El laboratorio soviético que podría salvar a la humanidad de las superbacterias
El riesgo de superbacterias no es nuevo, pero es cada vez más preocupante. La esperanza de la humanidad puede estar en un antiguo laboratorio soviético, en el que se desarrolló un virus capaz de matarlos.
Las superbacterias, como se las conoce popularmente, resisten a los medicamentos y ponen en riesgo la salud de la población mundial, convirtiéndose en una de las mayores amenazas para la especie humana.
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Esto se debe a que el uso excesivo de medicamentos para tratar infecciones ha provocado que las bacterias desarrollen resistencia a ellos. Con eso, cada año hay más superbacterias, lo que agrava el problema.
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Por ejemplo, en 2019, 1,2 millones de personas murieron a causa de infecciones bacterianas que desarrollaron resistencia a los antibióticos. La cifra fue confirmada por la revista médica inglesa The Lancet.
Chris Murray, profesor del Instituto de Métrica y Evaluación de la Salud de la Universidad de Washington, EE.UU., afirmó en un comunicado que para el año 2050 se esperan 10 millones de muertes anuales por resistencia a los antimicrobianos.
Ana Paula Assef, de la Fundación Oswaldo Cruz, dijo a CNN Brasil: “Las infecciones que hoy se sabe que tienen un tratamiento sencillo, pueden, en el futuro, causar mayores daños al organismo, en la medida en que, ya que tengamos menos recursos para combatirlos”.
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La situación es grave y alerta tanto a la comunidad científica como a las autoridades sanitarias. No obstante, la batalla por desarrollar un nuevo método contra las bacterias crece cada día.
Aquí es donde entra en juego la investigación soviética. En 1923, el científico George Eliava, especializado en Microbiología, fundó un instituto bacteriológico en Tbilisi, capital de Georgia, parte de la antigua URSS. Su objetivo era investigar y promover la terapia con fagos.
Un bacteriófago, o simplemente fago, es un virus que sólo infecta bacterias. Es decir, se trata de un parásito natural de las bacterias, capaz de reducir su potencia o incluso matarlas.
Aunque el investigador soviético Eliava fue asesinado en 1937 durante las purgas de Stalin, la investigación sobre los fagos continuó desarrollándose.
En ese momento, el centro mundial de investigación y terapia con fagos era Eliava, en la URSS, que permanece activo y es referencia en el área. Por allí pasaron los pioneros en la investigación de este tipo de virus: el británico Frederick Twort y el francés Félix D'Herelle.
En Occidente, los antibióticos se han vuelto cada vez más populares, dejando en un segundo plano el estudio de los fagos. En la Segunda Guerra Mundial y durante las siguientes tres décadas, los antibióticos salvaron muchas vidas. Sin embargo, a partir de las décadas de 1990 y 2000, el escenario cambió completamente.
Desde entonces, no ha habido avances significativos en la mejora de nuevos antibióticos y las superbacterias han ganado terreno.
Hoy, gracias a los seguidores de Eliava, que continuaron con las investigaciones sobre fagos, otros países están desarrollando importantes pruebas en el área. Israel, Bélgica y Polonia son ejemplos de ello, según la revista Muy Interesante.
La misma revista informó que el número de pruebas rigurosas ha aumentado mucho desde 2015. En 2021, se registraron la increíble cifra de 19 pruebas (en el sitio web Clinicaltrials.org), frente a solo 1, a principios de la década de 2000.
Ahora queda por ver si las investigaciones llevadas a cabo por el laboratorio de Georgia durante el último siglo darán frutos con los recursos científicos actuales.
Pese a estar todavía lejos de las farmacias, todo indica que los fagos serán los nuevos protagonistas de la salud humana en los próximos años. Un virus capaz de contener superbacterias.