Claves de la estrepitosa derrota de Biden ante Trump
Primer debate entre Donald Trump y Joe Biden de cara a las presidenciales de 2024. Un debate histórico por lo que se juega Estados Unidos y el mundo: dos modelos contrapuestos. La institucionalidad que representa el actual presidente estadounidense o el caos de lo impredecible que se intuye en el proyecto de Trump. El mundo estuvo en vilo y hubo un perdedor claro. Y también muchas mentiras.
De la importancia del debate dice mucho el que, según una encuesta de AP-NORC, antes de la confrontación (organizada por la cadena CNN) la mitad de los estadounidenses aseguraba que era vital para ambos candidatos lo que hiciesen en este duelo.
Según analistas de CNN, AP News y The New York Times, la actuación de Biden en el debate fue un shock para los demócratas: parecía confundido y débil.
El presidente Biden tropezaba constantemente durante sus respuestas, lo que confirmó los peores temores de los demócratas sobre su capacidad para ejercer otro mandato.
Biden exhibió escasa energía, mirando con ojos vacíos a la cámara y perdiendo el hilo de sus pensamientos. Aún así, el presidente tuvo algún momento de contundencia a la hora de defender sus políticas.
Esos momentos aislados de contundencia por parte de Biden no fueron suficiente. "Un accidente automovilístico en cámara lenta" fue la definición que dio el analista y presentador de CNN Chris Wallace. Y añadió: "(Biden) hundió su campaña esta noche".
Del otro lado estaba un Donald Trump mucho más animado, que mintió en muchas de sus respuestas pero parecía tranquilo y sereno al pronunciar dichos "hechos alternativos".
Trump mintió de modo claro, por ejemplo, a la hora de dar cifras de inmigración, inflación y economía y también con los datos del cambio climático.
Su tono fue menos furibundo que en sus mítines o en anteriores debates pero el fondo resultó igual de radical y disruptivo: sólo alguien como Trump puede sostener, como hizo en el debate, que muchos de los alborotadores del asalto al Capitolio de 6 de enero son "inocentes".
También eludió escandalosamente responder a si aceptará la derrota en unas elecciones. Algo nunca visto en la democracia estadounidense.
Muchos analistas percibieron una jugada inteligente en Trump: recurrir constantemente a la desastrosa retirada de tropas de Afganistán como ejemplo gráfico del fracaso en política internacional de Joe Biden.
Los temas que beneficiaron a cada candidato en el debate fueron esencialmente los mismos que durante la campaña dan votos a uno o a otro.
La defensa a ultranza del derecho de las mujeres a interrumpir su embarazo fue abanderada por Biden pero, durante el debate, Trump se mostró más moderado y no quiso aparecer como un antiabortista acérrimo.
En las discusiones sobre inmigración, Trump obtuvo ventaja. Y en este terreno no hubo moderación alguna y Donald Trump volvió a hablar de la presencia masiva de "terroristas" o delincuentes entre los migrantes.
Ambos candidatos discutieron la inflación con desigual resultado: Trump logró salir airoso con datos falsos o tergiversados y Biden, con datos reales, pareció débil y fuera de lugar.
La campaña de Trump e incluso los demócratas concluyeron que el candidato republicano ganó el debate. Aun así, muchos analistas expresaron su preocupación por lo decepcionante que fue el nivel de esta confrontación dialéctica.
Ambos candidatos no pudieron o no supieron responder a preguntas vitales que interesan e inciden en franjas clave del electorado: sus políticas para promover la igualdad entre los afroamericanos, sus políticas de cuidado infantil y sus políticas de seguridad social.
Tras el debate, tanto Politico como The New York Times utilizaron en término "pánico" para referirse a lo que se siente en las filas demócratas. Y ya se sugiere una retirada de Joe Biden para dar paso a un candidato más firme.