Revela un reciente estudio: cuáles son los países que mejor gestionaron la crisis del Covid-19
Hace casi cinco años, la pandemia de Covid-19 sacudió al mundo entero. Confinamientos, máscaras, pruebas PCR, toques de queda y campañas de vacunación eran entonces parte de nuestro día a día. Una realidad distante, pero con lecciones clave.
A pesar de que la mayoría de las naciones implementaron medidas sanitarias frente a la crisis, las estrategias variaron significativamente. La pregunta clave es: ¿cuál de estas resultó ser la más efectiva?
Un estudio reciente, realizado por investigadores del Instituto Pasteur y publicado en la revista BMC Global and Public Health, analizó y comparó las diferentes estrategias de lucha contra el Covid-19 en 13 países de Europa occidental.
El estudio evaluó la efectividad de las estrategias adoptadas en Europa Occidental mediante el análisis del exceso de mortalidad, que refleja los fallecimientos que superaron los niveles esperados entre el 27 de enero de 2020 y el 3 de julio de 2022.
Foto: BMC Global and Public Health.
Los resultados del estudio sugieren que los países que mejor gestionaron la pandemia son aquellos que rápidamente establecieron "intervenciones no farmacéuticas", como los confinamientos, así como aquellos que desplegaron rápidamente la vacunación entre las poblaciones más vulnerables.
Gracias a este estudio, se observa que los países que mejor resistieron el Covid-19 durante el período analizado son los países escandinavos (Dinamarca, Noruega y Suecia) así como Irlanda, con un exceso de mortalidad acumulativo que oscila entre 0.5 y 1 por cada 1,000 habitantes.
Noruega, por ejemplo, estableció un confinamiento nacional desde el 12 de marzo de 2020, cuando el país tenía alrededor de 400 casos positivos. Esta decisión preventiva ayudó a limitar la propagación del virus antes de que los hospitales se saturaran. A modo de comparación, Francia ya contaba con más de 6,000 casos cuando su primer confinamiento entró en vigor el 17 de marzo de 2020.
Foto: Mikita Karasiou / Unsplash
Alemania, Suiza y Francia destacan con una mortalidad de entre 1.4 y 1.5 por cada 1,000 habitantes.
Bélgica, España, Países Bajos, Portugal y el Reino Unido registraron un exceso de mortalidad acumulativo de entre 1.7 y 2.0 por cada 1,000 habitantes, situándose entre los más afectados por la pandemia. Italia, uno de los primeros epicentros de la crisis, alcanzó un exceso de 2.7, reflejando la gravedad del impacto sanitario.
Según The Conversation, Suecia fue el único país que optó por medidas intermedias, confiando en el "civismo de sus ciudadanos". No impuso confinamientos ni cerró escuelas, restaurantes o empresas, limitando el aislamiento solo a las personas mayores y más vulnerables.
El estudio del Instituto Pasteur muestra que el exceso de mortalidad en Suecia fue particularmente alto durante los primeros meses de la pandemia, superando ampliamente al de sus vecinos escandinavos.
Con el tiempo, Suecia se acercó al enfoque de Noruega y Dinamarca, endureciendo las medidas sanitarias durante el invierno de 2020-2021. Además, la actitud de la población, que respetó voluntariamente el distanciamiento social, fue clave en la gestión de la pandemia.
El análisis indica que las naciones que implementaron medidas de respuesta inmediatas lograron resguardar más eficazmente sus economías, evidenciando una menor contracción del Producto Interno Bruto (PIB) en 2020 comparado con los países que tardaron en actuar.
Foto: Ibrahim Boran / Unsplash
Este hallazgo se explica porque los países que reaccionaron con rapidez lograron relajar sus medidas antes, al mantener el control de la situación sanitaria. The Conversation destaca el caso de Dinamarca, que cerró sus fronteras e impuso un confinamiento el 13 de marzo de 2020, permitiéndole levantar restricciones desde el 15 de abril.
La tercera lección del estudio revela que los países que respondieron con rapidez a la pandemia también se caracterizan por una mayor confianza de la población en sus autoridades y medidas sanitarias. Dinamarca es un claro ejemplo, donde los ciudadanos confían ampliamente en sus instituciones y gobierno.
La confianza en las autoridades jugó un papel fundamental en la aceptación de las restricciones y recomendaciones, lo que facilitó la gestión de la crisis. En un contexto de proliferación de noticias falsas y desinformación en redes sociales, esta lección se vuelve esencial para enfrentar futuras emergencias.
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