Serios problemas para el futuro del rublo ruso
Desde la orden de invasión a gran escala de Ucrania por parte del presidente Vladímir Putin en febrero de 2022, el rublo ruso ha experimentado fluctuaciones de precio extremadamente volátiles y sostenidos declives. Según el análisis de dos expertos en la materia, esta tendencia de inestabilidad financiera se mantendrá en el futuro.
Alexandra Prokopenko y Alexander Kolyandr del comité de expertos con base en Washington, la Fundación Carnegie para la Paz Internacional, publicaron un artículo sobre los problemas a los que se enfrenta el rublo y concluyeron que Rusia se encuentra en serios problemas.
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En noviembre de 2024, el rublo cayó un 10% frente al dólar estadounidense y el yuan chino en tan solo dos días después de que se implementara una nueva ronda de sanciones a los prestamistas rusos, entre los que se incluían la prominente empresa propiedad del Estado, Gazprombank.
El sorprendente tropiezo del rublo dejó a la moneda rusa en una caída del 20% desde septiembre de 2024 y cerca de un 25% menos con respecto a sus niveles de verano. Prokopenko y Kolyandr creen que esta es una tendencia que continuará, teniendo en cuenta los problemas a los que se enfrenta Rusia.
"Aunque las sanciones estadounidenses han provocado que la moneda rusa caiga precipitadamente en noviembre, el cambio de estructura de los flujos de mercado hacen que el rublo esté condenado a debilitarse aún más", señalaban los expertos. Pero ¿cuáles son estos problemas estructurales en los flujos de mercado?
En primer lugar, las sanciones de Occidente han provocado que Rusia no sea capaz de exportar tanto como lo hacía antes de que el Kremlin invadiera Ucrania, algo que ha desgastado y mucho la habilidad del país para mantener su moneda en la demanda global.
Según datos del gobierno ruso publicados por Business Insider, Moscú experimentó un aumento interanual del 8% de su superávit comercial en los primeros diez meses de 2024, algo que se debió en su mayoría a los efectos de las sanciones de Occidente y a la pérdida de acceso a los mercados occidentales.
Las sanciones de Occidente no solo han provocado que Rusia no pueda exportar más mercancías, sino que también han tenido un impacto relevante en el rublo debido a la política establecida por el Kremlin en octubre, en la que restringía a los exportadores a la hora de convertir sus ganancias con moneda extranjera en rublos.
Antes de este cambio en octubre, los exportadores tenían permitido convertir el 50% de sus ganancias extranjeras en rublos cada cuatrimestre, después de octubre, ese porcentaje fue rebajado hasta el 25%, lo que supone un recorte significativo en la demanda del rublo, provocando la devaluación más pronunciada de la moneda.
Agravando los problemas a los que se enfrenta el rublo, tenemos la realidad del banco central de Rusia que no cuenta con medios reales con los que lidiar con el rendimiento defectuoso del rublo. La tasa de interés en Rusia está a niveles desorbitados y puede que no pueda ser aumentada más.
Prokopenko y Kolyandr señalaban que la tasa de inflación de Rusia se encuentra ya en un 8,87% y que solo va a seguir aumentando en lo que queda de año, mientras que la tasa de interés del país, que se encuentra "por las nubes" en un 21%, ya se nota en el aumento de los precios.
La demanda de moneda extranjera tanto por parte de los comerciantes como de los ciudadanos que intentan preservar su riqueza es un factor más que está agravando los problemas a los que se enfrenta el rublo, ya que esto recorta la demanda de la moneda rusa, un problema que, según los expertos, no puede solucionarse de ninguna forma positiva.
Los analistas del comité de expertos proponen reorientar las demandas de los consumidores hacia la producción nacional, pero añaden que la directora del Banco Central de Rusia, Elvira Nabiúllina, ya ha afirmado anteriormente que la economía del país está operando en los límites.
"En teoría, sería posible que el banco central llevara a cabo una intervención del mercado para apoyar al rublo (mientras sigue siendo una moneda de libre flotación). Sin embargo, no existen virtualmente opciones positivas", escribían Prokopenko y Kolyandr.
"Una sería que Rusia recurra a su Fondo Nacional de Inversión, aunque este solo contaba con unos 31.000 millones de dólares al comienzo de noviembre (sin incluir el oro y los activos no líquidos). Una cifra que, de forma relativa, no es mucho", añadían Prokopenko y Kolyandr.
Rusia podría aumentar su tasa de interés, pero el Banco Central de Rusia tendría que imponer un aumento de 8 puntos de inmediato para conseguir algún efecto. Esto dañaría y mucho al sector privado, pero sobre todo afectaría al sector ruso de defensa.
Hasta ahora, las intervenciones verbales han evitado la precipitación total del rublo, y el Banco Central de Rusia ha frenado la compra de moneda extranjera en los mercados nacionales. Estas medidas han sido útiles por ahora, pero no pueden evitar el declive del rublo por mucho tiempo.
"Las causas fundamentales de la debilidad del rublo siguen ahí, y la dinámica de los flujos de mercado de Rusia hacen que la moneda esté destinada al fracaso y que la inflación aumente", concluía Prokopenko y Kolyandr.
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