¿Amamos u odiamos a los multimillonarios?: un estudio científico responde a la pregunta
Un estudio realizado por académicos de Cornell y la Universidad Estatal de Ohio revela que la relación del ser humano con los multimillonarios es ambivalente. En lo que a sentimientos se refiere. No nos gusta la idea de que unas pocas personas tengan demasiado dinero pero, a la vez, nos fascinan personajes como Bill Gates, Kim Kardashian, Oprah Winfrey o Richard Branson.
Hay 2.755 multimillonarios en el mundo, según la revista Forbes. De ellos, 660 alcanzaron esa posición desde 2020. El CEO de Amazon, Jeff Bezos, es la persona más rica del mundo con un patrimonio estimado de unos 177.000 millones de dólares. Le siguen Elon Musk, el francés Bernard Arnault, Bill Gates y Mark Zuckerberg. ¿Qué pensamos de ellos? ¿Qué nos provocan en una primera impresión esa gente que acumula tantísima riqueza? ¿Admiración o repulsión?
"Cuando vemos a este grupo de personas en la cima, pensamos que es injusto y nos preguntamos hasta qué punto la suerte o el sistema económico pueden haber jugado un papel en cómo ganaron todo el dinero", explica Jesse Walker, profesor asistente de marketing y uno de los autores del estudio, al Ohio State News.
Sin embargo, Walker agrega que, a la vez "cuando miramos a una persona en la cima, tendemos a pensar que es talentosa y trabajadora y que se merece todo el dinero que ganó". Sobre todo, si es un caso como Oprah Winfrey, la hija de una madre soltera y pobre del sur de Estados Unidos que se convirtió en la primera mujer multimillonaria afroamericana.
Otros se han ganado una buena reputación gracias a su trabajo humanitario en todo el mundo, utilizando su riqueza para llegar y ayudar a tanta gente. El caso más evidente es Bill Gates, actualmente volcado en su labor filantrópica.
Elon Musk es un personaje muy diferente. El CEO de Tesla intenta pintarse a sí mismo con una persona irreverente y fuera de la norma que no tiene problemas para aparecer en programas animados como 'Rick & Morty' o podcasts como 'Joe Rogan Experience'. Sin duda, esto le ha valido a Elon su legión de fanáticos y apologistas. (Y también sus detractores, por supuesto).
Algunos incluso han logrado ingresar a la política con poca o ninguna experiencia en un cargo público. Probablemente los mejores ejemplos en los últimos tiempos son la exitosa candidatura de Donald Trump a la presidencia de Estados Unidos y la carrera de Michael Bloomberg como alcalde de la ciudad de Nueva York.
El profesor de psicología de Cornell, Thomas Gilovich, quien coescribió el estudio, señala que es probable que el público apoye los impuestos para los ricos en términos abstractos como "el 1%", pero tiene dudas cuando piensa en multimillonarios individuales. En la foto aparece la representante estadounidense Alexandria Ocasio-Cortez durante la Met Gala 2021 con un vestido con el mensaje “grava a los ricos”.
Sin embargo, no todo el mundo está contento con los multimillonarios agradables. Los críticos argumentan que podrían hacer más por el mundo. Por ejemplo, Jeff Bezos recibió algunas críticas por las condiciones laborales de los empleados de Amazon mientras gastaba millones en el vuelo espacial Blue Origin.
Elon Musk también se ha enfrentado a muchas controversias, desde algunos comentarios sin tacto hechos en las redes sociales hasta su actitud un tanto descuidada en apariciones públicas. Esto no solo ha perjudicado su imagen pública sino también, en ocasiones, el valor de las acciones de su propia empresa.
Pero, de nuevo, los multimillonarios son tan humanos como cualquier otra persona y algunos se esfuerzan por hacer una diferencia para mejor. Por ejemplo, se estima que Bill y Melinda Gates han donado más de 50 mil millones de dólares estadounidenses a organizaciones benéficas en las últimas tres décadas.
A veces, su generosidad se encuentra con sospechas. Este es el caso del inversor nacido en Hungría George Soros, quien ha donado más de 32 mil millones de dólares a causas liberales y progresistas a través de sus Open Society Foundations y tiende a ser blanco de numerosas teorías de conspiración.
Lo cierto es que los datos del Fondo Monetario Internacional señalan que tanto la desigualdad como la riqueza de los ricos aumentaron a medida que la economía sufría los efectos del Covid-19. En los países en desarrollo, esta nueva brecha puede durar una generación o más, dependiendo del tiempo que les lleve recuperarse de la pandemia.
2021 también ha representado un año de recuperación para la economía en los Estados Unidos después de haber sido fuertemente golpeado por el brote de Covid-19 el año anterior. Esto no significa que el país no tenga sus propios problemas de desigualdad.
La red de noticias financieras CNBC informa que el 1% más rico de la población estadounidense controla alrededor de 41 billones de dólares estadounidenses, 15 veces más dinero que el 50% más pobre de la población. Además, solo el 10% de los estadounidenses posee el 89% de todas las acciones que se negocian en Wall Street.
Las cosas se están recuperando lentamente en todo el mundo, incluida la economía. Sin embargo, todavía queda la cuestión de cuánto dinero es demasiado dinero. A medida que la gran brecha entre ricos y pobres se hace cada vez mayor, tal vez sería una buena idea pensar en los multimillonarios de manera diferente.