Alerta en México y Canadá ante amenazas arancelarias de Trump a la industria automovilística
El presidente estadounidense, Donald Trump, ha afirmado estar considerando la imposición de aranceles del 25% en automóviles, semiconductores, chips y medicamentos durante un discurso ante los medios en su club de Mar-a-Lago, Florida.
Según Reuters, el presidente Trump ha dicho que las tasas podrían empezar a aplicarse el 2 de abril, alienando a su socios comerciales más cercanos que importan coches y piezas automovilísticas a Estados Unidos.
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Canadá y México son los socios de comercio principales en el sector; bajo el acuerdo de Estados Unidos, México y Canadá, las piezas se mueven constantemente entre los tres países.
La Unión Europa es el siguiente importador automovilístico en Estados Unidos. La amenaza arancelaria se suma a la tensión que ya ha surgido entre la administración de Trump y los líderes europeos en relación con la guerra de Ucrania y las elecciones alemanas.
Según The Wall Street Journal, la amenaza también ha creado confusión entre los fabricantes de coches, que ahora se ven obligados a valorar la mejor opción para sus negocios en América, uno de los mercados más grandes a nivel global.
The Wall Street Journal afirmaba que la mayoría de las marcas automovilísticas más compradas en Estados Unidos ya desarrollaban parte de su producción en el país. Sin embargo, también importan una gran cantidad de los coches que venden.
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Alemania es un buen ejemplo de ello. Mercedes-Benz fabrica sus SUV en Estados Unidos y sus sedans en Europa. Tiene sentido para su línea de producción, ya que la primera categoría de vehículos son más populares en América.
Lo mismo ocurre con los gigantes japoneses. Empresas como Toyota tienen sus fábricas en Estados Unidos desde la década de los 80. Sin embargo, siguen importando al país parte de su producción.
Aun así, las marcas extranjeras no serán las únicas que se vean afectadas por los aranceles. Los fabricantes estadounidenses se han apoyado fuertemente durante años en el acuerdo entre Estados Unidos, México y Canadá para llevar a cabo su producción.
Los líderes de la industria han contado a los medios estadounidenses que las líneas de producción de América del Norte están muy integradas las unas con las otras. Un coche pasa por los tres países en varias ocasiones durante su montaje.
Es por eso que, según The Wall Street Journal, los fabricantes de Detroit como General Motors, Ford y Stellantis han estado presionando para reducir los aranceles dentro de América del Norte.
El principal problema es la incertidumbre. Los fabricantes automovilísticos deben evaluar si trasladar su producción a Estados Unidos merecen su esfuerzo e inversión sin tener claro cómo funcionarán los nuevos impuestos o cuánto durarán.
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