Estas son las bebidas en peligro por el cambio climático
El cambio climático está afectando cada aspecto de la vida del ser humano. El aumento de la temperatura, las extensas olas de calor, la sequía, así como las fuertes lluvias y tormentas están influyendo en la rutina de la actividad económica (y social).
Esto incluye, sobre todo, los cultivos. Ciertos productos son siempre más escasos o su proceso de maduración y recolección siempre más temprano y diverso, dificultando la labor y la previsión de los agricultores.
Pero la falta de ciertos productos conlleva la escasez de otros que la sociedad está acostumbrada a consumir y que nunca habría pensado que podrían faltar: bienes como licores, vinos o la misma cerveza en los años podrían tener sabores muy diferentes o llegar a desaparecer, según los expertos.
Lo de la cerveza es sabido: esta bebida podría convertirse pronto en un bien de lujo debido al calentamiento global, que complica el cultivo de la cebada. Según una investigación de un equipo de expertos internacionales liderado por las universidades de Pekín y de California, Irvine (UCI) y recogido por la revista SINC, la producción de cebada disminuirá sustancialmente ante episodios de sequías severas y calor extremo cada vez más frecuentes.
Imagen: Austin Wegener / Unsplush
“En el peor de los casos se prevé que las partes del mundo donde se cultiva cebada, incluidas las grandes planicies del norte, las praderas canadienses, Europa, Australia y la estepa asiática, experimentarán sequías y olas de calor más frecuentes, lo que provocará una disminución en los rendimientos de los cultivos entre el 3% al 17%”, resume el estudio.
A la escasez de la cebada, se junta la del lúpulo, elemento clave para la cerveza británica y que le da su típico sabor amargo. El aumento de la temperatura y el clima seco contribuyen a dañar el crecimiento de esta planta. Por ello, varios expertos buscan encontrar variedades que puedan resistir a las nuevas condiciones climáticas, destaca Euronews.
Alerta sanitaria: el cambio climático está extendiendo esta enfermedad por todo el mundo
Un estudio de Nature Communications alerta de que las regiones productoras de cervezas en Europa podrían ver una reducción de entre el 4% y el 18% de la producción del lúpulo tradicional hasta 2050. El diario El Economista señala que en España podría caer hasta un 35%.
Si bien en un primer momento la cerveza no desaparecerá, el estudio aclara que podría cambiar su sabor. Estiman que la amargura de esta bebida podría ser hasta un 30% inferior respecto a la actual.
La célebre Guinness irlandesa también está en peligro por la falta de agua, extremadamente necesaria para su producción. Como explica Euronews, este líquido constituye más del 60% de los licores y del 90% de la cerveza.
Imagen: Vitaly Mazur / Unsplush
Las sequías preocupan enormemente a su productor, la empresa Diageo. El WWF estima que cada litro de cerveza necesita aproximadamente 155 litros de agua para su elaboración.
El Prosecco italiano es otra de las víctimas del cambio climático. Este vino, que se produce en las regiones de Véneto y Friuli Venezia Giulia, en el noreste de Italia, ya está mostrando las primeras señales de sufrimiento.
El clima extremo, las tormentas violentas y la degradación del suelo -muchos viñedos se encuentran en colinas- están poniendo en riesgo la producción de este vino espumoso.
Además, la sequía dificulta la irrigación de los cultivos y su crecimiento: para producir una copa de vino, de hecho, se requieren 120 litros de agua, según el WWF. Una ruina para una uva que en los últimos años ha tenido un enorme éxito: en 2014 el Prosecco superó por primera vez al Champagne por número de botellas vendidas en el mundo.
Por último, el diario Euronews también destaca el pálinka, un licor de Hungría, que se produce desde la época medieval. Se trata de un aguardiente elaborado a través de la fermentación de frutas como albaricoques, ciruelas, manzanas, peras, cerezas, frambuesa y la grosella negra.
Imagen: Wikimedia Commons
Algunas de estas frutas son siempre más complicadas de cultivar por las consecuencias del cambio climático. Por un lado, están intentando plantar especies más resistentes, por otro, optan por cambiar la receta, usando frutos como el kiwi. Por ello, el sabor del Palinka como se conocía desde hace siglos, podría perderse en un futuro no muy lejano.
Ante este enorme riesgo, muchas empresas productoras de bebidas alcohólicas están utilizando herramientas de inteligencia artificial que analizan datos y buscan nuevas recetas y productos con el objetivo de hacer frente al cambio climático.
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