Un superviviente llamado Pedro Sánchez: a favor y en contra
El PP de Alberto Núñez-Feijóo lo tiene claro: hay que "derogar el sanchismo". Pero ¿qué es el sanchismo? Y más aún: ¿es el de Pedro Sánchez, como clamó Santiago Abascal, "el peor gobierno de España en 80 años"?
Lo cierto es que Pedro Sánchez es un superviviente. El PSOE oficial quiso eliminarlo pero él regresó triunfal y llegó a la presidencia del Gobierno. Primero vía moción de censura y después, por sorpresa, pactando con Podemos aunque había dicho en campaña que gobernar con los morados les quitaría el sueño. No se lo quitó.
A la hora hacer una valoración justa de su gestión como presidente hay que tener en cuenta que su gobierno ha tenido que afrontar dos hechos históricos: una pandemia que paró el planeta y una guerra que involucra a una superpotencia atómica (Rusia) y un aliado de la OTAN (Ucrania).
A pesar de las caceroladas y el ruido, se puede admitir que el gobierno presidido por Pedro Sánchez gestionó razonablemente la pandemia. Mención especial merecen los ERTE, mecanismos por los que el Estado sufragó los sueldos de los trabajadores cuyas empresas tuvieron que parar por la Covid.
Sin embargo, hubo protestas de quienes consideraron que la utilización del estado de larma introdujo excesivas restricciones. De hecho, el Tribunal Constitucional declaró inconstitucional el segundo estado de alarma.
También suele concederse a Pedro Sánchez como elemento positivo su trabajo en política exterior, utilizando su fluido inglés y su gusto por las relaciones internacionales para exhibir una presunta posición relevante de España en el debate global. En la imagen, Pedro Sánchez con Zelenski.
Pero los críticos de Sánchez le acusan de utilizar su agenda internacional para escapar de lo realmente importante: el día a día en la gestión de gobierno. Y añaden que la realidad es la que es: el peso de España en la política internacional resulta más bien reducido. En la imagen. Pedro Sánchez con Giorgia Meloni, presidenta de Italia.
En el terreno de la política exterior, hay que admitir que Pedro Sánchez ha logrado mejorar las relaciones de España con Marruecos y "pacificar" nuestras fronteras de Ceuta y Melilla. Pero ¿a qué precio?
Un giro en cuanto al Sáhara (que implica aceptar las tesis autonomistas de Marruecos, algo que la izquierda española -incluyendo al PSOE- siempre rechazó) y una actitud, para la oposición, inexplicablemente servil componen el supuesto precio que el gobierno habría pagado a Marruecos. Para colmo, cuando Pedro Sánchez visitó el país norafricano en febrero de 2023 no estaba Mohamed VI para recibirle. Dio un sonado plantón.
El feminismo se le supone a Pedro Sánchez, que desde sus inicios conformó gobiernos con una gran presencia de mujeres.
La gestión realizada por Pedro Sánchez de la ley denominada 'sólo sí es sí' no gustó ni a conservadores ni a sus socios de Podemos. No se atrevió a defender rotundamente una ley que había sido debatida, con él presente, en Consejo de Ministros y decidió finalmente enmendarla ante las revisiones de condenas a violadores.
El fallecido socialista Alfredo Pérez Rubalcaba habló de "gobierno Frankenstein" para criticar que el PSOE pretendiese pactar con Podemos, independentistas, nacionalistas de derechas como el PNV... Finalmente, Pedro Sánchez lo hizo y ha logrado sacar adelante numerosas leyes y proyectos sin problema alguno. En la imagen, Sánchez con Andoni Ortuzar, presidente del PNV.
Para una importante parte de la opinión pública en España no resulta aceptable pactar con el independentismo catalán y mucho menos con Bildu, a quien parte del electorado todavía asocia a ETA.
La capacidad de supervivencia de Pedro Sánchez le ha convertido en un líder rocoso, con una confianza tal que, de hecho, por muchas encuestas que coloquen su gobierno a la baja, sigue exhibiéndose como un presidente ganador.
Pero, como sucede en otros países, vivimos tiempos de polarización que llevan a parte de la población a ver a Pedro Sánchez como el mal personificado.
Y el 23 de julio se celebrarán las próximas elecciones generales en España. Será entonces cuando la ciudadanía dicte su veredicto sobre la gestión de Pedro Sánchez.