Afrontando la demencia: estrategias para mejorar la calidad de vida
Los datos de los expertos son alarmantes: según la OMS, 55 millones de personas sufren demencia en el mundo y se espera que esta cifra pase a 153 millones en 2050. Sin embargo, existen iniciativas innovadoras de turismo que ayudan a dar sentido a la vida de las personas mayores aquejadas por esta enfermedad.
Un estudio colaborativo entre el Centro de Salud de Precisión y la Facultad de Empresariales y Derecho de la ECU revela los efectos positivos de los viajes en la salud mental.
Dirigido por el Dr. Jun Wen y compuesto por especialistas en turismo, salud pública y marketing, el Dr. Wen concluye, en un artículo publicado en IG Gestion de Patrimoine, que "el turismo va más allá del ocio y debe reconsiderarse su papel en la sociedad actual".
Al ofrecer viajes adaptados para personas con demencia, se promueve la conciencia y la comprensión y se fomenta una mayor sensibilización sobre cómo apoyarlas de manera efectiva y en diferentes contextos.
De ello se habla en un extenso artículo publicado por National Geographic. Cuentan desde dicha publicación que, en Sídney, el Museo de Arte Contemporáneo de Australia ofrece clases en las que los educadores discuten el significado de obras de arte concretas con los participantes, a quienes luego se les dan materiales para que creen sus propias obras en casa.
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Según Jun Wen, profesor de turismo en la Universidad Edith Cowan, todas las experiencias turísticas estimulan la función cerebral a través de la anticipación y la planificación. Además afirma que "el ejercicio suele ser un componente importante de las experiencias turísticas, y con frecuencia se incluye en los planes de intervención contra la demencia", según reporta el National Geographic.
Porque todo viaje empieza cuando lo estas planificando. Las ciudades ofrecen todo tipo de espacios accesibles (parques, museos, etc.) para realizar distintas actividades o llevar a cabo servicios de acompañamiento.
La fundación Pascal Maragall recomienda una buena comunicación familiar, mantener las costumbres y rutinas básicas (horarios de comidas y sueños); planificar pocas actividades, pero variadas y llevarse al destino de las vacaciones un objeto familiar que forme parte de su entorno más cotidiano.
Otra actividad interesante y enriquecedora para personas con demencia, tal y como apuntan desde National Geographic, son los conocidos como 'cafés de la memoria'. En Australia ya cuentan con varios de estos locales de encuentro donde personas con demencia socializan.
También se recomienda, en la medida de lo posible, cambiar de entorno y experimentar nuevas cosas que renueven el espíritu y rejuvenezcan cuerpo y mente.
Los entornos naturales como la montaña o el mar ofrecen una amplia gama de estímulos sensoriales, como el sonido de las olas, el aroma de las flores o el aire fresco. Estos estímulos pueden ayudar a despertar los sentidos y mejorar el estado de ánimo.
La natación, el yoga, pilates y los paseos son otras actividades muy recomendables para personas con demencia. Hablamos de ejercicio suave, algo que ayude a mantener la movilidad, fortalecer los músculos y mejorar la circulación sanguínea y la respiración.
El turismo adaptado ofrece una manera de disfrutar de experiencias compartidas en un entorno seguro y estimulante, dando un sentido de pertenencia y conexión con los demás.
Muchos centros ofrecen terapias divertidas como la risoterapia, de expresión corporal como la terapia del baile, o de conexión con otras personas. Entre estos últimos, destaca el conocido como 'taller de abrazos' en el que se liberan las hormonas que tienen que ver con el amor y el afecto y se fortalecen vínculos.
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Y es que es un hecho que las relaciones humanas compartidas con familiares o amigos y los recuerdos positivos de nuevas aventuras pueden mejorar significativamente la calidad de vida.
Foto: Zhang Kaiyv/Unsplash
Viajar y experimentar entornos nuevos y estimulantes puede proporcionar una valiosa estimulación cognitiva y emocional, lo que puede ayudar a mantener sus habilidades mentales y emocionales durante más tiempo.
Y no hay que olvidar que viajar con un familiar anciano puede ser una experiencia enriquecedora para toda la familia. Se fortalecen los vínculos familiares, se fomenta la inclusión y hay un claro enriquecimiento cultural. Es una oportunidad para crear recuerdos inolvidables y compartir experiencias significativas juntos.
Al ofrecer opciones de turismo adaptadas, se combate el estigma y la exclusión social asociados con la demencia, promoviendo la inclusión y la igualdad de oportunidades para todas las personas, independientemente de sus capacidades cognitivas.
En cada ciudad y país, existen recursos humanos, técnicos y de acompañamiento disponibles para actividades recreativas y turísticas que benefician a toda la familia. No dudes en aprovechar la vida al máximo y, por qué no, explorar también al máximo todas las opciones disponibles.