerradas, lo que refleja el impacto devastador de los recortes en una de las epidemias de VIH más grandes del mundo, según informó The Guardian.
La suspensión de la ayuda de USAID ha puesto en grave peligro estos esfuerzos vitales, así como los servicios de las instalaciones financiadas por EE. UU. que atienden a bebés desnutridos. En la capital, Jartum, dos tercios de los comedores comunitarios de Sudán cerraron en la primera semana tras la suspensión de la ayuda.
La comunidad internacional ha manifestado su alarma por el impacto humanitario de la medida. Organizaciones no gubernamentales han solicitado al gobierno de EE. UU. reconsiderar su decisión, resaltando el papel esencial de USAID en el desarrollo global y la ayuda humanitaria.
A pesar de los esfuerzos de gobiernos y organizaciones internacionales por encontrar soluciones ante la suspensión de ayuda, la incertidumbre sobre el futuro de la financiación de EE. UU. plantea un reto fundamental para muchos países. Estos dependen de esta asistencia para impulsar su desarrollo y garantizar el bienestar de sus poblaciones.
Meg Doherty, directora de programas globales de VIH, hepatitis e infecciones de transmisión sexual en la OMS, señaló que se están coordinando esfuerzos para redistribuir suministros médicos entre países. Sin embargo, advirtió que esta es solo una solución temporal y que se necesita una estrategia a largo plazo: "Hemos buscado apoyo entre países para compartir recursos, pero esto no es una respuesta sostenible”, según BBC News.
USAID y la asistencia exterior de EE. UU. son vistas también como una estrategia para beneficiar al propio país. Aunque no es posible cuantificar con precisión su impacto, los defensores argumentan que esta ayuda fortalece el poder blando de EE. UU. en el extranjero, contribuyendo a su influencia global, según informó The Guardian.
Una de las principales ventajas de esta ayuda es su capacidad preventiva. Al proporcionar apoyo a países en desarrollo, USAID ayuda a estabilizar regiones más pobres y previene crisis que podrían amenazar la seguridad global de EE. UU. Esta intervención temprana busca evitar situaciones que puedan desencadenar conflictos de mayor escala o afectar los intereses estadounidenses.
Además, la ayuda de EE. UU. funciona como un freno a la expansión de la influencia de potencias rivales, como Rusia y China, que están especialmente activos en África. Al mantener una presencia constante en el terreno y fortalecer alianzas tanto con gobiernos como con organizaciones de la sociedad civil, EE. UU. asegura que sus adversarios tengan dificultades para crear nuevas alianzas o ganar posiciones políticas clave, según una publicación de The Guardian.
El futuro de numerosos proyectos sigue en la cuerda floja mientras se evalúan las políticas estadounidenses. La comunidad internacional debe prepararse para afrontar los efectos a largo plazo de esta suspensión, que amenaza con debilitar los sistemas de salud y frenar el desarrollo económico en varias regiones.
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