Así será la 'tormenta perfecta' que arrollará al mercado laboral ruso
La ofensiva militar de Rusia en Ucrania, iniciada por orden del presidente Vladímir Putin en febrero de 2022, ha tenido profundas consecuencias económicas para Rusia. El conflicto ha desencadenado una notable depreciación del rublo, incremento en las tasas de inflación y una considerable reasignación de recursos del presupuesto nacional hacia el ámbito militar. Estos factores persisten en agravar el panorama económico del país.
El mercado laboral ruso está experimentando consecuencias muy graves derivadas de la actual situación en guerra del país soviético, pero la total entrega de la industria estatal y de gran parte de los trabajadores rusos al conflicto no es únicamente el problema de raíz que ha provocado esta preocupante situación.
Tal y como señalaba el portal de noticias Meduza, un descenso importante de la natalidad a finales del siglo pasado y principios de este, y un número reducido de trabajadores de mayor edad a causa de las bajas de la Segunda Guerra Mundial, han llevado a Rusia a una tremenda crisis demográfica cuyos orígenes llevan fraguándose desde hace décadas.
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El experto en demografía, Salavat Abylkalikov, consultado por el medio Meduza alertaba: "Todos estos factores, combinados con las sanciones sofocantes y el aislamiento internacional, están sentando las bases para 'una tormenta perfecta' en los próximos años".
Pero, ¿cómo están afectando directamente estos factores en la actualidad a la economía rusa y cómo moldearán el bienestar social y financiero del país en el futuro?
Como ya han subrayado los expertos, la crisis demográfica ha afectado directamente al mercado laboral ruso, ya que, según el Instituto de Economía de la Academia de Ciencias de Rusia, a finales de 2023, el país registró un déficit de trabajadores situado en un total de 4,8 millones de personas.
Este déficit de trabajadores tiene varias causas, tal y como subraya Meduza, por un lado, el descenso de la natalidad entre 1987 y 1999, y por otro, la población prejubilada o jubilada "que rozará prácticamente los 13 millones de trabajadores para mediados de 2030", según explicaba el demógrafo Abylkalikov.
Por supuesto, ignorar la cuestión central que en estos momentos está copando todos los sectores de la vida estatal, social y económica de Rusia al hablar del futuro del país sería un error fundamental: la guerra en Ucrania está contribuyendo, y mucho, a todos los problemas que el Kremlin está intentando lavar de cara a la galería.
En primer lugar, la elevada cantidad de bajas rusas y los hombres que están en estos momentos luchando en el frente, que según el Ministerio de Defensa de Rusia ascendía solo en 2023 a casi 500.000 soldados, reduce de manera considerable las capacidades humanas para el futuro mercado laboral de Rusia.
Además, según los expertos consultados por Meduza, aunque el mercado laboral logre recuperarse ligeramente con el fin de la guerra y el regreso de los combatientes, la mortalidad de los hombres que vuelvan aumentará por culpa de problemas como el alcohol, la violencia, el crimen y otras cuestiones sociales. En definitiva, el mercado laboral posguerra no recuperará la normalidad total.
Otro de los factores relacionados con la guerra que afecta al mercado laboral es la emigración de residentes rusos que abandonaron el país al estar en contra del conflicto iniciado por el Kremlin.
Respecto a las cifras de emigración, el medio The Bell estimaba en julio de 2024 que unas 650.000 personas huyeron de Rusia tras el inicio de la guerra en Ucrania y aún no han regresado al país.
Estas estimaciones coinciden con las del demógrafo experto consultado por Meduza, Alexéi Raksha, que calcula que entre 400 y 500 mil personas habrían emigrado de Rusia sin retornar, aunque señalaba que las estadísticas de migración compartidas por el Kremlin "eran incompletas, inaccesibles deliberadamente y cada vez más escasas".
La disminución del flujo de inmigrantes que llegan al país para entrar en el mercado laboral también está afectando a la economía nacional. Según Rosstat, 560.400 migrantes entraron en el país el pasado año, un 23% menos que el año anterior y la cifra más baja desde 2013.
A pesar de estos datos preocupantes, el Kremlin mantiene su optimismo de cara a los ciudadanos, y contraataca con cifras que a priori parecen positivas.
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En unas declaraciones recientes durante la celebración de un foro de inversión, organizado por el banco ruso VTB, el presidente de Rusia, Vladímir Putin, alardeó de que el país gozaba ahora de "una tasa de desempleo del 2,4%", según citaba Meduza.
¿Pero son posibles las cifras de Putin, teniendo en cuenta los factores anteriormente mencionados? La realidad es que el aumento de trabajadores rusos en la industria de defensa es significativo: entre 2023 y la primera mitad de 2024, unas 600.000 personas empezaron a trabajar en empresas del sector de defensa en Rusia, una industria que emplea ahora a unos 3,8 millones de trabajadores, según el viceprimer ministro del país, Denis Manturov, citado por Meduza.
Sin embargo, aunque estos trabajadores están experimentando una subida de salarios, el experto en economía y decano del Departamento de Economía de la Universidad Estatal de Moscú, Alexander Auzan, explica que este aumento de trabajadores en la industria de defensa no es útil para la producción de bienes en los mercados de los consumidores y, por lo tanto, no ayudan realmente a la prosperidad económica del país.
"¿Qué es lo que aporta la industria de defensa? Puede modernizar un tanque, por ejemplo. Pero nadie va a comprar un tanque. Irá a algún sitio y seguramente será destruido", explicaba Auzan, según citaba Meduza.
Por lo tanto, parece que las buenas noticias anunciadas por Putin son solo un espejismo. Natalia Zubarevich, profesora experta en economía de la Universidad Estatal de Moscú concluía: "El aumento de los salarios, sin el apoyo del crecimiento de la productividad, y una economía basada en la inyección de capital por parte del Estado, principalmente en la industria de defensa, es algo que no puede mantenerse en el tiempo. Es una burbuja", eran sus palabras recogidas por Meduza.
Cómo exactamente explotará la burbuja de la economía rusa es algo que aún está por ver, pero parece que el cuándo está claro para los analistas y expertos: "El declive del mercado laboral de Rusia seguirá persistiendo hasta mediados de 2030", según señalaba Natalia Zubarevich.